Por qué la decisión del Papa de nombrar a «Tucho» Fernández es la jugada más osada de Francisco y un mensaje dentro del Vaticano

Lo nombró encargado de la Doctrina de la Fe, el ministerio más importante de la Iglesia, y en septiembre pasará a la Santa Sede. La resistencia de los conservadores.

Más de diez años después de ser elegido Papa, Jorge Bergoglio acaba de dar el paso más atrevido de su pontificado en cuanto a nombramientos. Puso a cargo del ministerio vaticano más importante para los asuntos internos de la Iglesia a un fiel intérprete de la revolución cultural que progresivamente lleva adelante a partir de mostrar un catolicismo más abierto y menos condenatorio. Una revolución cultural que tuvo las mayores expresiones, no las únicas, en la apertura a los católicos divorciados en nueva unión ya los homosexuales.

Pero no sólo eligió a un fiel intérprete de su pensamiento -de hecho, siempre ha colaborado en la redacción de varios de sus documentos-, sino también un joven clérigo para un puesto tan relevante como el de prefecto de la congregación para la Doctrina de la Fe -tiene 60 años-, lo que, en principio, asegura una larga gestión. Por otro lado, eligió a un argentino de su mayor confianza, que se convirtió en el primer compatriota en ocupar un cargo en la curia romana: el arzobispo de La Plata, Víctor «Tucho» Fernández.

La carta personal que envió Francisco a monseñor Fernández con motivo de su nombramiento confirma la línea que seguirá el nuevo prefecto. Por ahora, le recuerda que el ministerio del que estará a cargo «en otros tiempos llegó a usar métodos inmorales». Fue el infame Santo Oficio el que llevó a cabo la espantosa inquisicion. “Eran tiempos donde más que promover el conocimiento teológico era persiguieron posibles errores doctrinales. Lo que espero de ti es sin duda algo muy diferente”, le dice ella.

Lo «diferente» que espera el Papa de Fernández es que se dedique menos control y más promoción de la doctrina

Monseñor Víctor Fernández, rector de la UCA, desde 2013.

Porque si bien le recuerda que su tarea principal es «mantener la fe», debe agregar la tarea de «aumentar la inteligencia y la transmisión de la fe al servicio de la evangelización, para que su luz sea criterio para comprender el sentido de la fe.» existencia, especialmente frente a los interrogantes que plantea el progreso de la ciencia y el desarrollo de la sociedad.

En otras palabras, Francisco le dice que debe proyectar las enseñanzas de la Iglesia en las nuevas realidades y sensibilidades en un mundo de rápidos cambios. Y como recomendación señala un desafío que sintetiza el perfil religioso de su pontificado: “Necesitamos -afirma- un pensamiento que sepa presentar convincentemente a un Dios que ama, que perdona, que salva, que libera, que promueve pueblo y los convoca al servicio fraterno”.

Para tal tarea, Francisco le informó que su ministerio ya no debe ocuparse de los juicios a miembros del clero acusados ​​de haber cometido abusos sexuales, ya que acaba de ser constituir un tribunal específico. La Congregación para la Doctrina de la Fe había sido la instancia final de los procesos iniciados en la diócesis a la que pertenecía el imputado, lo que la distrajo en gran medida de su misión central.

«Tucho» Fernández llega con un gran bagaje religioso y académico. Fue párroco de la Iglesia «Santa Teresita», en su natal Río Cuarto; decano de la Facultad de Teología de Buenos Aires; presidente de la Sociedad Argentina de Teología y rector de la UCA. Actualmente es arzobispo de La Plata -tiene buen diálogo con el gobernador Axel Kicillof y el alcalde, Julio Garro– y es presidente de la Comisión de Fe y Cultura del Episcopado.

También fue experto -designado por Benedicto XVI- de la V Conferencia de Obispos Latinoamericanos que se realizó en 2007 en Aparecida, Brasil, ocasión en la que colaboró ​​con el entonces cardenal Jorge Bergoglio en la elaboración del documento del encuentro ya que el arzobispo Buenos Aires había sido elegido presidente de la comisión redactora.

Víctor «Tucho» Fernández con el Papa Francisco, días atrás en el Vaticano.

Pero el antecedente más significativo de Fernández es que durante años el Vaticano bloqueó la confirmación de su nombramiento como rector de la UCA por el presión de sectores conservadores quien cuestionó sus posiciones teológicas como poco ortodoxas. Sin embargo, Bergoglio -fue el gran rector de la universidad- lo apoyó hasta que llegó la confirmación.

Por lo demás, su afinidad con Francisco le provocó más de una crítica desde sectores políticos. Por ejemplo, recientemente defendió «el mérito» de los cartoneros a la hora de intentar obtener recursos, pero Miguel Ángel Pichetto lo acusó de «para reivindicar el mundo cartonero y la patria de Grabois” y que “estamos perdidos con estos curas de una Iglesia clasista”.

Ahora, Francisco lo elevó a la cima de la promoción de la doctrina. Con lo cual, sumado al nombramiento de otro joven obispo, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, de 55 años, como arzobispo de Buenos Aires, Francisco parece haber cerrado un círculo a nivel nacional y mundial con miras a que trasciende el perfil de su pontificado.

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