Dieron de alta a Lázaro, el joven agredido por una pandilla en Córdoba
La ciudad de Córdoba fue conmocionada por el dolor de la familia de Lázaro, un adolescente de 13 años que fue atacado por una patota en la Plaza Jerónimo del Barco, en el barrio Alto Alberdi, el pasado 12 de noviembre. Después de 40 días de internación en el Hospital de Niños de la Santísima Trinidad y semanas en coma, Lázaro finalmente recibió el alta médica y pudo regresar a su hogar.
La emoción de la familia era evidente, luego de haber vivido la incertidumbre y la desesperación de tener a Lázaro al borde de la muerte. En situaciones de extrema gravedad como esta, el papel del hospital es crucial y el equipo de profesionales debe utilizar toda su experiencia y conocimientos para lograr una recuperación de estas características.
El Hospital de Niños cuenta con tecnología de última generación, incluyendo un resonador, equipos de tomografía y ecografía, así como un laboratorio para realizar todos los estudios necesarios. La directora del hospital, Verónica Petri, destacó la importancia de contar con esta aparatología para el diagnóstico y tratamiento seguro de los pacientes.
El neurocirujano Raúl Emilio Jalil también resaltó el aporte tecnológico en su especialidad y celebró el alta médica de Lázaro. Sin embargo, mencionó que el momento más difícil es comunicar a los padres un pronóstico incierto. Es importante tranquilizar a la familia y al mismo tiempo ser realistas sobre la dificultad de la situación, asegurándoles que todo el equipo médico trabajará para encontrar una solución.
Aunque Lázaro aún tiene un largo camino de rehabilitación por delante, el neurocirujano expresó su satisfacción al ver que sus padres están felices por la evolución del paciente.
En terapia intensiva, los médicos activan un protocolo de acuerdo a la patología del paciente. En el caso de Lázaro, un joven con un traumatismo de cráneo grave, se realizó una cirugía descompresiva para controlar la presión intercraneal. Uno de los aspectos prioritarios es la comunicación con las familias. Los médicos de guardia suelen recibir a los familiares y realizar la primera entrevista para comprender el caso.
La coordinadora de una de las salas de terapia intensiva, Marcela Ferreyra, señaló que en casos como el de Lázaro, donde el paciente tiene posibilidades de recuperación, la felicidad es mayor. En estos casos, la gente suele estar en estado de shock debido al riesgo de muerte del paciente, y es importante trabajar con el dolor y la posibilidad de pérdida que enfrenta la familia.
Una vez que la vida del paciente está a salvo, los kinesiólogos entran en acción para llevar a cabo una parte vital de la recuperación. Natalia Galiñanez, kinesióloga del Hospital de Niños, explicó que deben evaluar el estado de conciencia y verificar si hay afectación del tono muscular. A pesar de la gravedad del traumatismo de cráneo de Lázaro, está teniendo una excelente recuperación.
El trato con las familias también tiene sus desafíos, ya que los padres suelen demandar estímulos para sus hijos en las etapas iniciales de rehabilitación, lo cual puede ser contraproducente.
En resumen, la historia de Lázaro conmovió a toda la ciudad de Córdoba. El rol del hospital y su equipo médico fue fundamental para lograr su recuperación. A pesar de los desafíos, la familia está feliz por el progreso del joven y agradecida por la atención y cuidados recibidos.