¿Y si el concepto que la mayoría de la gente tiene hoy en día sobre la felicidad fuera incorrecto? Un profesor de Harvard que ha pasado su vida estudiando el tema ofrece algunas claves para aspirar, al menos, a una serena satisfacción.
Intentar definir qué es la felicidad o en qué consiste podría dar lugar a un ensayo largo, profundo y complejo. De hecho, eso ha sido precisamente lo que ha hecho el profesor de Harvard Robert Waldinger, una de las personas que más sabe sobre este tema en el mundo. Entre otras cosas, porque lleva décadas investigándolo y recopilando información al respecto.
Sus conclusiones, que como toda buena, han necesitado tiempo para investigar, han quedado recogidas en un libro: The Good Life: Lessons from the World’s Longest Study on Happiness. Esta obra, que no es un típico volumen de autoayuda, sino más bien un auténtico estudio sobre el tema, ofrece ideas que conviene tener en cuenta para comprender la felicidad.
¿Qué es la felicidad?
Ni siquiera los científicos o los filósofos parecen ponerse de acuerdo en la pregunta clave: ¿qué es la felicidad? Para muchas personas esto puede estar ligado al éxito, al poder o al dinero, aspectos que la propia sociedad tiende a elevar como una forma de destacar, de ser especial. Por otra parte, Robert Waldinger no tiene del todo claro que este modo de proceder sea adecuado.
Es evidente que la sociedad actual vende un mensaje rotundo desde que eres niño: eres especial. Cada persona es diferente y tiene el derecho (cuando no parece el deber) de sobresalir en todo lo que se proponga. Para Waldinger esto casi no tiene sentido. Realmente no somos tan especiales ni necesitamos creerlo para ser felices.
De hecho, Una de las principales claves para ser feliz es todo lo contrario: disfruta de un vida sencilla en el que encontrarse y no tener que cumplir con las exigencias que la sociedad suele interpretar como méritos. Tener más no tiene por qué ser sinónimo de tener menos problemas, más bien suele ocurrir todo lo contrario.
A lo largo de su carrera como profesor de Harvard, Waldinger también ha llegado a una segunda conclusión: la importancia de la empresa. Por encima de casi todo, y sin importar si eres más o menos introvertido, yoLas relaciones sociales son fundamentales para sentirse realizado. Somos animales sociales, sí, y las redes sociales no valen.
El peligro de la soledad
De hecho, el profesor de Harvard no es el primero que alerta sobre uno de los problemas que parece afrontar la sociedad actual, especialmente los más jóvenes: la soledad. Por paradójico que parezca, en una sociedad cada vez más conectada por las nuevas tecnologías, más personas parecen sentirse alienadas de los demás.
De hecho, esa ficción que a veces se crea en torno a Internet y las redes sociales también representaría otras claves a la hora de buscar la felicidad o, al menos, la serenidad pacífica. La vida perfecta no existe, ni los paraísos terrenales, nadie tiene todo lo que quiere. Asumirlo y gestionarlo debería ser algo básico en la vida.
Es decir, conceptos o ideas que parecen absolutamente opuestos a las tendencias actuales. ¿Significa esto, si Waldinger tiene razón, que nos dirigimos hacia una sociedad cada vez más infeliz e insatisfecha?
Con información de Telam, Reuters y AP