El ejército israelí intensificó este jueves sus bombardeos sobre la ciudad de Rafah, refugio de cientos de miles de personas desplazadas por la guerra contra Hamás en la Franja de Gaza, en medio de negociaciones para una tregua, cuando la guerra ya lleva cuatro meses.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó este miércoles a sus fuerzas preparar una operación en esta ciudad del extremo sur del territorio palestino, en la frontera con Egipto.
Fue después de que Netanyahu rechazara la respuesta del movimiento ultraislámico Hamás a la propuesta de alto el fuego presentada por los mediadores.
El objetivo es lograr una tregua a cambio de la liberación de decenas de rehenes que permanecen en el enclave, en manos de los terroristas que atacaron salvajemente el sur de Israel el pasado 7 de octubre, y la liberación de muchos palestinos de las prisiones israelíes. .
Ambas partes siguen muy alejadas en cuanto a las condiciones. Los mediadores (Qatar, Egipto y Estados Unidos) están trabajando para resolver las diferencias. Aquí, un resumen de los objetivos de cada una de las partes y los puntos de discordia.
Lo que Israel quiere
El Estado judío básicamente quiere expulsar a Hamás del poder en Gaza. Su principal objetivo en la guerra contra este grupo extremista es destruir sus capacidades militares y gubernamentales. El grupo ultraislámico ha controlado Gaza desde que tomó el territorio en 2007.
Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre, en el que 1.200 personas murieron y 250 fueron tomadas cautivas. Según las autoridades israelíes, Israel ha prometido garantizar que el grupo no vuelva a representar una amenaza para sus ciudadanos. También afirma que quiere mantener el control de seguridad indefinidamente en el territorio una vez terminada la guerra.
Pero Hamás intentará impedir que Israel logre sus objetivos. El grupo está decidido a mantener su control sobre el enclave palestino.
Lo que quiere Hamás
El grupo extremista exige la liberación de cientos de milicianos palestinos veteranos encarcelados en Israel.
El Estado judío mantiene detenidos a miles de palestinos por cargos menores o más graves -o, en algunos casos, sin cargo alguno- relacionados con el prolongado conflicto.
Israel ha aceptado intercambios desiguales para sus prisioneros en el pasado. En uno de estos acuerdos, en 2011, el soldado israelí Gilad Schalit fue liberado del cautiverio de Hamás a cambio de 1.027 prisioneros palestinos.
Entre los liberados se encontraba Yehya Sinwar, el actual líder de Hamás en Gaza, considerado uno de los autores intelectuales del ataque del 7 de octubre que desató la guerra.
Hamás quiere la liberación de cientos de prisioneros y se espera que pida la liberación de los militantes que estuvieron involucrados en algunos de los ataques más mortíferos perpetrados contra israelíes. El primer ministro Netanyahu y sus aliados de extrema derecha en el gobierno se oponen a un pacto que incluya a estos militantes de alto rango. También es probable que rechacen la solicitud de liberar a un número tan grande de prisioneros.
La suerte de los prisioneros suscita mucha aprensión. Por un lado, Israel los considera terroristas; por el otro, los palestinos los ven como héroes que luchan contra la ocupación israelí. Prácticamente todos los palestinos tienen un amigo, pariente o conocido que ha sido detenido por Israel.
El fin de la guerra
El gobierno de Netanyahu quiere reanudar los combates tras la liberación de los rehenes. Hamás, por el contrario, quiere garantizar de antemano el compromiso de que la liberación de todos los rehenes conducirá al fin de la guerra.
El primer ministro israelí dice que Israel seguirá luchando hasta la “victoria total” sobre Hamás. Israel quiere mantener su fuerza armada en la Franja de Gaza para continuar desmantelando la extensa red de túneles subterráneos del grupo militante, neutralizar los lanzacohetes y matar militantes para lograr su objetivo de destruir las capacidades militares de Hamás.
La guerra ya ha causado un destrucción generalizada, Ha dejado partes de Gaza inhabitables, ha desplazado a cuatro quintas partes de la población y ha desatado una catástrofe humanitaria que ha dejado a una cuarta parte de la población muriendo de hambre.
Hamás quiere que Israel se comprometa a un alto el fuego permanente antes de comenzar a negociar una liberación gradual de todos los rehenes.