El tirón de Cupra obliga a Seat a buscar flexibilidad en la producción para cubrir la demanda. Sorpresa para todos y para todos, la marca nacida hace seis años mantiene un fuerte crecimiento, superior al 21% en el primer trimestre tras un repunte del 50% en 2023. “Cupra crece más de lo que puede producir. Para la marca es lo mejor que puede pasar, no vamos a dejar que los clientes esperen seis meses”, comentó ayer en Madrid Wayne Griffiths, director general de Seat y Cupra. En este sentido, llegado el momento, se priorizará la producción de Cupra sobre la de Seat en Martorell si las colas se vuelven apretadas, admitió. Actualmente la planta trabaja en tres turnos, en tres líneas, “y no es posible hacer mucho más”.
La cuestión no es menor porque Cupra seguirá ganando peso en 2024. Ayer la compañía presentó en Madrid los nuevos diseños del Formentor, hoy el más vendido de todo el grupo, y del León. Ambos se fabricarán en la factoría catalana. Para ellos se estima una capacidad productiva de 200.000 unidades, y en 2023 habrán salido de Martorell casi 187.000 entre ellos. El interés aumentará la presión. “Habrá más demanda que oferta”, dijo en un momento el directivo. Tanto Formentor como León contarán con todas las alternativas actuales –combustión, híbrido enchufable, híbrido suave –. “Tenemos todas las tecnologías, somos flexibles para adaptarnos a lo que quiere el cliente”, afirmó Griffiths, quien señala que los coches de combustión siguen siendo necesarios en el mix. Este año, tras el verano, se espera la llegada del Tavascan (primero 100% eléctrico) y del Terramar. El primero se fabricará en China y se dice que ya tiene un gran interés entre los clientes. De momento no hay preocupaciones sobre posibles medidas de Bruselas sobre los vehículos traídos del gigante asiático. Para más adelante, hacia 2026, está el Raval. El futuro es eléctrico: “No me imagino creando un nuevo coche de combustible”.
Cupra renueva el Formentor y el León y estrena una firma dedicada al diseño, con sede en Martorell
Con el panorama actual, Griffiths asegura que la ocupación de Martorell -casi 7.000 empleos directos a finales de 2023- está garantizada hasta 2030, momento en el que ve necesario añadir una segunda plataforma. La inversión ronda los 1.000 millones de euros anuales, un ritmo que no se pretende frenar. Pese a ello, como en ocasiones anteriores, Griffiths expresó su preocupación por la evolución del mercado español. Con la vista puesta en la transición a lo eléctrico, “las cifras son las que son. El mercado hoy en España no está despegando”. Para solucionarlo pidió “hacer algo urgente” con el plan Moves, apoyar las compras y centrarse en ampliar la red de carga. Así, el exterior gana peso para la marca.
Griffiths no pierde de vista el impulso chino. En lugar de lamer las heridas, nos instó a “ver cómo podemos ser competitivos no sólo con China, sino también con Estados Unidos”. Los aranceles pueden ser una solución a corto plazo, “pero no resolverán el problema de competitividad”. Sobre la llegada de Chery a Barcelona, ha apuntado que “todo lo que es bueno para el empleo es bueno para el país”. La compañía aprovechó para anunciar la creación de una filial Cupra centrada en el diseño, que aglutinará automóviles, merchandising y terceros. Se espera empezar con un grupo pequeño, pero «irá creciendo, queremos tocar el diseño más allá del coche».
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