Francia despliega a cientos de policías para supervisar la destrucción de un barrio marginal en la isla de Mayotte en el Océano Índico en una operación que, según las autoridades, tiene como objetivo frenar las viviendas deficientes y la migración ilegal.
La operación Wuambushu comenzó en las primeras horas de la mañana del lunes cuando los excavadores se trasladaron para comenzar a derribar casas de láminas de metal en el barrio pobre de Talus 2 en Mayotte.
Gendarmes armados con palancas ingresaron a las viviendas para verificar que no hubiera nadie dentro antes de que comenzara la destrucción, informaron periodistas de la AFP, mientras se cortaba el suministro de electricidad y agua.
Oficialmente, la razón es deshacerse de las viviendas ilegales y deficientes, pero también es para expulsar a los inmigrantes ilegales.
Los residentes del vecindario solo podían mirar impotentes cómo se demolían las casas.
«He estado trabajando desde 2001 y hasta ahora nunca he dejado de trabajar», explicó Fátima Youssouf. “Soy una de las mujeres trabajadoras de este mundo para criar a mis siete hijos. Trabajo y aporto como todo el mundo. Y hoy me están sacando como, no sé…. pago mis impuestos , pago mis cuotas cuando tengo que hacerlo, aporto como todo el mundo».
La operación durará toda la semana, dijo a los periodistas Psylvia Dewas, la funcionaria local a cargo de reducir las viviendas ilegales.
Unas 135 viviendas serán arrasadas de unas 1.000 viviendas deficientes programadas para ser destruidas en Mayotte.
La demolición de Talus 2 estaba originalmente programada para el 25 de abril, pero fue suspendida por una decisión judicial. Dos sentencias judiciales posteriores autorizaron al Estado francés a proceder.
Las asociaciones han denunciado a Wuambushu como una medida «brutal» que viola los derechos de los migrantes, pero los funcionarios electos locales y muchos residentes la han apoyado.
La operación desencadenó inicialmente enfrentamientos entre jóvenes y fuerzas de seguridad en Mayotte y alimentó las tensiones políticas, ya que la mayoría de los inmigrantes indocumentados de la isla francesa procedían del archipiélago vecino.
De los 350.000 residentes estimados de Mayotte, la mitad no posee la nacionalidad francesa.