El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha reiterado su llamado a desmantelar las barricadas de protesta en Nueva Caledonia, donde se han desatado disturbios. Macron prometió que los refuerzos policiales, que se encuentran combatiendo las protestas mortales en el archipiélago francés, permanecerán allí por el tiempo necesario. A pesar de que los servicios de seguridad franceses estarán enfocados en el despliegue de seguridad para los Juegos Olímpicos franceses en las próximas semanas.
Modificando su agenda y viajando desde París en su avión presidencial, Macron tomó medidas para abordar la crisis en Nueva Caledonia, que ha resultado en seis muertes y una ola de destrucción. El archipiélago es una importante fuente global de níquel, utilizado en baterías y otros productos cotidianos, y la población indígena kanak ha estado reclamando la independencia de Francia durante mucho tiempo.
Los líderes independentistas kanak, que previamente rechazaron la oferta de Macron de dialogar por videoconferencia, se reunieron en persona con él en la capital, Nouméa. También estuvieron presentes líderes unionistas rivales que desean que Nueva Caledonia siga siendo parte de Francia.
Macron instó a los líderes locales a usar su influencia para restaurar el orden y levantar las barricadas que han generado caos en Nouméa. A pesar de la presencia de más de 1.000 agentes de refuerzo, los disturbios continuaron incluso después de la llegada de Macron, lo que llevó a la imposición de un toque de queda.
El mandatario francés aseguró que los refuerzos policiales se mantendrán en Nueva Caledonia todo el tiempo necesario, incluso durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Macron también mencionó que se abordarán las cuestiones de reconstrucción económica y se tomarán decisiones importantes para el futuro de Nueva Caledonia.
La violencia estalló el 13 de mayo durante un debate en la legislatura francesa en París sobre cambios en las listas electorales de Nueva Caledonia. La aprobación de un proyecto que permitirá a residentes de al menos 10 años votar en las elecciones provinciales ha generado controversia y tensiones en el archipiélago.
La situación en Nueva Caledonia es la más grave desde la década de 1980, cuando París impuso el estado de emergencia en el territorio. Más de 280 personas han sido detenidas en relación con los disturbios, según las autoridades francesas.