Ofrecen a Federico Silva una despedida triste y rebelde

escultor, pintor y académico mexicano Federico Silva viajaría la noche del 29 de noviembre a la Ciudad de México para inaugurar la exposición retrospectiva que lleva su nombre, en el Palacio de Bellas Artes. Sin embargo, al sentirse mal, se quedó en su casa, en Tlaxcala, donde falleció. Su muerte no tiene relación con ninguna enfermedad, simplemente, a altas horas de la noche y sentado en su sillón dejó de respirar, feliz, tranquilo y orgulloso de su trabajo, “como mueren los sabios”, dijo Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes. Artes y Letras (INBAL).

La fiesta de inauguración de la exposición “Federico Silva, lucha y fraternidad. El triunfo de la rebelión” compuesta por 151 obras que recorren 80 años de creación a través de la pintura, el muralismo, la gráfica, los proyectos editoriales, la escultura, el arte cinético, los teléfonos móviles y el arte digital, se convirtió en un homenaje póstumo, cuerpo presente; en una despedida rebelde.

La exposición, que permanece hasta marzo de 2023, abarca 4 núcleos: el primero, “Del realismo a la abstracción” (1945-1968) incluye obras relacionadas con la Escuela Mexicana de Pintura y el movimiento muralista; la segunda, “La subversión por la forma” (1968-1983) exhibe la obra de Silva en el arte cinético; el tercero, “Sculpting time, arrowing the light (1986–1998)” muestra su obra escultórica; y el cuarto, “Escritura reciente y ejercicios plásticos (2003-2022)”, trata de su práctica artística encaminada a la escritura.

“Pensamos entrar con él, pero este acto es una rebelión consistente, en la vida y muerte de Federico Silva”, dijo la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.

Y agregó: “Hoy todos tenemos muchas preguntas, pero la certeza es que hoy venimos aquí a celebrar la creación y el legado de Federico Silva, sin importar el avión que nos acompañe, vamos a ver obra nueva, hasta su última”. días iba creando”.

Lucina Jiménez, durante el recorrido de prensa, explicó que la muestra cuenta con tres obras ex profeso realizadas por Federico Silva para la muestra, dos esculturas en piedra denominadas «Lucha» y «Fraternidad», y una escultura en plata a la que denominaron «Lucha y Fraternidad», este último, un prototipo a escala. Ya, en el homenaje, la funcionaria indicó que la muestra ahora es “una herencia para su pueblo”.

Respecto al nombre de la muestra, el titular del INBAL afirmó que alude al pensamiento del escultor, quien estaba convencido de que “la lucha y la fraternidad” eran acciones capaces de provocar transformación y cambio, y estas, a su vez, orientan al hombre a encontrar un sentido humanista.

“Quizás él fue el curador más importante de esta exposición, cuando lo visitábamos en Tlaxcala siempre tenía un tema ya trabajado, iba liderando el proceso y siempre nos decían por qué, el contexto político e histórico, nos compartía revistas. y supervisó todo de manera organizada. Esta exposición es un homenaje, pero también una celebración a su espíritu de creación y experimentación”, dijo Jiménez.

En el acto de duelo, al que asistieron familiares y amigos del creador, Luis Ignacio Sáinz, crítico de arte, indicó: «Fue un hombre que, sin mancillar ideológicamente sus piezas, manifestó un espíritu crítico y una vocación de encuentro, fue un tipo profundo que vamos a extrañar mucho porque, en estos tiempos peligrosos de la pandemia, hemos perdido a personas únicas que nos dieron rumbo, como Federico Silva”.

Por su parte, Enrique Villa, director general del Museo de Escultura Contemporánea Federico Silva de San Luis Potosí, afirmó que el escultor fue un hombre generoso, cuya obra siempre mantuvo una línea de conducta política y social con un profundo amor por México.

“Siempre fue un hombre generoso, siempre con una línea de conducta y política social muy clara, con un profundo amor por México. Decidió entregar parte de su obra al pueblo de México para que sea resguardada en este museo que lleva su nombre, pero no lo creo en vano por sí mismo, decidió que fuera la casa de los escultores”, explicó.

Federico Silva nació el 16 de septiembre de 1923, fue amante del dibujo desde pequeño y de adulto se convirtió en un artista autodidacta.

De la mano de David Alfaro Siqueiros, incursionó en el muralismo como su asistente en la creación de Nueva Democracia (1945), mural que permanece en Bellas Artes.

Entre su obra escultórica más reconocida se encuentra “Fuente solar”, obra que produce el arcoíris en Michoacán; “Alux de la Muerte”, ubicado en la Plaza de las Tres Culturas; y “El principio”, mural que permanece en la cueva de Choix, en Sinaloa”; mientras que a raíz de su reflexión sobre el papel del arte y del artista en la sociedad escribió los libros «Federico Silva», de 1997 y «La escultura y otros menesteres», de 1985, una autocrítica de su propia creación y la fines del art.

FOTOS: CORTESÍA SECRETARÍA DE CULTURA

MAÍZ

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