La marcha en defensa de la universidad pública del pasado martes no fue una buena noticia para el Gobierno y no sólo por lo más evidente, por su enorme magnitud. Tampoco se debió al despliegue de consignas críticas a la gestión oficial, que si bien las hubo, no fueron suficientes para elevar la marcha a la categoría de manifestación definitivamente opositora.
Error de tiempo, subestimación, imprevisibilidad. o lo que hubiera sido, la cuestión es que la multitud en las calles se cruzó en el camino del mensaje de soporte de ajuste que ahora Javier Milei busca con ansias instalar. Ahora y sobre todo, aprovechando el superávit fiscal de enero-marzo pasado logrado al inicio de su administración y el primero en un trimestre desde 2008.
“Es una hazaña de talla mundial, un milagro económico y un hito que debe enorgullecernos como país”, se jactó el presidente el lunes en la cadena nacional. Y luego: “Fue un esfuerzo heroico que estamos haciendo la mayoría de los argentinos y una muestra de la fortaleza con la que se enfrenta este desafío que da sostenibilidad a las cuentas públicas”.
En la misma línea, el ministro de Economía, Luis Caputo, había admitido días antes en Nueva York ante unos 400 inversores, banqueros y analistas financieros internacionales: “La razón por la que ponemos tanto énfasis en esto (el apoyo de la gente) ) Es que, como formuladores de políticas, en Argentina no tenemos las mismas herramientas que en cualquier país desarrollado. Porque no tenemos credibilidad»..
Estaba claro dondequiera que se mirara que la marcha del martes no mostró nada remotamente parecido a algún tipo de respaldo a la restricción fiscal que ha sellado el modelo económico, sino todo lo contrario. Fue directo contra la toma del 28% real, descontando la inflación, que Milei sumó a las transferencias del gobierno a las universidades nacionales durante el primer bimestre de 2024.
Un análisis del IARAF, instituto dedicado al análisis de las cuentas del Estado, reveló información aún más convincente. Dijo que el superávit para el primer trimestre de 2024 continuó El mayor recorte del gasto público en 30 años.a lo cual las pensiones aportaron $2,9 billones, lo que representó el 35% del “ahorro” total.
El hecho es que cerca de un millón de personas, de las más diversas edades, la mayoría estudiantes pero no todos estudiantes, previeron el riesgo de que debajo de la retirada del presupuesto universitario sufriera un golpe a la educación pública. Y, acoplado, un movimiento contra el Estado activo.
Es bien sabido y los libertarios deberían saberlo: en Argentina, educación pública y gratuita es igual a avance social, a un trabajo generalmente bien remunerado, a la igualdad de oportunidades y probablemente a tener una vivienda propia. Cosas similares suceden con su prima hermana, la salud pública, y por eso tocarlos es tocar valores que históricamente han distinguido a la Argentina y enorgullecen a los argentinos.
Siempre listo para la chicane, normalmente por la derecha, el martes Milei hizo su aporte personal a la marcha. Publicó una imagen de un león bebiendo de una taza de té que tenía incorporada la leyenda “Lágrimas de zurdos”. Evidentemente, él era el león y los zurdos, se supone, eran los miles y miles que habían llenado calles, avenidas, plazas y plazoletas de todo el país.
Finalmente, Milei decidió levantar la cometa. Y lo hizo con una frase que en cierre pretende mantener la guardia alta: “Vamos a garantizar fondos para las universidades y vamos a auditar cómo se utilizan”, dicho. Y anunció reuniones de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, con los rectores.
Está claro que el Presidente se habría salvado a sí mismo y al país de la batalla con los estudiantes, si lo que dejó para el final lo hubiera hecho al principio.
Algo parecido, de punta a punta, habría ocurrido con la polémica Ley Base que chocó desde el inicio en el Senado y lleva casi un mes con idas y venidas.
Considerado el pilar que guiará las grandes reformas estructurales de los libertarios, los últimos interludios hablan de acuerdos con la oposición y de un trato cercano. En el camino hubo cambios en la legislación laboral que fueron cuestionados por los sindicatos y la CGT, privatizaciones que el radicalismo rechazó, recortes al poder del Estado y desregulaciones exigidas por sectores empresariales.
Mandó, por encima de todas las controversias, un gran objetivo presidencial: “El Pacto del 25 de mayo”, que en principio será firmado por todos los gobernadores y que se basa en 10 principios centrales encaminados a crear “un nuevo orden político y económico”. ”.
De hecho, podría ser una oportunidad para relanzar el gobierno libertario, bastante sacudido estos días por visibles fallos en la gestión gerencial, por asuntos internos que terminan en despidos de funcionarios y por sobreestimaciones personales. Más una economía real que no termina de reaccionar en la que, por lo mismo, la creación de empleo sigue ausente y peligrosamente ausente.
¿Y qué se le ocurrió decir al portavoz del presidente en medio de semejante alboroto?
Perdón por la diatriba, Manuel Adorni dijo: «El la motosierra es eterna. Es para siempre, porque el camino apenas comienza. Entonces vamos a hablar de motosierra hoy, vamos a hablar de motosierra dentro de cuatro años y, si Dios quiere y los argentinos así lo consideran, será motosierra para ocho años y siempre será así. forma.».
Por si no lo has notado, Adorni ya empezó a hablar de reelección. Es que aunque lo hubiera mediado con alusiones a Dios y a los argentinos, eso significa hablar hoy de motosierras desde hace ocho años. Se entiende que no será una motosierra magullada por tanto ajuste.
Con información de: Telam, AF News y OpenAi