Durante 72 horas, Pablo Otero, propietario de Fábrica de Tabacos Sarandí y mejor conocido como el “Rey del Tabaco”, tuvo que empezar a aceptar los controles que le exigía la AFIP y se negó a incorporarse. Se trata del sistema de control digital de timbres de cigarrillos que sirve para saber minuto a minuto cuántas cajetillas se fabrican y recaudar impuestos según la producción.
Otero y su empresa eran los únicos en el sector tabacalero que resistieron estos controles y continuaron usando un sistema más artesanal que consistía en recibir sellos y luego presentar una declaración jurada al fisco en la que informaban cuánto habían producido. Este método permitió a Otero, como sospechaba la agencia, evitar controles y pagar menos impuestos.
Otero incluso había recurrido a la justicia para ordenar a la AFIP que le entregara más sellos para seguir evitando el control digital. Pero la organización resistió y argumentó que Tabacalera Sarandí debía adaptarse al nuevo sistema de control que es más efectivo para la recaudación de impuestos y que también detecta el uso de sellos falsos, delito por el que fue denunciado el Rey del Tabaco.
El pasado miércoles 22 se inauguró el nuevo sistema de control digital en Tabacalera Sarandí. Se llama Solución de Trazabilidad, Identificación y Control (STIC). Lo hizo la Casa de la Moneda -único organismo autorizado para avalar estas pruebas- dentro de la empresa de Otero. «Se confirma que el sistema STIC ha sido aprobado durante las pruebas de homologación.» lee en los documentos oficiales a los que tuvo acceso Clarín y lleva la firma de un funcionario de la Casa de Moneda y de Nancy Malerú, directora de Tabacalera Sarandí.
Estos nuevos controles digitales del ente recaudador habían comenzado en diciembre pasado con la nueva gestión de Javier Milei en el Gobierno. Tabacaleras venían incorporando el sistema digital sin problemaspero Sarandí resistió y siguió pidiendo las estampillas antiguas.
Esta maniobra con el antiguo sistema de control permitió a Otero realizar todo tipo de irregularidades como la posible falsificación de sellos. Según un peritaje elaborado por la Casa de Moneda en el marco de una causa judicial que se tramita en Mar del Plata, Tabacalera Sarandí tenía sellos de trucha para uno de sus productos estrella, los cigarrillos Red Point. Con esta maniobra evitas pagar impuestos.
La AFIP comenzó a retrasar la entrega de los sellos antiguos por incumplimiento para aprobar el nuevo sistema. Según un documento oficial, de enero a mayo Tabacalera Sarandí solicitó a la organización 325 millones de sellos. Pero la AFIP sólo le dio 75 millones. Según la organización, esa cantidad era suficiente para cubrir hasta un mes y medio de su producción futura. Y estaba condicionado a seguir entregando el material a que éste se adecuara al STIC.
El rey del tabaco
Otero logró hacerse fuerte en el mercado tabacalero gracias a una serie de medidas judiciales que le permitieron no pagar impuestos. Especialmente el impuesto mínimo que se cobra sobre todas las cajetillas de cigarrillos. El argumento de Otero es que tu empresa es una PYME y que este impuesto es confiscatorio ya que sus productos son más baratos que los de la competencia de primeras marcas y el impuesto es mayor que el valor de cada paquete de cigarrillos.
Con ese argumento, y sobre todo con gran poder de fuego y lobbying en los tribunalesobtuvo varias medidas cautelares que le impidieron pagar ese impuesto que es el 70% del valor de cada paquete.
De esta manera logró crecer y expandirse con precios bajos y ganó una cuota de mercado desproporcionada. Según un informe de la consultora ABECEB, por eludir el pago de este impuesto, Tabacalera Sarandí pasó de tener el 5,6% del mercado total en 2016 al 38,4% en 2023. De hecho, con esa cuota de mercado, la empresa de Otero ya no podría considerarse una pyme. El propio Otero sostuvo que factura 800 millones de dólares al año.
Hay un dato más que preocupa a la AFIP y a sus competidores en el mercado tabacalero. Sarandí declara al fisco que sus cajetillas de cigarrillos cuestan alrededor de 600 pesos. Pero en los puestos de venta se consiguen a un valor superior, cercano a los 2000 pesos. Esa diferencia de fondos no se registraría en ninguna parte y te da un margen de beneficio enorme.
Otero y su familia controlan veinte empresas en el país. Tabacalera Sarandí es el buque insignia del conglomerado por el poder económico que tiene. La tabacalera está controlada por otra empresa, el Grupo Madero Sur, que también ha diversificado sus negocios en medios de comunicación, deportes de motor (Otero es corredor de autos) e incluso la producción de obras de entretenimiento. Un emporio construido gracias al tabaco y los impuestos.
Con información de: Telam, AF News y OpenAi