WASHINGTON — La política de China del presidente Biden, una mezcla de confrontación y cooperación, enfrentará una prueba de estrés cuando se reúna virtualmente el lunes por la noche con el presidente Xi Jinping, mientras los líderes intentan aprovechar las señales de aliviar la hostilidad.
La conversación bilateral será la tercera desde que Biden asumió el cargo en enero y se produce cuando el líder chino extiende su gobierno sobre la nación más poblada del mundo. Las partes establecen expectativas modestas y no anticipan resultados concretos. En términos generales, Biden y su equipo se han decidido por una estrategia para gestionar la relación a través de lo que llaman «diplomacia intensa».
Fuente: WSJ