El grupo MartiDerm, especializado en productos antiedad y cosmética cutánea, afronta una nueva etapa de crecimiento tras haber ampliado su base exportadora con diez nuevos mercados en el último año. La firma de la familia Martí vende ya sus productos en más de 50 países y se prepara para dar un nuevo salto este año, afirma su director general, Enric Sallés.
El 50% de los ingresos proviene de las ventas en el exterior, siendo México uno de los principales mercados internacionales. En el país americano cuentan con una filial y 50 trabajadores, que se suman a los 250 de la planta de Cervelló (Baix Llobregat). “En México hemos triplicado nuestro volumen de negocio en tres años y después de haber entrado en países como Perú o Chile, nos estamos preparando para entrar en Colombia, entre otros”, continúa Sallés.
El grupo, propiedad de la familia Martí, amplía su presencia en Europa y Latinoamérica
El Sudeste Asiático y Europa también están dentro de su estrategia. Con la mitad de sus ventas en España, tiene presencia en Portugal, Francia, Italia y Reino Unido. “El siguiente paso será vender en Alemania, lo que nos posicionará en los grandes mercados del continente”, explica el directivo.
Esta mayor expansión le ayudará a crecer a “dobles dígitos” en 2024, augura Sallés. En 2023 MartiDerm ya ha incrementado su facturación un 10%, hasta los 45 millones de euros. La reciente ampliación de los laboratorios y equipamientos de Cervelló (10.000 metros cuadrados en total), con una inversión de un millón de euros, nos permitirá acometer el nuevo plan de crecimiento.
Diversificación del producto
Otra palanca se centra en la diversificación de su cartera. La compañía es especialmente conocida por sus populares ampollas faciales (vende unas 180.000 unidades al día), pero en los últimos años ha lanzado otros productos (más de 20 desde 2022) para ampliar su base de clientes y sus ventas. “No hemos introducido en el sector protectores solares ni sérums muy concentrados”, comenta el director general.
La empresa tiene su origen en la pequeña farmacia Martí Tor, fundada en 1952 en el centro de Barcelona. En 1989, junto a un equipo de dermatólogos, comenzaron a vender las ampollas de proteoglicanos que luego se convirtieron en su producto estrella. De la mano de la segunda generación familiar, ha emprendido recientemente un proceso de profesionalización del equipo directivo. Entre sus objetivos de crecimiento no descartan las compras, que, sin embargo, aún no están sobre la mesa.
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