Más de diez mil personas desplazadas en los últimos días por las inundaciones en la región de Emilia-Romagna, en Italia, han podido regresar a sus hogares, mientras continúan las labores de limpieza y control de deslizamientos, que ahora es lo que más preocupa. . El último tramo de este domingo (21.05.2023) sitúa los desplazados en 26.000, mientras que ayer sábado se superaron los 36.600, aunque la «alerta roja» continúa hasta mañana en toda la región. El último reporte oficial mantiene en 14 las muertes confirmadas.
La mayoría de los desplazados son de la provincia de Rávena (19.500), la más afectada, mientras que otros 4.918 son de Forlì-Cesena y 1.906 de Bolonia. Más de 5.300 personas siguen siendo acogidas en instalaciones de Protección Civil, colegios y polideportivos, mientras que el resto ha encontrado alojamiento alternativo en segundas residencias o casas de familiares o amigos, según la misma fuente.
Protección Civil informó hoy que aún hay 43 municipios inundados y unos 305 derrumbes afectan a 54 localidades. El desastre desatado el pasado miércoles ha provocado daños estimados en «miles de millones de euros» por las autoridades regionales, ha destruido numerosas infraestructuras y este domingo ha mantenido cerradas 622 carreteras.
Activistas climáticos han teñido de negro las aguas de la Fontana de Trevi en Roma.
La primera ministra, Giorgia Meloni, adelantó su regreso de la cumbre del G7 en Hiroshima y este domingo visitó las zonas afectadas y ha convocado este martes un Consejo de Ministros extraordinario para desembolsar las primeras ayudas y exenciones fiscales. Su presencia ha sido criticada por la alcaldesa de Rávena, Michele De Pascale, quien ha dicho que «ahora mismo necesitamos de todo menos pasarelas con cientos de personas».
Mientras tanto, en Roma, los activistas climáticos han teñido de negro el agua de la famosa Fontana de Trevi, diciendo que la inundación es «una advertencia». Activistas de la organización ecologista Última Generación ingresaron a la famosa fuente y vertieron un líquido a base de carbón en el agua y desplegaron una pancarta exigiendo dejar de invertir en combustibles fósiles antes de ser desalojados por la policía.
lgc (afp/efe)