El exlíder del M-19, grupo que entregó las armas y firmó un acuerdo de paz con el gobierno colombiano en marzo de 1990, aseguró que conoce muy bien a Petro, a quien calificó como «un conspirador» que habría sido el artífice de las protestas callejeras que derivaron en actos de vandalismo, causando muertes y destrucción en Colombia en los años 2020 y 2021.
-Colombia vive un momento político muy importante de cara a las elecciones presidenciales. ¿Cómo analiza este proceso electoral?
Colombia se encuentra en una coyuntura muy importante para preservar el futuro democrático de la nación. Todos los procesos electorales de los últimos 40 o 50 años se habían dividido entre aspectos democráticos que, si bien tenían diferencias conceptuales, programáticas o ideológicas, coincidían en la preservación del modelo democrático y las libertades derivadas de la Constitución de 1991, producto de esa gran confluencia de sectores, entre ellos fuerzas como la guerrilla, que firmaron un acuerdo de paz en 1990 y, por tanto, se convirtieron en parte fundamental de la nueva carta política. Hoy la diferencia es que, con seis o siete candidatos a la primera vuelta, hay uno que ha aparecido con cierto favoritismo en las encuestas, que representa una expresión conspiradora contra el modelo democrático, un candidato que desconoce la construcción democrática que se ha llevado a cabo a lo largo de la historia. Nuestra democracia, debo aclarar, tiene fallas y carencias, y tenemos que trabajar mucho para superar las diferencias económicas que nos han llevado a tener cerca de 20 millones de pobres. Pero es un esfuerzo colectivo que tenemos que hacer sin afectar la defensa de nuestras libertades y nuestra democracia. este candidato [al que me refiero] Su nombre es Gustavo Petro, a quien conozco muy bien porque yo estuve en la parte fundacional del M-19 después de los años 70 y Gustavo Petro llegó a fines de esa década en las células de apoyo del M-19. Petro, en la práctica, no reconoció el sentido democrático de la nueva Constitución de 1991 y sigue conspirando contra el modelo político. La mayoría de los que firmamos el acuerdo de paz dimos el paso hacia el establecimiento de la democracia. yo era alcalde de mi ciudad natal [Zipaquirá, cerca de Bogotá], diputado a la Cámara y senador. Gustavo Petro ha mantenido una posición de desconocimiento de esta institucionalidad, con un llamado permanente al levantamiento de los sectores menos favorecidos de la sociedad colombiana.
¿Se puede ver al señor Gustavo Petro como alguien que aún estaría haciendo un papel guerrillero, simbólicamente levantado en armas, conspirando contra esos procesos democráticos que usted destaca?
En Colombia aún se mantiene el concepto de la combinación de las diferentes formas de lucha, que fue bandera del Partido Comunista hace más de 50 años, y Petro es expresión de esa formulación teórica. Los acuerdos de La Habana, que hizo el gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC, entregan parte de la justicia a quienes se han levantado en armas. Las FARC, al igual que el ELN, han logrado la victoria por la vía militar, y Gustavo Petro, quien ha acumulado apoyo político en algunos sectores marginales de la sociedad, ha ido ganando respaldo electoral ante la ausencia de una victoria militar por parte de las FARC. . Vivimos en una época donde las armas no faltan. Detrás de Gustavo Petro están las disidencias de las FARC, el ELN, el dinero del narcotráfico, el apoyo a Nicolás Maduro y las primeras líneas que se soltaron con los hechos de violencia callejera de 2020 y 2021, todo articulado en un nuevo escenario donde la El jefe de la parte política, agitación, conspiración y convocatoria al alzamiento es Gustavo Petro. Detrás de esa posición está el apoyo de las armas, y a nivel internacional toda esa línea que se expresa en los gobiernos dictatoriales de Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua y que tiene mucha relación con [Vladimir] putin [gobernante ruso], especialmente en este momento de agresión contra el pueblo ucraniano. Para efectos de la política internacional, una opción como la de Gustavo Petro es sumamente peligrosa, no sólo para Colombia, sino para América Latina. Está en juego el rol estratégico de Colombia en América Latina, por su relación con regímenes populistas y dictatoriales. No tengo dudas que la candidatura de Gustavo Petro es una expresión de la combinación de las distintas formas de lucha, donde en este momento las armas están en un segundo plano, pero las quitarán cuando consideren que ha llegado el momento insurreccional. Una pequeña diferencia en el voto a favor de Federico ‘Fico’ Gutiérrez podría ser la razón que exacerbe el llamado de Gustavo Petro a ese alzamiento.
-¿Quién fue Petro en las filas del M-19?
Petro formaba parte de algunas células de apoyo cuando ingresó al movimiento, con una presencia secundaria. Se da unos papeles determinantes en el proceso que llevó al proceso de paz con el M-19. Dice en su libro que convenció a Carlos Pizarro, líder del movimiento, para firmar el acuerdo de paz, pero luego se contradice al señalar que ese acuerdo traicionó la ideología del M-19. Todo esto forma parte de una personalidad muy particular, que está marcada por una serie de desórdenes que le hacen asumir la posición de una especie de Mesías o Salvador. En su libro hay varias páginas en las que levita presentándose como el llamado por la historia a salvar al pueblo colombiano. Petro sigue en la conspiración y no se trata realmente de ganar unas elecciones, sino de ganar una insurrección porque considera que los procesos políticos asociados a los sectores populares sólo se consolidan a través de su levantamiento e insurrección.
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