Por André Wilkens, Director, ECF, y Paweł Zerka, Senior Policy Fellow, ECFR
La guerra en Ucrania está poniendo a prueba el compromiso de Europa con la apertura, la diversidad, la libertad, la solidaridad y la responsabilidad individual, y no es solo la imagen de Europa lo que está en juego, escriben André Wilkens y Paweł Zerka.
Los europeos han demostrado que sus rivales estaban equivocados. Desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia a fines de febrero de 2022, los gobiernos y ciudadanos europeos han mostrado solidaridad con Ucrania y unidad dentro de sus propias filas.
Este fuerte sentimiento europeo se pondrá a prueba en los próximos meses. Pero no es solo la desinformación rusa, el costo de la vida o las preocupaciones sobre la migración lo que puede socavarlo.
La respuesta colectiva de la UE y los estados miembros a la guerra de Rusia influirá en las actitudes de los ciudadanos dentro de Europa y en la imagen de Europa en el exterior.
La medida en que reafirmen o socaven los valores europeos determinará su credibilidad y legitimidad.
No hay lugar para el declive
El público europeo está muy apegado a Europa y es optimista sobre el futuro de la UE, según encuestas de opinión recientes.
Los gobiernos de la mayoría de los estados miembros de la UE son claramente proeuropeos, con la única excepción de Hungría (y los mensajes contradictorios de Polonia y Bulgaria).
A lo largo del año pasado, los gobiernos de cuatro países (República Checa, Dinamarca, Eslovaquia y Eslovenia) han demostrado un apego creciente a Europa.
Mientras tanto, en solo uno (Bulgaria), el gobierno se ha vuelto más escéptico sobre los beneficios del proyecto europeo.
European Sentiment Compass, una iniciativa conjunta del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) y la Fundación Cultural Europea (ECF), explora cómo Europa está respondiendo a los desafíos que la guerra de Rusia contra Ucrania constituye para los valores europeos.
Los hallazgos deberían alentar a los líderes de la UE y de los estados miembros a repensar la forma en que hablan y piensan sobre Europa.
El ‘sentimiento europeo’ ha sido puesto a prueba
Cuando se les pregunta cómo debería ayudarlos Europa, los funcionarios ucranianos suelen pedir armas y municiones.
Es comprensible que solo se considere que el equipo militar marca una diferencia inmediata en el campo de batalla.
Pero cuanto más dure la guerra en Ucrania, más importante será garantizar que el apoyo europeo siga siendo aceptable para los ciudadanos europeos y convincente para los ucranianos.
Esto requerirá un fuerte “sentimiento europeo”, para tomar prestada una expresión de Robert Schuman, uno de los arquitectos de la integración de Europa posterior a 1945.
Los líderes de la UE y de los estados miembros reconocen ampliamente los riesgos relacionados con la desinformación rusa, la creciente crisis del costo de vida y las preocupaciones migratorias entre los europeos.
De hecho, esto podría afectar profundamente el sentimiento europeo y, con él, el apoyo europeo a Ucrania. Es bueno que la UE y los líderes de los estados miembros estén tomando medidas para hacer frente a estas amenazas.
¿Podría Rusia socavar la unidad de Europa?
Sin embargo, se subestima cómo la cultura, los medios y los ciudadanos rusos también podrían socavar el sentimiento europeo.
Sobre esto, la UE y los líderes de los estados miembros se enfrentan a varios dilemas.
¿Deberían restringir la presencia de la cultura rusa en sus países como muestra de solidaridad con Ucrania? ¿Deberían tomar medidas drásticas contra los medios rusos en la UE27?
¿Deberían imponer una prohibición de viajar a todos los ciudadanos rusos? ¿Deberían considerar a los rusos como responsables colectivos de la guerra?
¿O podrían ver a los ciudadanos y actores culturales rusos y bielorrusos como aliados para detener la guerra y transformar estos países para mejor?
Europa tiene una fuerte cultura de resistencia
La forma en que los líderes de la UE y de los estados miembros respondan a estos dilemas puede reivindicar o refutar su imagen, tanto a los ojos de sus propios ciudadanos como a los del resto del mundo.
Europa puede demostrar ser confiable, pacífica y fuerte. O puede proporcionar argumentos para quienes afirman que es hipócrita, agresivo y débil.
Para evitar este último escenario, los líderes de la UE y de los estados miembros deben recuperar la confianza en el liberalismo y en sus propios ciudadanos.
En primer lugar, deben ser muy cautelosos en su trato con la cultura rusa en Europa.
Mientras la guerra esté en curso, no debería haber espacio en Europa para artistas rusos que estén, en alguna medida, relacionados con el estado ruso.
Sin embargo, a partir de esto, hay un largo camino para decir que toda la cultura rusa debería quedar en suspenso, como han propuesto algunos en Kiev y en los estados miembros más agresivos de la UE.
En segundo lugar, la UE y sus estados miembros deben demostrar que son un lugar donde puede tener lugar un debate pluralista.
Centrarse demasiado en prohibir los medios rusos y perseguir noticias falsas pone a Europa a la defensiva.
En lugar de simplemente quejarse de la propaganda rusa y recurrir a medidas que pueden parecer censura, Europa debería prepararse para participar en la batalla de las narrativas y ganarla.
Debemos evitar el pensamiento en blanco y negro
Finalmente, los líderes europeos deben resistir la retórica de blanco y negro y, en cambio, ver a las personas como aliados.
Deben reconocer que no todos los rusos tienen la misma responsabilidad por la guerra en Ucrania y que los ciudadanos bielorrusos no son los mismos que el régimen de Lukashenka.
De hecho, muchos ciudadanos rusos y bielorrusos pueden resultar aliados útiles para poner fin a la guerra en Ucrania.
La guerra en Ucrania está poniendo a prueba el compromiso de Europa con la apertura, la diversidad, la libertad, la solidaridad y la responsabilidad individual.
Lo que está en juego no es sólo la imagen de Europa a los ojos del mundo y de los propios europeos.
La unidad de Europa y el apoyo del continente a Ucrania también lo son.
André Wilkens es el Director de la Fundación Cultural Europea (ECF) en Ámsterdam. Paweł Zerka es Senior Policy Fellow en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) y autor de European Sentiment Compass.
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