El debate sobre una posible amnistía al independentismo catalán a cambio de favorecer la reelección de Pedro Sánchez está implosionando en el seno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
La hasta ahora no confesada intención de acceder a las exigencias soberanistas de Sánchez, que en 2017 intentó romper la unidad territorial de España al declarar unilateralmente la independencia de Cataluña, está dinamitando los puentes que, con matices, hasta ahora garantizaban la continuidad del pensamiento entre las Líderes del PSOE de ayer y de hoy.
“No podemos permitirnos ser chantajeados por nadie. Y mucho menos por minorías en peligro de extinción», afirmó este miércoles el expresidente Felipe González sobre las negociaciones encubiertas entre algunos sectores del actual Gobierno de turno y el partido de Carles Puigdemont, el expresidente catalán que huyó sin ser visto en 2017. desde España para evitar el calabozo.
Desde hace seis años, cuando encabezó un referéndum de autodeterminación y proclamó la república catalana, la Justicia española le considera prófugo.
Su partido, Junts Per Catalunya, obtuvo siete diputados en las elecciones generales de julio. Siete escaños que serían decisivos para que Pedro Sánchez pueda conseguir el apoyo que necesita para que el Congreso le nombre, por tercera vez, presidente.
“No podemos permitirnos ser chantajeados por nadie. Y mucho menos por minorías en peligro de extinción”
Sin embargo, este escenario sólo podría ser una posibilidad real si fracasa el debate de investidura del candidato del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, previsto para el martes 26 y el miércoles 27. Con el 33,1 por ciento de los votos, Núñez Feijóo fue el candidato más votado.
Ese primer lugar fue su pasaporte para que el rey Felipe VI, jefe del Estado, le encomendara formar gobierno.
Pero, cuatro días antes del debate de investidura, El PP no cuenta con los apoyos imprescindibles para que su candidato sea presidente.
“La Constitución no es chicle”
«Si el presidente dice que todo lo que se haga se hará en el marco de la Constitución, entonces diga claro que en el marco de la Constitución no hay cabida para la amnistía ni para la autodeterminación», reclamó Felipe González a Pedro Sánchez la semana pasada . .
“La Constitución no es chicle. No hay lugar para la amnistía ni para la autodeterminación”, afirmó contundente el expresidente.
González fue jefe de gobierno de España entre 1982 y 1996 y es una figura destacada de la transición democrática de su país. Estuvo en el poder durante cuatro mandatos y es el presidente español que más tiempo permaneció en el cargo.
Respetado dentro y fuera del juego, Su relación con Pedro Sánchez nunca fue maravillosa. Los virajes del actual secretario general del PSOE y presidente en funciones hasta que se forme un nuevo gobierno no son aplaudidos por quienes en el partido no comparten los cambios de opinión de Sánchez.
Y los comentarios que semanas atrás reflejaban descontento son ahora una abierta oposición a la posibilidad de amnistía para los independentistas catalanes.
González participó el miércoles en la presentación del libro de su exvicepresidente, Alfonso Guerra. Allí, en la sala más refinada del Ateneo de Madrid, ninguno de los dos escatimó comentarios contra la amnistía.
“La paradoja que vivimos es que defendemos las posiciones del partido, pero como sólo se escucha el ruido la gente no lo cree. La gente cree que no apoyamos al partido. No no no. Estamos apoyando al PSOE. Al último partido que queda de los que negociaron el pacto constitucional”, destacó Felipe González.

“Las mayorías tienen que respetarse a sí mismas. Y cumplir con sus programas y los congresos de su partido. “No pueden dejarse arrastrar por nadie”, afirmó.
«En mi opinión, la amnistía es la humillación deliberada de la generación de transición», añadió Alfonso Guerra.
Fragmentación política
En una junta política fragmentada como nunca, Pedro Sánchez es quizás el secretario general con más poder dentro del partido en los últimos años.
Entre sus personas más fieles consideran que las palabras de Felipe González benefician al Partido Popular y desconciertan a los militantes del PSOE.
En Andalucía, la tierra de González y sede de la mayor federación socialista, la del PSOE, está del lado de Pedro Sánchez.
La dirección del partido, sin embargo, anunció que no sancionará al expresidente ni a su exvicepresidente.
La respuesta de Pedro Sánchez
Sánchez, por su parte, evita mencionar la palabra “amnistía”.
Desde Nueva York, donde asistió a la apertura de sesiones de la Asamblea de Naciones Unidas, dijo: “Voy a ser coherente con la política de normalización y estabilización de la situación política en Cataluña. Y estoy diciendo mucho.»
“Las conversaciones podrán ser discretas, pero los acuerdos son transparentes”, afirmó el presidente en funciones. “Lo que sí preveo es que seré coherente con lo que hemos hecho”, insistió.
“Siempre hemos respetado la labor de la justicia. Pero también digo, siempre lo he comentado, que una crisis política no debería haber dado lugar a una acción judicial”, argumentó Pedro Sánchez sobre los procesos que se abrieron en España para juzgar los hechos del llamado “procés” independentista.
Según el barómetro que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) -institución pública dependiente del Ministerio de la Presidencia- elaboró tras las elecciones generales del 23 de julio, un 20,9 por ciento de los votantes socialistas estaría de acuerdo con la postura de Felipe González.
Un dato más: uno de cada cinco se inclinaría por volver a las urnas, un escenario que sólo Pedro Sánchez descarta aunque podría ser la próxima cita electoral si España no logra formar gobierno antes de noviembre.