El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, visita por primera vez este domingo la frontera con México, donde están peleando récords en la llegada de migrantesantes de viajar a la capital del país vecino para reunirse con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Biden tenía previsto visitar la tarde del domingo la ciudad de El Paso, Texas, uno de los epicentros de la actual ola migratoria, para reunirse con funcionarios locales y visitar el puente fronterizo de Las Américas, que conecta el territorio estadounidense con México.
La visita, según varios analistas, es un gesto a sus rivales conservadores, que Le reprochan no haber pisado zona fronteriza de 3.100 km en dos años de gobierno.
El viaje llega también cuando aún resuenan los disparos del feroz y violento operativo del pasado jueves, en el que fue detenido Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, el histórico líder del temible Cártel de Sinaloa.
El presidente estadounidense también tenía en su agenda este domingo una visita a uno de los centros de atención al migrante de la ciudad que recibe fondos federales, y una reunión con líderes comunitarios.
nuevas restricciones
Biden viaja con su secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, días después de que la Casa Blanca anunciara nuevas restricciones migratorias, que han sido criticadas tanto por miembros de su partido como por organizaciones de derechos humanos.
La región vive una flujo migratorio récord con 2.76 millones de migrantes detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México en el año fiscal 2021.
Como parte de un acuerdo con México, EE. UU. comenzará a expulsar a los migrantes de Haití, Nicaragua y Cuba que cruzan la frontera de manera irregular.
En un país donde la migración es a menudo botín electoral, el asunto puede convertirse en una piedra en el zapato para Biden si decide buscar la reelección en 2024.
Se permitirá la entrada mensual de hasta 30.000 personas durante dos años, apenas un paliativo, reconoce Biden, que culpa a los republicanos por bloquear un plan más ambicioso. Concertado con México, el programa también refuerza las expulsiones de quienes ingresan ilegalmente.
cumbre clave
Tráfico de fentanilo, captura de Ovidio Guzmán, migración récord y política energética mexicana tensará la Cumbre de Líderes de América del Norte que desde el lunes alberga a México, donde el presidente López Obrador enfrenta uno de sus mayores desafíos en política exterior.
El encuentro bilateral Biden-López Obrador también estará marcado por la tragedia de la Fentanilo, una droga sintética 50 veces más potente que la heroína, cuya producción y tráfico son controlados por los cárteles mexicanos con precursores químicos provenientes de China, según la agencia antidrogas estadounidense DEA.
“La situación es muy importante. El Gobierno de México pretende plantear una agenda en defensa de la soberanía, en defensa del autoabastecimiento energético, a favor de las comunidades más oprimidas, para mejorar los flujos laborales», dijo a Efe el profesor investigador José María Ramos, del Colegio de la Frontera. Norte (Colef) de México.
El hijo del Chapo y las drogas
La primera reunión desde noviembre de 2021 de «Los Tres Amigos», como se conoce al grupo integrado por Biden, López Obrador y Trudeau, se realizará en medio de la polémica por la detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos más buscados del Chapo por EE.UU. y cuya detención derivó en hechos violentos que dejaron 29 muertos en Sinaloa, en el noroeste de México.
López Obrador negó que el operativo tenga algo que ver con la cumbre, pero Estados Unidos y Canadá han intensificado las alertas por tráfico de drogas, en particular de fentanilo.
“Actuamos de forma autónoma, independiente. Sí hay cooperación y la seguirá habiendo, pero tomamos decisiones como un gobierno soberano, independiente”, dijo este viernes López Obrador, quien ha limitado la presencia de agencias estadounidenses como la DEA. .
Los gobiernos de López Obrador y Biden lanzaron un Acuerdo del Bicentenario para redefinir la estrategia conjunta de seguridad en 2021, pero “los avances han sido limitados” porque Estados Unidos ha priorizado la migración, dijo el experto Ramos.
Mientras que la internacionalista Jessica de Alba mencionó que «a la luz de lo ocurrido», el tema de la seguridad «será crucial» en la cumbre.
“Es curioso que haya detenciones antes de las visitas. Pero el tráfico, creciendo, y la estrategia en general, ausente”, dijo el profesor investigador de la Universidad Anáhuac.
Tensiones en el comercio y la energía
En el aspecto económico, el encuentro se da en medio de las consultas energéticas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en las que Washington y Ottawa han cuestionado la política nacionalista mexicana que favorece a las empresas estatales.
Tanto Biden como Trudeau enfrentan presiones internas para persuadir a López Obrador de que cambie su política energética.
El profesor del Colef cree que «Biden ha sido complaciente» y «parecería que hay interés de ambos presidentes de no llegar a las polémicas mesas» dentro del T-MEC.
Estas desacuerdos de negocios Ocurren mientras López Obrador insiste en que presentará una estrategia de sustitución de importaciones para la región y la integración económica de América, algo que «no tiene base», según De Alba.
«Ojalá veamos algo con un poco más de sustancia en estas cumbres porque, si bien es importante que existan estas reuniones, no son el foro para proponer cosas poco realistas, sino para realmente tomar en serio la competitividad y la inversión en América del Norte». , concluye.
Fuente: EFE
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