Fragmento y adelanto del libro ‘La cocina de la política económica argentina’, de Juan Carlos De Pablo y Ezequiel Burgo (Random House, 2024). Disponible en librerías y online a partir del 1 de junio.
“EB: Cuando Frondizi asumió el poder en mayo de 1958, pronunció un discurso que duró una hora. Es uno de estos que mencionaste. Dice una frase contundente por su modestia: ‘No habrá milagros y no debemos esperar de este gobierno, ni en su inicio ni en ningún momento, decisiones de carácter espectacular’. ¿Frondizi comenzó con una suerte de gradualismo que luego, por un error de cálculo, terminó en una política más de choque al incorporar a Álvaro Alsogaray como ministro de Economía?
JCDP: Frondizi partió de ideas estructurales que le había dado Frigerio, pero sin la más mínima idea de la situación que abordaba un diplomático, Donato del Carril, que asumió el cargo de Ministro de Economía. Los primeros meses de 1958 fueron un desastre fenomenal. Se acercaba el Diluvio Universal y el plan de Frondizi era el Arca de Noé. El programa que tomó con el Fondo Monetario Internacional fue recién en diciembre de 1958, por lo que le llevó algunos meses acostumbrarse. Frondizi logró algunos resultados a mediados de 1959.
EB: ¿Por qué fueron necesarios esos primeros meses?
JCDP: Frondizi se veía a sí mismo como presidente cuando Perón se fue en 1955. Los economistas peronistas fueron encarcelados y los radicales estaban con Balbín. Frondizi conoció a Frigerio a través de Narciso Machinandiarena.
EB: Uno de los fundadores de la revista Qué, que promovió ideas desarrollistas desde 1946.
JCDP: Así es. En mi vida conocí a tres personas de energía desbordante: Rogelio Frigerio, Domingo Cavallo y el ingeniero Justiniano Allende Posse, quien pavimentó treinta mil kilómetros en el país a base de un ínfimo impuesto a la gasolina. A Frigerio le importaba la estructura de la economía, y si le preguntaban: ‘¿Cómo va la inflación de julio?’, respondía: ‘No tengo la menor idea’. El arranque de Frondizi fue a todo trapo a nivel estructural y dejado a Dios a nivel coyuntural. Los indicadores de 1958 fueron terribles y los de 1959 comenzaron a estabilizarse a mediados de año, como dije antes.
EB: ¿A qué gobierno le recuerda el inicio de Frondizi cuando dice que tenía claro el rumbo y el largo plazo, pero no la situación?
JCDP: Menem. En los dos primeros meses, su gobierno logró aprobar dos leyes fundamentales, encabezado por Roberto Dromi. Avanzaron en la privatización y en la modernización de la economía, más que en la estabilización, que luego lograría Domingo Cavallo. Desde el punto de vista coyuntural, Menem se rodeó de Miguel Ángel Roig, Néstor Rapanelli, Erman González y Cavallo, quienes recién aparecieron un año y medio después. Lo mismo pasó con Frondizi.
JCDP: Usted sabe que muy a menudo el primer Ministro de Economía de un gobierno es un empresario. Perón-Miranda, Onganía-Salimei, Perón-Gelbard, el Proceso-Martínez de Hoz.
EB: Carlos Menem-Miguel Ángel Roig. ¿Por qué crees que esto ocurre?
JCDP: Quizás los políticos piensen que los empresarios saben lo que significa pagar quincenas de salario o una bonificación. No lo sé. Pero los empresarios no conocen la macroeconomía. No tengo ningún problema con que el ministro de Economía no sea licenciado en Economía, pero el segundo tiene que saber macro. Si no, estamos en problemas. Salimei duró seis meses. Intentó hacer «continuismo» con lo que hacían los radicales, pero no funcionó. Y entonces llegó Krieger.
EB: Un gerente general del Ministerio de Economía, ¿no?
JCPD: Fue lo primero que aprendí de su gestión, el carácter gerencial de su rol como ministro. Krieger Vasena me dijo que estaba en Ginebra cuando recibió el llamado de Onganía para hacerse cargo del ministerio. ¿Sabes qué hizo antes de tomar el avión? Compró un cuaderno para anotar nombres. No se preguntó qué hacer, sino con quién lo hago. Gran gerente. Y de hecho tenía un equipo económico que José María Dagnino Pastore, su sucesor, heredaría por completo y solo cambiaría el secretario de Hacienda.
EB: ¿Krieger Vasena hace el primer plan de estabilización para frenar la inercia inflacionaria en Argentina? ¿Algo así como el Neandertal del Plan Austral o la convertibilidad, antecesor lejano de los intentos de romper dinámicas muy establecidas?
EB: Para hacer esos planes o programas, ¿qué necesitas, Juan Carlos, además de una buena idea? ¿Personas, jefes y apoyo político?
JCDP: Eran otros tiempos, ¿no? Quizás en 2024 se necesitara mucha menos gente que hoy. Hoy las cosas están muy especializadas. Licitación de generación, distribución de energía, emisión de bonos, audiencias de respeto, dictamen de juez.
EB: ¿Cuál fue el plan Krieger Vasena?
JCDP: Aumentó el tipo de cambio a 350 pesos, que era 40%, aplicó retenciones para amortiguar el impacto y luego las disminuiría. Dejó el tipo de cambio fijo en 350 pesos, congeló las tarifas e hizo un acuerdo de caballeros con las empresas, además de un congelamiento salarial.
JCDP: Así como Alfonsín tenía un problema cutáneo con la economía, Menem llevaba los principios económicos en la sangre. Y tengo una anécdota contada por Cavallo en la primera reunión de Gabinete. Allí estaba el ministro de Economía, Miguel Roig, sería su primera y única vez en esa mesa, moriría a los pocos días. Frente a todos, Menem lo presentó: ‘Bueno, ministro, díganos en qué consistirá la política económica’. Roig explicó una serie de generalidades y al hablar de inflación dijo: ‘Controlaremos los precios’. Menem levantó la vista con una leve sonrisa. ‘Mire, ministro, vengo de una familia fenicia. Eso no ha funcionado durante cinco siglos. Pero, si quieres hacerlo, hazlo.
EB: Si le va mal en economía, ¿es mala su presidencia? Adolfo Canitrot decía que, si estabas en el gobierno y te iba mal, ‘eres malo’.
JCDP: La presidencia se evalúa sobre la base de muchas cuestiones. Frondizi y Alfonsín no tuvieron buenos indicadores, y no se puede decir que fueron malos presidentes.
EB: Lo llamativo es que Macri fracasó en el área que menos se pensaba que fracasaría: la economía.
JCDP: ¿Quieres formar un equipo económico? Bueno, dime cómo y qué vas a hacer. Los títulos me parecen fenomenales, y los objetivos también. Pero dime cuál será tu organización y cómo se distribuirán las tareas. Hace muchos años que no compro más falacias de autoridad (maestría en Harvard, MIT o no sé cuántos). Si pongo a Hayek, Von Mises y Rothbard en una computadora, no sale un DNU o la Ley Base a través de ChatGPT”.
Con información de: Telam, AF News y OpenAi