La universidad española vive inmersa en un proceso de continua transformación que se ha acelerado en los últimos años. En términos generales, ya pesar de que existe un gran margen de mejora en aspectos concretos del modelo, nuestro sistema universitario puede presumir de reconocimiento social. Así lo confirma el Barómetro CYD, que mide la percepción que tiene la sociedad de la educación superior y según el cual el 81% de los ciudadanos la considera buena o muy buena. Por el contrario, casi la mitad de los encuestados asegura que la formación recibida en las aulas universitarias dista mucho de las necesidades del mercado laboral. Sin duda, uno de los grandes retos del futuro.
Con el deseo de conocer mejor la hoja de ruta de nuestro sistema universitario, ‘Diálogos en La Vanguardia’ reunió a tres destacados expertos que viven de primera mano la evolución de la universidad en España: Eloísa del Pino, presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Matías Rodríguez Inciarte, rector de Santander Universidades y vicepresidente de Universia y Rosa Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo.
Los tres participaron el pasado mes de mayo en el V Encuentro Internacional de Rectores de Universia, organizado por Banco Santander, que reunió en Valencia a unos 700 rectores y líderes universitarios de 14 países, representantes de la política, la empresa y las instituciones nacionales e internacionales. internacional. Un foro en el que, entre otras conclusiones, se destacó la importancia de la cooperación internacional entre sistemas universitarios como elemento clave para el futuro. Pero son muchas más las que surgieron durante la conversación entre los tres expertos.
Para Eloísa del Pino, “la universidad sigue siendo un lugar al que aspiramos llegar, un lugar importante que ha sufrido muchos cambios en los últimos años, a los que hay que sumar los efectos de la pandemia, la incorporación de las nuevas tecnologías” y la eterno debate que siempre tenemos sobre la mesa de cuál debe ser el papel de la universidad”. Entre dudas y opiniones encontradas, hay un acuerdo generalizado de que parte de ese rol tiene que ser la formación. Algo que parece una obviedad, pero que encierra una reflexión más profunda sobre si los centros deben centrar sus esfuerzos en la formación típica de grado y posgrado o han de asumir un mayor protagonismo en la formación continua. Del Pino aseguró que “creo que ahora vamos hacia esta segunda opción con la implementación de las microcredenciales por parte del Ministerio de Universidades y en el contexto de la Unión Europea”.
Rosa Visiedo afirmó que esta percepción errónea sobre la capacidad de los centros universitarios para preparar a los jóvenes para el mercado laboral no se corresponde con algunas cifras oficiales. “Si analizamos los datos, la tasa de paro entre los jóvenes con formación básica ronda el 30%, mientras que entre los titulados universitarios esta cifra se sitúa en el 10%. Estos 20 puntos de diferencia indican que tener estudios superiores es siempre una fuente de oportunidades también en el ámbito laboral. La universidad te forma para ejercer una profesión, pero también te prepara para la vida”, aseguró el rector.
Hay un 19% menos de inversión en España por alumno que la media de la OCDE
En opinión de Matías Rodríguez, “la universidad está cumpliendo un papel dentro de la sociedad que no es suficientemente reconocido”. Para el presidente de Santander Universidades, prueba de esta falta de atención se manifiesta en “que la inversión destinada en España a la educación superior es muy inferior a la de otros países de nuestro entorno”. En concreto, “hay un 19% menos de inversión en España por alumno que la media de la OCDE”.
Estas deficiencias también se observan en los recursos destinados a la investigación. “Mientras los países de nuestro entorno destinan una media del 2,6% del PIB, en España el porcentaje es muy inferior y se sitúa en el 1,4%”, ha lamentado Rodríguez. ¿Por qué se da esta situación? Para este experto no hay duda: “Los gobiernos ponen toda su atención en lo urgente frente a lo importante”. Europeo convencido, el responsable de Santander Universidades destacó que “iniciativas como el Espacio Europeo de Educación Superior, impulsada por el presidente Macron, van en la buena dirección”. El componente supranacional “debe estar presente en este tipo de movimientos que aportan financiación, interrelación, internacionalización y cooperación en el espacio universitario. Hay cuatro dimensiones que hay que profundizar”, concluyó.
La crisis financiera del periodo 2008-2010 puso contra las cuerdas los compromisos adquiridos con centros de investigación como el CSIC. “Afortunadamente, hoy vivimos un momento en el que la ciencia vuelve a apostar”, afirmó el presidente del CSIC. Sumando la financiación pública y privada, “el dinero destinado a la ciencia alcanzará el 3% del PIB en 2030”, según el acuerdo respaldado por todos los partidos políticos en el Congreso.
Por su parte, la rectora de la Universidad CEU San Pablo ha defendido que los centros privados que apuesten por la investigación “pueden optar a obtener recursos públicos en un concurso en el que cada participante muestre sus méritos”. Por ahora, la mayoría de estos concursos públicos están cerrados a las universidades privadas.
Los rankings internacionales que valoran la excelencia de los centros universitarios es uno de los momentos en los que los ciudadanos creen disponer de información que les permite comparar la calidad de las universidades españolas con las del resto del mundo. Entre todos los índices, el más popular es el conocido como Ranking de Shanghái que es publicado cada año por la mayoría de los medios de comunicación. En 2022, la primera universidad española se sitúa por encima del puesto 150.
Expertos destacan la lentitud de implementar nuevos estudios al ritmo de las necesidades
Sin embargo, los expertos convocados por La Vanguardia reclaman una mirada más profunda y conocedora de la realidad de este tipo de clasificaciones y aseguran que los resultados obtenidos por los centros españoles son muy positivos. Uno de los factores que determina la posición de las universidades en estos rankings tiene que ver con la financiación. En este sentido, Matías Rodríguez aseguró que “un estudio revela que las 100 primeras universidades del ranking tienen el doble de financiación por estudiante que los 100 centros que les siguen y estas diferencias se mantienen en el resto de los rankings”, aclaró el rector. de Santander Universidades. “Si tenemos en cuenta que las universidades españolas están desfinanciadas, la posición que ocupan es muy destacada”, afirmó. Además, “cuando profundizamos y analizamos titulaciones concretas, podemos ver que las universidades españolas están entre las mejores del mundo”.
En esta línea, Rosa Visiedo ha aclarado que si ahondamos en el Ranking de Shanghái “podemos comprobar que en 28 disciplinas académicas tenemos a las universidades españolas entre las 100 mejores del mundo”. El rector afirmó que “como sistema debemos mejorar nuestra capacidad de comunicación para explicar dónde estamos en el panorama mundial”. Pese a las carencias, el dirigente universitario reivindicó la importancia de medir “porque te ayuda a marcar objetivos de mejora”. El ranking que elabora anualmente la Crue Universidades Españolas sostiene que “somos el undécimo como sistema de producción científica a nivel mundial y el noveno en cuanto a investigadores más citados”.
Eloísa del Pino ha recordado que se estima que hay entre 25.000 y 30.000 universidades en el mundo “y tenemos numerosos centros españoles entre los 500 más destacados según varios rankings, lo que significa que estamos bien posicionados”. Por otro lado, el presidente del CSIC destacó que “en el Ranking de Shanghái, por ejemplo, pierdes un 30% de tu puntuación si no cuentas entre tus investigadores o graduados premios Nobel o ganadores de una medalla Fields en matemáticas”.
Otro elemento de mejora del sistema universitario español está íntimamente ligado a la eliminación de trabas burocráticas. Matías Rodríguez explicó que “cuando te acercas a la universidad procedente del mundo empresarial, te das cuenta de la gran cantidad de barreras que hay que superar para llevar a cabo una acción que en el sector privado se resolvería con rapidez y naturalidad”.
El presidente de Santander Universidades ha recordado que vivimos en un mundo en el que “es imposible saber qué profesiones vamos a necesitar dentro de 5 años”. Tienes que reaccionar rápido. Sin embargo, para aprobar un nuevo título «pasan entre año y medio y dos años desde que se tiene la idea hasta que se pone en marcha», confesó el rector de la Universidad CEU San Pablo. Desde el CSIC, su presidenta ha adelantado que «hemos puesto en marcha cinco procesos de simplificación administrativa» para seguir adelante.
Rodríguez recordó la importancia de la cooperación y las relaciones internacionales entre universidades para identificar y afrontar los retos que…
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