El aumento de casos de pinchazos a mujeres en discotecas y fiestas multitudinarias supuestamente para drogar y someter a las víctimas Se ha convertido en una preocupación para miles de jóvenes en España, que miran con preocupación esta nueva práctica de agresión machista.
Marina Canovaca, de 23 años, sintió hace unas semanas un pinchazo en una discoteca cuando disfrutaba de una noche de fiesta en el Puerto de Santa María, localidad turística del sur de España.
«Sentí que me agarraron y me llevaron a algún lado. Me atrasé sin preguntar”, explica a EFE Marina, que describe el pinchazo como algo parecido a lo que sintió con la vacuna de la covid.
La joven fue sometida a diversas pruebas para comprobar si le habían administrado alguna sustancia y, a pesar de presentar síntomas como mareos y pérdida del conocimiento, el resultado fue negativohecho que se repite en la mayoría de las denuncias y cuyo motivo aún se desconoce.
“Realmente sentí que estaba loco, sentí que no me iban a creer. Lo denunciamos, pero me siento impotente porque algunas personas piensan que esto es un invento. No se lo deseo a nadie, nunca piensas que esto te va a pasar a ti”, señala.
Hay unas 60 denuncias en España por pinchazos. Foto AFP
Denuncian en España
Según el artículo 181.2 del Código Penal español, “se considera abuso sexual el que se practica sobre personas que están privados de significadoasí como los cometidos mediante la anulación de la voluntad de la víctima mediante el uso de estupefacientes, estupefacientes o cualquier otra sustancia natural o química idónea para este fin.
En base a ello, el uso de una sustancia química que anula la voluntad de la víctima no se considera violencia o intimidación y, por tanto, sólo encuadraría en el tipo de abuso sexual y no de agresión.
«A partir de hoy, hay unas 60 denuncias en españa (por pinchazos), aunque habría que averiguar si ha habido sumisión química en todos los casos. No obstante, se está entendiendo el delito de lesiones, leves, aunque no ha habido sometimiento químico”, explica a EFE Iker Echevarría, abogado especialista en derecho penal y doctor en derecho.
Además, en países como Reino Unido o Francia Ya se han registrado alrededor de 1.700 casos desde septiembre de 2021 hasta enero de 2022 y en países como Bélgica, señala Echevarría, “recientemente se ha endurecido el código penal, imponiendo penas de hasta 15 años de prisión a quienes droguen a otros sin su consentimiento”.
En Reino Unido o Francia ya se han registrado unos 1.700 casos desde septiembre de 2021 hasta enero de 2022. Foto AFP
Desde el campo de la psicología, la «solución» a estos pinchazos es “educar en igualdad desde la infancia”, apunta la psicóloga Marina Pinilla, “y no esperar a que sean adolescentes o jóvenes para educar exclusivamente a las mujeres en el miedo”.
“Aunque no hay sustancia inyectada, las víctimas no saben qué ha pasado, si han sido drogadas o no, y si han podido transmitir alguna infección por contacto o material punzocortante contaminado. Los efectos psicológicos son similares a los de la sumisión química pero en menor medida, ataques de pánico, palpitaciones, sensación de asfixia, náuseasmareos que pueden provocar desmayos, hormigueo en las extremidades y miedo a perder el control”, dice.
En cuanto a la forma en que se tratan estos casos desde la psicología, la profesional clínica Elena Daprá destaca la importancia de trabajar mucho las creencias y el miedo.
«Los sentimiento de impotencia e indefensión que tiene la víctima es muy grande, porque piensa que su agresión no ha tenido repercusión. Hay que trabajar el miedo para que salga y puedas hacer una vida normalizada”, explica.
¿Es un crimen?
Eduardo Ramos, jefe de la Sección de Laboratorio de la Asociación Andaluza de Médicos Forenses (AMFA), señala que “Es plausible sospechar” que la mayoría de estas inyecciones están siendo “pinchazos secos”, un simple pinchazo con una aguja para asustar y crear alarma.
Con este método se consigue que las mujeres no puedan acceder al ocio de forma segura. “Si lo llamamos vandalismo, se vuelve trivial, es otra cosa. Es una situación que contra la mujer por el simple hecho de ser mujer”, remarca.
Sebastián Díaz, médico forense, detalla que para realizar un pinchazo con la intención de inyectar algo se necesita introducir “dos milímetros de líquido durante, al menos 50 o 60 segundos.
“En estos casos se está viendo que es solo un pinchazo de un segundo, donde la víctima siente el dolor. Por eso creo que en el sometimiento químico están saliendo resultados negativos, pero puede derivar en la propagación de otras enfermedades por el propio pinchazo”, advierte.
Con Manuel Jesús Cruz. Agencia EFE
PB
El aumento de casos de pinchazos a mujeres en discotecas y fiestas multitudinarias supuestamente para drogar y someter a las víctimas Se ha convertido en una preocupación para miles de jóvenes en España, que miran con preocupación esta nueva práctica de agresión machista.
Marina Canovaca, de 23 años, sintió hace unas semanas un pinchazo en una discoteca cuando disfrutaba de una noche de fiesta en el Puerto de Santa María, localidad turística del sur de España.
«Sentí que me agarraron y me llevaron a algún lado. Me atrasé sin preguntar”, explica a EFE Marina, que describe el pinchazo como algo parecido a lo que sintió con la vacuna de la covid.
La joven fue sometida a diversas pruebas para comprobar si le habían administrado alguna sustancia y, a pesar de presentar síntomas como mareos y pérdida del conocimiento, el resultado fue negativohecho que se repite en la mayoría de las denuncias y cuyo motivo aún se desconoce.
“Realmente sentí que estaba loco, sentí que no me iban a creer. Lo denunciamos, pero me siento impotente porque algunas personas piensan que esto es un invento. No se lo deseo a nadie, nunca piensas que esto te va a pasar a ti”, señala.
Hay unas 60 denuncias en España por pinchazos. Foto AFP
Denuncian en España
Según el artículo 181.2 del Código Penal español, “se considera abuso sexual el que se practica sobre personas que están privados de significadoasí como los cometidos mediante la anulación de la voluntad de la víctima mediante el uso de estupefacientes, estupefacientes o cualquier otra sustancia natural o química idónea para este fin.
En base a ello, el uso de una sustancia química que anula la voluntad de la víctima no se considera violencia o intimidación y, por tanto, sólo encuadraría en el tipo de abuso sexual y no de agresión.
«A partir de hoy, hay unas 60 denuncias en españa (por pinchazos), aunque habría que averiguar si ha habido sumisión química en todos los casos. No obstante, se está entendiendo el delito de lesiones, leves, aunque no ha habido sometimiento químico”, explica a EFE Iker Echevarría, abogado especialista en derecho penal y doctor en derecho.
Además, en países como Reino Unido o Francia Ya se han registrado alrededor de 1.700 casos desde septiembre de 2021 hasta enero de 2022 y en países como Bélgica, señala Echevarría, “recientemente se ha endurecido el código penal, imponiendo penas de hasta 15 años de prisión a quienes droguen a otros sin su consentimiento”.
En Reino Unido o Francia ya se han registrado unos 1.700 casos desde septiembre de 2021 hasta enero de 2022. Foto AFP
Desde el campo de la psicología, la «solución» a estos pinchazos es “educar en igualdad desde la infancia”, apunta la psicóloga Marina Pinilla, “y no esperar a que sean adolescentes o jóvenes para educar exclusivamente a las mujeres en el miedo”.
“Aunque no hay sustancia inyectada, las víctimas no saben qué ha pasado, si han sido drogadas o no, y si han podido transmitir alguna infección por contacto o material punzocortante contaminado. Los efectos psicológicos son similares a los de la sumisión química pero en menor medida, ataques de pánico, palpitaciones, sensación de asfixia, náuseasmareos que pueden provocar desmayos, hormigueo en las extremidades y miedo a perder el control”, dice.
En cuanto a la forma en que se tratan estos casos desde la psicología, la profesional clínica Elena Daprá destaca la importancia de trabajar mucho las creencias y el miedo.
«Los sentimiento de impotencia e indefensión que tiene la víctima es muy grande, porque piensa que su agresión no ha tenido repercusión. Hay que trabajar el miedo para que salga y puedas hacer una vida normalizada”, explica.
¿Es un crimen?
Eduardo Ramos, jefe de la Sección de Laboratorio de la Asociación Andaluza de Médicos Forenses (AMFA), señala que “Es plausible sospechar” que la mayoría de estas inyecciones están siendo “pinchazos secos”, un simple pinchazo con una aguja para asustar y crear alarma.
Con este método se consigue que las mujeres no puedan acceder al ocio de forma segura. “Si lo llamamos vandalismo, se vuelve trivial, es otra cosa. Es una situación que contra la mujer por el simple hecho de ser mujer”, remarca.
Sebastián Díaz, médico forense, detalla que para realizar un pinchazo con la intención de inyectar algo se necesita introducir “dos milímetros de líquido durante, al menos 50 o 60 segundos.
“En estos casos se está viendo que es solo un pinchazo de un segundo, donde la víctima siente el dolor. Por eso creo que en el sometimiento químico están saliendo resultados negativos, pero puede derivar en la propagación de otras enfermedades por el propio pinchazo”, advierte.
Con Manuel Jesús Cruz. Agencia EFE
PB
El aumento de casos de pinchazos a mujeres en discotecas y fiestas multitudinarias supuestamente para drogar y someter a las víctimas Se ha convertido en una preocupación para miles de jóvenes en España, que miran con preocupación esta nueva práctica de agresión machista.
Marina Canovaca, de 23 años, sintió hace unas semanas un pinchazo en una discoteca cuando disfrutaba de una noche de fiesta en el Puerto de Santa María, localidad turística del sur de España.
«Sentí que me agarraron y me llevaron a algún lado. Me atrasé sin preguntar”, explica a EFE Marina, que describe el pinchazo como algo parecido a lo que sintió con la vacuna de la covid.
La joven fue sometida a diversas pruebas para comprobar si le habían administrado alguna sustancia y, a pesar de presentar síntomas como mareos y pérdida del conocimiento, el resultado fue negativohecho que se repite en la mayoría de las denuncias y cuyo motivo aún se desconoce.
“Realmente sentí que estaba loco, sentí que no me iban a creer. Lo denunciamos, pero me siento impotente porque algunas personas piensan que esto es un invento. No se lo deseo a nadie, nunca piensas que esto te va a pasar a ti”, señala.
Hay unas 60 denuncias en España por pinchazos. Foto AFP
Denuncian en España
Según el artículo 181.2 del Código Penal español, “se considera abuso sexual el que se practica sobre personas que están privados de significadoasí como los cometidos mediante la anulación de la voluntad de la víctima mediante el uso de estupefacientes, estupefacientes o cualquier otra sustancia natural o química idónea para este fin.
En base a ello, el uso de una sustancia química que anula la voluntad de la víctima no se considera violencia o intimidación y, por tanto, sólo encuadraría en el tipo de abuso sexual y no de agresión.
«A partir de hoy, hay unas 60 denuncias en españa (por pinchazos), aunque habría que averiguar si ha habido sumisión química en todos los casos. No obstante, se está entendiendo el delito de lesiones, leves, aunque no ha habido sometimiento químico”, explica a EFE Iker Echevarría, abogado especialista en derecho penal y doctor en derecho.
Además, en países como Reino Unido o Francia Ya se han registrado alrededor de 1.700 casos desde septiembre de 2021 hasta enero de 2022 y en países como Bélgica, señala Echevarría, “recientemente se ha endurecido el código penal, imponiendo penas de hasta 15 años de prisión a quienes droguen a otros sin su consentimiento”.
En Reino Unido o Francia ya se han registrado unos 1.700 casos desde septiembre de 2021 hasta enero de 2022. Foto AFP
Desde el campo de la psicología, la «solución» a estos pinchazos es “educar en igualdad desde la infancia”, apunta la psicóloga Marina Pinilla, “y no esperar a que sean adolescentes o jóvenes para educar exclusivamente a las mujeres en el miedo”.
“Aunque no hay sustancia inyectada, las víctimas no saben qué ha pasado, si han sido drogadas o no, y si han podido transmitir alguna infección por contacto o material punzocortante contaminado. Los efectos psicológicos son similares a los de la sumisión química pero en menor medida, ataques de pánico, palpitaciones, sensación de asfixia, náuseasmareos que pueden provocar desmayos, hormigueo en las extremidades y miedo a perder el control”, dice.
En cuanto a la forma en que se tratan estos casos desde la psicología, la profesional clínica Elena Daprá destaca la importancia de trabajar mucho las creencias y el miedo.
«Los sentimiento de impotencia e indefensión que tiene la víctima es muy grande, porque piensa que su agresión no ha tenido repercusión. Hay que trabajar el miedo para que salga y puedas hacer una vida normalizada”, explica.
¿Es un crimen?
Eduardo Ramos, jefe de la Sección de Laboratorio de la Asociación Andaluza de Médicos Forenses (AMFA), señala que “Es plausible sospechar” que la mayoría de estas inyecciones están siendo “pinchazos secos”, un simple pinchazo con una aguja para asustar y crear alarma.
Con este método se consigue que las mujeres no puedan acceder al ocio de forma segura. “Si lo llamamos vandalismo, se vuelve trivial, es otra cosa. Es una situación que contra la mujer por el simple hecho de ser mujer”, remarca.
Sebastián Díaz, médico forense, detalla que para realizar un pinchazo con la intención de inyectar algo se necesita introducir “dos milímetros de líquido durante, al menos 50 o 60 segundos.
“En estos casos se está viendo que es solo un pinchazo de un segundo, donde la víctima siente el dolor. Por eso creo que en el sometimiento químico están saliendo resultados negativos, pero puede derivar en la propagación de otras enfermedades por el propio pinchazo”, advierte.
Con Manuel Jesús Cruz. Agencia EFE
PB
El aumento de casos de pinchazos a mujeres en discotecas y fiestas multitudinarias supuestamente para drogar y someter a las víctimas Se ha convertido en una preocupación para miles de jóvenes en España, que miran con preocupación esta nueva práctica de agresión machista.
Marina Canovaca, de 23 años, sintió hace unas semanas un pinchazo en una discoteca cuando disfrutaba de una noche de fiesta en el Puerto de Santa María, localidad turística del sur de España.
«Sentí que me agarraron y me llevaron a algún lado. Me atrasé sin preguntar”, explica a EFE Marina, que describe el pinchazo como algo parecido a lo que sintió con la vacuna de la covid.
La joven fue sometida a diversas pruebas para comprobar si le habían administrado alguna sustancia y, a pesar de presentar síntomas como mareos y pérdida del conocimiento, el resultado fue negativohecho que se repite en la mayoría de las denuncias y cuyo motivo aún se desconoce.
“Realmente sentí que estaba loco, sentí que no me iban a creer. Lo denunciamos, pero me siento impotente porque algunas personas piensan que esto es un invento. No se lo deseo a nadie, nunca piensas que esto te va a pasar a ti”, señala.
Hay unas 60 denuncias en España por pinchazos. Foto AFP
Denuncian en España
Según el artículo 181.2 del Código Penal español, “se considera abuso sexual el que se practica sobre personas que están privados de significadoasí como los cometidos mediante la anulación de la voluntad de la víctima mediante el uso de estupefacientes, estupefacientes o cualquier otra sustancia natural o química idónea para este fin.
En base a ello, el uso de una sustancia química que anula la voluntad de la víctima no se considera violencia o intimidación y, por tanto, sólo encuadraría en el tipo de abuso sexual y no de agresión.
«A partir de hoy, hay unas 60 denuncias en españa (por pinchazos), aunque habría que averiguar si ha habido sumisión química en todos los casos. No obstante, se está entendiendo el delito de lesiones, leves, aunque no ha habido sometimiento químico”, explica a EFE Iker Echevarría, abogado especialista en derecho penal y doctor en derecho.
Además, en países como Reino Unido o Francia Ya se han registrado alrededor de 1.700 casos desde septiembre de 2021 hasta enero de 2022 y en países como Bélgica, señala Echevarría, “recientemente se ha endurecido el código penal, imponiendo penas de hasta 15 años de prisión a quienes droguen a otros sin su consentimiento”.
En Reino Unido o Francia ya se han registrado unos 1.700 casos desde septiembre de 2021 hasta enero de 2022. Foto AFP
Desde el campo de la psicología, la «solución» a estos pinchazos es “educar en igualdad desde la infancia”, apunta la psicóloga Marina Pinilla, “y no esperar a que sean adolescentes o jóvenes para educar exclusivamente a las mujeres en el miedo”.
“Aunque no hay sustancia inyectada, las víctimas no saben qué ha pasado, si han sido drogadas o no, y si han podido transmitir alguna infección por contacto o material punzocortante contaminado. Los efectos psicológicos son similares a los de la sumisión química pero en menor medida, ataques de pánico, palpitaciones, sensación de asfixia, náuseasmareos que pueden provocar desmayos, hormigueo en las extremidades y miedo a perder el control”, dice.
En cuanto a la forma en que se tratan estos casos desde la psicología, la profesional clínica Elena Daprá destaca la importancia de trabajar mucho las creencias y el miedo.
«Los sentimiento de impotencia e indefensión que tiene la víctima es muy grande, porque piensa que su agresión no ha tenido repercusión. Hay que trabajar el miedo para que salga y puedas hacer una vida normalizada”, explica.
¿Es un crimen?
Eduardo Ramos, jefe de la Sección de Laboratorio de la Asociación Andaluza de Médicos Forenses (AMFA), señala que “Es plausible sospechar” que la mayoría de estas inyecciones están siendo “pinchazos secos”, un simple pinchazo con una aguja para asustar y crear alarma.
Con este método se consigue que las mujeres no puedan acceder al ocio de forma segura. “Si lo llamamos vandalismo, se vuelve trivial, es otra cosa. Es una situación que contra la mujer por el simple hecho de ser mujer”, remarca.
Sebastián Díaz, médico forense, detalla que para realizar un pinchazo con la intención de inyectar algo se necesita introducir “dos milímetros de líquido durante, al menos 50 o 60 segundos.
“En estos casos se está viendo que es solo un pinchazo de un segundo, donde la víctima siente el dolor. Por eso creo que en el sometimiento químico están saliendo resultados negativos, pero puede derivar en la propagación de otras enfermedades por el propio pinchazo”, advierte.
Con Manuel Jesús Cruz. Agencia EFE
PB