El presidente de Brasil afirmó que no viajará este miércoles a Florida, donde tendría previsto reunirse con Donald Trump.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se refirió a su posible viaje, esta semana, a Estados Unidos, para permanecer tres meses cerca de su aliado, el expresidente estadounidense Donald Trump y así evitar pasar la banda presidencial el domingo 1 de enero al presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva.
“No voy a hacer una fiesta. Falso. No viajaré este miércoles. Falso”, dijo brevemente Bolsonaro a CNN Brasil, antes de que la prensa informara que tiene todo listo para mudarse a Orlando, Florida, por tres meses. donde gran parte de la extrema derecha brasileña está en el exterior.
Se desconoce si habrá alguna autoridad de Bolsonaro en el cambio de mando, en la ceremonia prevista en la puerta del Palacio del Planalto, sede del Gobierno, tras el juramento ante el Congreso.
Según fuentes políticas cercanas a Bolsonaro citadas por la prensa local, el jefe de Estado, que apenas trabajó cuatro días desde que perdió la reelección ante Lula el 30 de octubre, podría viajar mañana o el viernes a Estados Unidos.
La prensa brasileña indicó que Carlos Bolsonaro, hijo del presidente y concejal de Río de Janeiro y asesor digital de su padre, ya está en Florida, considerado el jefe del llamado «gabinete del odio», la máquina de fake news de las redes sociales que está bajo investigación criminal en la corte suprema.
Según asesores de extrema derecha, Bolsonaro debería pasar la Nochevieja en el condominio Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, propiedad del expresidente estadounidense Trump. Ambos estuvieron allí en 2020, como presidentes.
Bolsonaro no reconoció abiertamente la derrota electoral y no condenó los atentados ocurridos el 12 de diciembre en Brasilia cuando Bolsonaro lanzó una serie de ataques en las calles, quemando más de una decena de vehículos contra el diploma de Lula como presidente.
La seguridad alrededor de la ceremonia de toma de posesión de Lula se reforzará luego de que el fin de semana se descubriera un plan ejecutado por un empresario de Bolsonaro acusado de colocar dinamita en un camión cisterna de combustible para intentar volar el aeropuerto internacional de Brasilia.
George Washington Sousa, acusado de terrorismo y con un arsenal en su apartamento alquilado en Brasilia, confesó a la policía que pretendía sembrar el caos y provocar que Bolsonaro declarara el estado de sitio antes de la asunción de Lula.
Por otro lado, la Fuerza de Seguridad Nacional, la policía de élite del gobierno federal, se sumó al operativo el 1 de enero en Brasilia para la toma de posesión de Lula, en el marco del reforzamiento de las medidas de seguridad, sobre todo porque frente a Miles de manifestantes acampan en el cuartel general del Ejército en Brasilia, llamando a un golpe de estado para mantener a Bolsonaro en el poder.