Muy buena la decisión de aumentar el salario mínimo en México en 20 por ciento, se mantendrá en 207.44 pesos diarios, es una medida que dignifica el trabajo, sobre todo a los que ganan menos, un pequeño reconocimiento a su esfuerzo diario.
Lástima que el aumento de salarios no sea la única medida necesaria para mejorar las condiciones económicas de la población del país.
Como todo hoy en día, la decisión sólo se ve desde dos puntos de vista; los que la aplauden afirmando que es la panacea para los problemas económicos de los trabajadores más necesitados, hasta los que la califican como una más de las medidas populistas del actual gobierno.
El intercambio entre oficialistas y opositores es constante, las redes sociales son su campo de batalla favorito.
De las acciones que se celebran a bombo y platillo, el aumento salarial se ha convertido en una constante, se realiza un importante despliegue del gobierno, sus simpatizantes y sus aliados, para venderlo como uno de los logros más importantes de la 4T.
La misma dosis seguramente se repetirá el próximo año, la medida trae muchos dividendos políticos para el Ejecutivo federal.
El aumento salarial se ha convertido en una de las principales banderas del morenismo, es una propuesta que conecta muy bien con sus electores y con su base de apoyo, así lo entienden y así lo explotan.
Aunque el aumento por sí solo no soluciona prácticamente nada, el porcentaje del aumento sigue siendo atractivo para la gran mayoría, es una acción simplista, pero muy efectiva en términos de comunicación política.
Los opositores, por su parte, insisten en descalificar el aumento y para ello utilizan análisis económicos, entre los que destaca el argumento de que dicha medida genera mayor inflación y, por tanto, menor poder adquisitivo. Su error está ahí, en la descalificación, a la gente que sólo gana el salario mínimo no se le puede pedir que esté en contra de su aumento, es una torpeza.
Muy diferente sería si apoyaran la propuesta, pero al mismo tiempo exigieran una serie de acciones complementarias que fortalezcan la economía de los que menos tienen.
Hacer lo contrario solo genera mayor rechazo entre la población más vulnerable y le da muchos argumentos al oficialismo para seguir con su campaña de polarización, que es precisamente lo que quieren.
Si continúa con la misma ruta, los resultados seguirán siendo los mismos; la oposición dividiendo el voto de la clase media, y el voto de las clases populares seguirá con su apoyo contundente a Morena. Las elecciones se ganan con votos, y cada uno vale lo mismo, igual de importante es tener propuestas para los de arriba, para los de abajo y para los de en medio.
Cada pequeña batalla sumará el resultado de 2024, el aumento salarial no debe entenderse como un triunfo solo del gobierno, sino también de los más necesitados, y si esto no se puede entender desarrollar una estrategia de comunicación diferente que permita la oposición para conectar con el electorado más vulnerable de este país, pueden despedirse de la posibilidad de ganar las próximas elecciones presidenciales
POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR
CAMARADA
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