Gotemburgo, Eindhoven y Bilbao. Tres veces campeones de Europa. La canción del Barça Sonó en San Mamés. El Olympique no era invencible. No. Esta temporada el ogro es el Barça, que se lo ha llevado todo. A las 20.13 horas, el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, entregó el trofeo a Alexia Putellas, quien lo llevó junto a sus compañeros y lo elevó al cielo. “Es imposible mejorar lo que hemos hecho”, afirmó Jonatan Giráldez, el técnico que se marcha por la puerta grande, con los cuatro títulos.
“Seguimos haciendo historia. Este equipo tiene hambre y cada año queremos más”, reflexionó Aitana Bonmatí. “Esta victoria está dedicada al Barça y a los culés. Amo este club. Soy y somos unos privilegiados por estos momentos y por todo el diluvio que ha venido”, dedicó el actual Balón de Oro, que besó el escudo tras el 1-0.
Le golpeé con el alma. «Este hobby se lo merece todo porque lo hace mágico».
“Este aficionado se lo merece todo. Ellos hacen que esto sea mágico”, dijo Alexia Putellas, la otra ganadora del Balón de Oro, la otra goleadora. “Tuvimos que aceptarlo solo por la gente. Ha estado loca. Espero vivir más cosas como ésta”, afirmó Salma Paralluelo. “Le di con el alma”, confesó el capitán sobre el zurdazo que puso el 2-0. “Había entrado para ocupar el puesto pero vi que ahí había una oportunidad. Después ni siquiera sé lo que he hecho… Pues sí, celebrar”, explicó. “Trabajamos para esto. Hemos cumplido nuestros objetivos y estamos contentos”, afirmó el gran capitán.
«Es asombroso. Estamos eufóricos”, gritaba Patri Guijarro, que paseaba con un globo de helio en forma de 3. En 2019, en la final de Budapest, Lyon parecía inalcanzable. “Ganarle al Olympique es la guinda del pastel. Hace cinco años veíamos al Olympique muy lejos y ahora lo hemos ganado. ¡Qué mejor día para vencerlos que este! Queríamos poker”, explicó Guijarro.
“Jugamos mucho tiempo al tiqui-taca en la final. Y olí por la defensa”
“Era lo que nos faltaba. Nunca le habíamos ganado, ni siquiera en amistosos”, recordó Giráldez, quien se echó en cara y reivindicó su profesionalidad para dejar claro que el anuncio de su salida en enero no ha interferido. “Me criticaron diciendo que trabajaba en dos lugares y que el rendimiento del equipo bajaría. Hubo mala intención. Pero me rodeé de mi gente e hice lo mismo de siempre”.
Hace cinco años veíamos al Olympique muy lejos. Ganarlos es la guinda del pastel”
Alexia pasó el trofeo a Marta Torrejón. Después de los dos capitanes, los jugadores querían que los siguientes en tocar la copa fueran tres jugadoras muy especiales: le dieron ese honor a Bronce, Paños y Mariona Caldentey, que quizás no estén el año que viene.
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Ese corazón, esa unidad, esa piña también vale oro. “Acá sumamos todos. No hubo heridos y todos remamos. Los que jugamos al principio y los que han entrado después. Somos un equipo de verdad”, compartió Aitana mientras Mapi León ya corría por el césped con su inseparable banderita, el talismán.
“Tuvimos que aceptarlo solo por la gente. Ha estado loca. Espero vivir más cosas como esta”
Las finales se ganan con goles pero Aitana quiso recordar el juego y la defensa. “Hemos cambiado de mentalidad, hemos logrado estar en la final y hemos jugado mucho tiempo al tiqui-taca. Hemos sufrido y disfrutado. Y olí para toda la defensa”, analizó. Porque este vestuario ya mira a Lisboa y a las cuatro Champions que tiene el Frankfurt.