Kampala se ha negado a renovar su ‘acuerdo de país anfitrión’ con el organismo de control internacional, lo que provocó su salida.
La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se retirará oficialmente de Uganda el sábado, poniendo fin a casi dos décadas de operaciones en el país con el cierre de su única oficina restante en Kampala, anunció el viernes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk.
“Lamento que nuestra oficina en Uganda haya tenido que cerrar después de 18 años, durante los cuales pudimos trabajar en estrecha colaboración con la sociedad civil, personas de diversos ámbitos de la vida en Uganda, así como comprometernos con instituciones estatales para la promoción y protección de los derechos humanos. derechos de todos los ugandeses”, dijo el comisionado, insistiendo en que su oficina no tuvo más remedio que retirarse después de que Kampala se negara a renovar su “acuerdo de país anfitrión” con la ONU.
Lamentando lo que llamó el “entorno cada vez más hostil en el que operan los defensores de los derechos humanos, los actores de la sociedad civil y los periodistas” en el período previo a las elecciones de Uganda de 2026, Turk señaló que si bien “se ha avanzado mucho en el país a lo largo de los años… quedan serios desafíos en materia de derechos humanos en el camino hacia el pleno disfrute de los derechos humanos para todos.”
Turk elogió a su oficina por convertir a Uganda en el segundo país de África en adoptar un Plan de Acción Nacional sobre Empresas y Derechos Humanos, y por integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en su planificación nacional, pero lamentó la hostilidad del gobierno hacia los derechos LGBTQ, así como su negativa a reconsiderar la suspensión de 54 ONG cerradas en 2021 por infracciones como operar sin licencia o usar permisos vencidos.
La Oficina de Derechos Humanos ha condenado anteriormente a Uganda por su Ley Anti-Homosexualidad, una legislación aprobada en mayo que impuso duras penas, hasta e incluyendo la pena capital, por promover o participar en la homosexualidad. El perro guardián exigió “urgente” revisión judicial de la “draconiano y discriminatorio” medidas, denunciándolas como “una receta para violaciones sistemáticas de los derechos de” LGBTQ ugandeses.
Varios gobiernos extranjeros, encabezados por Washington, han amenazado con tomar represalias por la ley, incluidas sanciones. Estados Unidos ya había cortado la ayuda a Uganda en 2014 por una legislación anterior que criminalizaba ciertos actos homosexuales, y Washington convocó en marzo una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU en un esfuerzo por calzar los derechos LGBTQ en el trabajo del organismo. El presidente Yoweri Museveni ha respondido a Washington por tratar de imponer sus propias creencias en Uganda y el resto del mundo.
En 2021, Museveni suspendió todas las actividades del Fondo para la Gobernanza Democrática (DGF, por sus siglas en inglés), la mayor fuente de fondos de donantes extranjeros para ONG de Uganda, para financiar “actividades y organizaciones diseñadas para subvertir el gobierno bajo el pretexto de mejorar la gobernabilidad”, solo para levantar la suspensión el año pasado. El propio DGF cortó la financiación de varias ONG importantes en 2019, citando una corrupción endémica.
Puedes compartir esta historia en las redes sociales: