aviación para López Obrador Nunca ha sido un tema de política pública, ni de soberanía, de competitividad, de promoción del desarrollo. Ni siquiera un asunto de seguridad nacional. A lo largo de su sexenio, el avión presidencial, el NAICM, el AIFA, sus viajes en aviones comerciales, el cabotaje y la pérdida de categoría en seguridad aérea le han servido para dos cosas: la grilla y la politiquería; ha usado todo lo anterior como un distractor.
Y dentro de esa lógica se entiende la falta de —nula— seriedad del Macuspano para discutir en un soliloquio circular llamado “matutino” la tontería del actual presidente de los Estados Unidos de América aterrizando en el aeropuerto de Santa Lucía y no en el Benito Juárez. ahora que viene a México para la Cumbre de Jefes de Estado de América del Norte (por cierto, al presidente de EE.UU. le interesa no la reunión con AMLO, sino un acercamiento con los mexicanos/latinos que beneficie a los demócratas de cara a la próxima elecciones en ese país). En fin, el capricho de los tabasqueños tiene todo de demagógico, incluso de engañoso, y nada de urgente.
Biden no se pierde en tonterías como lo hace nuestro líder político. Y en ese sentido, es claro que él NO decide detalles como dónde y cómo aterrizar en suelo mexicano. Para eso, el presidente de EE.UU. tiene todo un equipo de servicios secretos y otras estructuras que determinarán si hay o no un problema que el fuerza aérea uno hacer su llegada a la Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Planean las visitas de Estado de su líder con muchas semanas, meses de anticipación y, en ese sentido, AMLO está poniendo en un aprieto a los servicios secretos.
Ahora, si no hay dificultad o impedimento, usarán el Santa Lucía; de lo contrario, aterrizarán en el aeropuerto de la Ciudad de México. Es decir, en Estados Unidos nunca priorizan la política sobre la seguridad como hace la 4T. A modo de ilustración, dos consideraciones que seguramente harán los estadounidenses: 1) ¿Cree usted que es apropiado que el Presidente de los Estados Unidos aterrice en un aeropuerto MILITAR de otro país? Bueno, no olvidemos que AIFA es un aeropuerto controlado y administrado por la Sedena. 2) Si aterriza en Santa Lucía, ¿cómo se trasladará luego el presidente al Centro Histórico? ¿Por helicoptero? ¿Cerrar las vías del AIFA al centro de la capital para que Biden tarde, con seguridad, no más de 40 minutos en llegar a Palacio Nacional?
Pero todo lo anterior no impide que López Obrador necesite; quiere que Biden llegue a AIFA. Y en el proceso ignora la contradicción que significa que él mismo nunca ha utilizado dicho aeropuerto.
Surge entonces la siguiente pregunta obligada: ¿Por qué AMLO quiere poner a Joe Biden en una situación en la que el estadounidense podría incurrir en una aparente descortesía? La respuesta es simple. Nuestro presidente ha creado una situación en la que no importa la respuesta de Biden, él gana: si el estadounidense usa AIFA, podrá presumirlo por la mañana y tergiversar las cosas a sus seguidores (pese a lo obvio: que una golondrina no hace verano y un vuelo no hace un aeropuerto).
Si el equipo de seguridad de Biden decide NO usar Santa Lucía, no se necesita mucha imaginación para escuchar a López Obrador lloriquear y victimizarse ahora; cargándosela a Biden y reiterando su apoyo a Donald Trump. Pero el hecho de que AMLO capitalice -aunque lo haga de manera muy «diplomática»- no significa que Biden aprecie que su homólogo quiera crearle una nueva dificultad…
Lo anterior nos debe recordar como mexicanos que Andrés Manuel ha sido el primero y el que más le ha jugado rudo a Biden. Cuando este último ganó la presidencia, AMLO tardó más de un mes en felicitarlo. Y de ahí a las payasadas de compartir en su cuenta de Twitter que había votado a favor de devolver su cuenta en esa red social a la ‘amenaza naranja’. Alardear de ello, siendo el jefe de Estado mexicano y Biden el presidente legítimo de Estados Unidos (tras el intento de golpe de Estado de Trump), convirtió su anuncio en una puya más, una importante.
Ahora, con el pedido de que Biden utilice el AIFA, López Obrador reafirma algo muy propio de él y de la Cuarta Transformación en general: la incongruencia de “golpear” a Biden para luego pedirle favores.
Maniobra, ¿o debería decir cuerda? – Aparte de promocionar el AIFA no será suficiente para que el malogrado aeropuerto tome vuelo. Usar a Justin Trudeau, presidente de Canadá, y luego a Biden, no resolverá que México recupere la seguridad de la aviación de Categoría 1.
Insisto, un distractor más para seguir polarizando a la sociedad mexicana. Porque lo que es construir, desarrollar, unir, eso no se le da a López Obrador. Este tipo de propuestas no “vuelan” y menos “aterrizan” si de ello dependen.
POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
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MAÍZ