Si un día te cruzas con un golfista, hombre o mujer, navegando por Instagram, puedes apostar casi todo a que en algún momento aparecerá un swing de Nelly Korda por alguna parte. Con su figura estilizada, su movimiento técnicamente perfecto y un timing que invita a recrearse. Pocas imágenes más plásticas existen en el mundo del golf que la de Nelly Korda moviendo el palo y golpeando la pelota. Y, aunque Michael Laudrup, por ejemplo, nunca ganó el Balón de Oro, la plasticidad suele abrir las puertas del Olimpo en el deporte.
La vida de Nelly Korda (Florida, 1998) es la de una niña predestinada a ser deportista, educada para ello pero que, además, quedó con los mejores genes para conseguirlo. Su hermana mayor, Jessica, también es golfista y una de las mejores, pero no es una elegida. Y su hermano pequeño, Sebastián, también tenista, lleva años entre la élite mundial pero lejos del top ten. Los tres son hijos de Petr Korda, campeón del Abierto de Australia de tenis en 1998, y de Regina Rajchrtova, atleta olímpica con la raqueta en Seúl ’88. Nelly ya los superó a todos.
El mediano de la saga Korda es el número uno indiscutible del mundo del golf y el que lo gana todo. Literalmente. Con un drive al centro de la calle, un segundo tiro al green delantero y dos putts en el hoyo 18 de Carlton Woods (Texas), Nelly selló este domingo su victoria en el Chevron Championship, el primer major de la temporada y el segundo de su palmarés. Pero su hazaña fue mucho más allá. El Chevron fue también su quinto triunfo consecutivo en la LPGA, un hito que sólo habían conseguido antes Nancy López (1978) y Annika Sorenstam (2004-05), aunque en tiempos que poco se parecen al actual. “Han sido unas semanas realmente locas en las que he jugado un golf muy sólido. Ahora, por fin, puedo respirar”, confesó, aliviada tras ganar.
Su caddie, su entrenador, su agente y sus padres, ex deportistas de élite, forman su círculo de confianza.
Pero no tendrás mucho tiempo para desconectar. Korda ha confirmado su participación esta semana en el JM Eagle LA Championship, donde afrontará el desafío de lo desconocido, ganando un sexto torneo consecutivo. “Por ahora, déjame disfrutarlo por ahora y lo pensaré más tarde. Espero que mi racha continúe pero estoy muy agradecida de haber ganado mi quinto título consecutivo”, afirmó.
Con derechos de juego en la LPGA desde 2017, Korda ya ganó su primer torneo en 2018 y en 2021 explotó con cuatro victorias más, incluido su primer major, que presagiaba una era de tiranía. Pero un coágulo en su brazo la frenó en 2022, amenazando su carrera y su vida. “Tuve mucho miedo, la verdad es que el golf pasó a un segundo plano”, ha repetido siempre. En 2023 fue su espalda la que alimentó sus fantasmas y planteó algunas dudas sobre su futuro a pesar de su potencial. Pero lo que está logrando en 2024 los ha disipado todos de golpe y la señala como la abanderada del golf femenino mundial, como la mujer que debe llevar este deporte a cotas históricas. “Creo que Nelly tiene la responsabilidad de promover la LPGA, aunque no siempre quiera hacerlo”, afirmó recientemente Stacy Lewis, la primera número uno norteamericana. Lilia Vu, defensora la semana pasada en Chevron, fue más allá: “Ella es un poco de nuestra Caitlin Clark, la jugadora de baloncesto que logró hace un mes para la NCAA femenina vencer al equipo masculino en ratings por primera vez. Está poniendo muchas cosas sobre la mesa”.
Incluso Scottie Scheffler, que domina con la misma autoridad en el PGA Tour, fue consciente el pasado domingo de lo que hacía Nelly mientras esperaba que cesara la lluvia en Harbour Town, donde ayer selló su cuarta victoria en cinco torneos: “Lo que ha conseguido es muy especial”.
La mitad de la saga Korda soporta la presión para elevar el golf femenino a alturas históricas
La clave del éxito, como repite la propia Korda, es su “burbuja”. En otras palabras, su círculo de confianza. Sus padres, por supuesto, su entrenador (Jamie Mulligan), su agente (Chris Mullhaupt) y su caddie, Jason McDede, a quien siempre elogia. “Sería imposible lograr todo esto sin él, su apoyo dentro y fuera de la cancha es increíble. Ha estado a mi lado en todas mis victorias”, destacó tras su último éxito.
No parece que vaya a ser el último. Su burbuja está hecha de hierro.
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