El representante de política exterior de la Unión Europea insiste en que Israel debe obedecer las decisiones del máximo tribunal de la ONU y poner fin a su ofensiva en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, al tiempo que cuestiona la posible implicación de las autoridades israelíes en actos de violencia perpetrados por colonos contra palestinos en la ocupada Cisjordania.
En un día en el que el primer ministro palestino Mohammad Mustafa recibió atención tras el compromiso de dos países de la UE y Noruega de reconocer un Estado palestino, Josep Borrell presionó a Israel para que tome medidas inmediatas que garanticen que los ingresos fiscales destinados a las autoridades palestinas no sean interrumpidos.
Estas demandas se producen en un momento en el que la comunidad internacional aumenta la presión sobre Israel para que cambie el rumbo de la guerra que mantiene con Hamás en la Franja de Gaza mediante acciones legales y maniobras diplomáticas.
Borrell enfatizó que Israel ha llevado a los palestinos al borde de la catástrofe, ya que “la situación en Gaza es indescriptible. La Cisjordania ocupada está al límite, con riesgo de una explosión en cualquier momento”.
Aunque la atención mundial se centra en gran medida en Gaza, Borrell señaló que “no debemos olvidar lo que sucede en Cisjordania”, donde se encuentra la sede de la Autoridad Palestina.
“Estamos viendo una escalada de violencia en Cisjordania. Ataques indiscriminados y punitivos por parte de colonos extremistas, cada vez más dirigidos hacia la ayuda humanitaria destinada a Gaza. Y están altamente armados. La pregunta es, ¿quién los está armando? ¿Y quién no está impidiendo estos ataques?”, cuestionó Borrell.
Grupos de derechos humanos y residentes palestinos afirman que las fuerzas israelíes a menudo protegen a los colonos armados que atacan pueblos palestinos y comunidades nómadas.
Esta violencia por parte de los colonos, destacó Borrell, “se acompaña de expansiones de asentamientos israelíes y apropiación de tierras sin precedentes”.
Borrell también respondió a las amenazas de Israel de golpear financieramente a los palestinos. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, anunció que suspenderá la transferencia de ingresos fiscales a la Autoridad Palestina, lo que podría afectar su capacidad para pagar salarios a sus empleados.
Según los acuerdos de paz interinos de la década de 1990, Israel recauda los ingresos fiscales en nombre de los palestinos y ha utilizado estos fondos como una herramienta para presionar a la Autoridad Palestina. Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre que desencadenó la guerra en Gaza, Smotrich congeló las transferencias, pero Israel acordó enviar el dinero a Noruega, que a su vez lo transfirió a la Autoridad Palestina. Smotrich anunció que suspenderá ese acuerdo.