GINEBRA — Los países miembros de la ONU concluyeron el viernes un nuevo tratado para ayudar a garantizar que el conocimiento tradicional sobre los recursos genéticos, como las medicinas derivadas de plantas exóticas en las montañas de los Andes, sea rastreado adecuadamente.
Es la primera vez que los 193 estados miembros de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de la ONU han llegado a un acuerdo sobre la protección de patentes sobre el conocimiento histórico de las culturas indígenas, que durante mucho tiempo han sido explotadas por colonos, comerciantes y otros.
El tratado no aborda la compensación a las comunidades indígenas por su experiencia histórica sobre productos extraídos de cosas como plantas tropicales.
Pero el acuerdo se considera un primer paso importante. Requiere que los solicitantes de patentes, como los empresarios extranjeros o las empresas internacionales, especifiquen de dónde obtuvieron las ideas sobre lo que se incluye en sus productos, especialmente los insumos extraídos del conocimiento de los pueblos indígenas o locales.
Daren Tang, director general de la organización, dijo que el acuerdo demostraba que «el multilateralismo está vivo y coleando en la OMPI».
“Hoy hicimos historia en muchos sentidos”, afirmó. «Con esto, estamos demostrando que el sistema de propiedad intelectual puede seguir incentivando la innovación y al mismo tiempo evolucionar de manera más inclusiva, respondiendo a las necesidades de todos los países y sus comunidades».
El tratado de la OMPI sobre Propiedad Intelectual, Recursos Genéticos y Conocimientos Tradicionales Conexos, alcanzado por consenso después de más de dos décadas de elaboración, entrará en vigor como derecho internacional después de que 15 países lo adopten.
El acuerdo se centra en recursos genéticos como plantas medicinales, cultivos agrícolas y algunas razas animales. No será retroactivo, lo que significa que sólo será aplicable a descubrimientos futuros, no a los pasados.
Las normas de la OMPI no permiten la protección de la propiedad intelectual de los recursos naturales o genéticos en sí, pero sí ayudan a salvaguardar las invenciones (de personas) que ponen esos recursos a trabajar para la humanidad, ya sea históricamente o recientemente.
El acuerdo, por ejemplo, exigirá que las empresas de industrias como la moda, los artículos de lujo y los productos farmacéuticos especifiquen el origen de los químicos de origen vegetal en los medicamentos o las plantas en las cremas para la piel que utilizan para sus productos, si se derivan del conocimiento local.