La retirada parcial de las ayudas energéticas debería haber tenido un impacto en los precios y así ha quedado demostrado. Es una de las causas que explica el repunte de tres décimas de la inflación en enero, hasta situarse en el 3,4%, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística esta mañana. De esta forma, se produce la primera subida del IPC desde septiembre, que alcanza su nivel más alto desde octubre. No es una buena noticia, pero era previsible, y confirma los datos adelantados hace dos semanas.
Recordemos que, desde principios de año, la electricidad pasa a devengar un IVA del 5% al 10%, además de la devolución o aumento de otros impuestos en este ámbito. También se aplica al gas un IVA del 10%, frente al 5% que tenía anteriormente.
Precisamente, uno de los elementos de este incremento de tres décimas tiene que ver con el incremento de los precios de la electricidad respecto al descenso que se produjo en enero del año pasado. En cambio, en lo que respecta a los combustibles, están bajando, mientras que en el mismo mes del año pasado estaban subiendo.
Es el inicio de los precios en 2024, después de un año 2023 marcado por altibajos. Muy influenciada por el efecto base, el impacto respecto al mismo mes del año anterior, la inflación del año pasado comenzó en 5,9%, para tocar fondo en junio con un bajísimo 1,9%, y luego volvió a situarse por encima del 3%. Y ahora, con repunte en el estreno de este año.
El aceite de oliva aumenta un 62,9%
En lo que a alimentación se refiere, se mantiene en niveles muy elevados. el 7,4%, una décima más en términos interanuales que en diciembre, aunque ciertamente lejos de los precios alcanzados anteriormente. Supone un freno a la corrección que se viene produciendo en los precios de los alimentos en los últimos meses, tras alcanzar niveles muy elevados por encima del 16% en febrero del año pasado. Sin embargo, llama la atención que sube una décima cuando en este ámbito todavía se mantienen hasta junio las bonificaciones del IVA alimentario, que a pesar de ello siguen siendo elevadas. La moderación de los precios no se notará a la hora de acudir al supermercado.
Un año más, el aceite de oliva sigue siendo el alimento cuyo precio más subió, un 62,9%, lo que supone un incremento considerable frente al 54% que aumentó este mismo producto en diciembre. Si se mira con más perspectiva, en tres años, desde enero de 2021 hasta la actualidad, ha subido un 176,5%. Al petróleo le siguen los aumentos de los zumos de frutas, con un 21% de incremento, las legumbres y hortalizas, con un 15,6%, y las frutas, con un 13,7%.
El subyacente extiende su moderación
La buena noticia de los datos de hoy proviene de la inflación subyacente, que no tiene en cuenta los alimentos frescos ni la energía, y se considera un indicador más fiable de las tendencias subyacentes de los precios. En este caso, continúa moderándose, y desciende dos décimas, hasta el 3,6%. Se trata de una moderación paulatina y prácticamente sin pausa desde principios de 2023 cuando se situaba en el 7,6%. Y supone también su nivel más bajo desde marzo de 2022. Con estos datos, los dos tipos de inflación, general y subyacente, ya sólo están separados por dos décimas.
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