Hemos enviado un telescopio a un millón de millas de la Tierra, pero solo se necesita una cámara simple para capturar las maravillas de nuestra atmósfera.
La Agencia Espacial Europea tiene un enorme telescopio en Chile, en medio del desierto de Atacama, uno de los más secos del mundo. Es nombrado Observatorio Europeo Austral (ESO) o el Observatorio La Silla, y es uno de los más grandes del mundo.
Estos días todos estamos asombrados con las increíbles imágenes que nos ha enviado el telescopio James Webb. Pero no hay necesidad de viajar al espacio para que los cielos terrestres nos sigan sorprendiendo.
La foto que ves en la imagen de apertura ha sido tomada desde el telescopio La Silla, pero no con el telescopio, sino con una cámara desde la puerta, por los científicos que trabajan en el observatorio:
¿Qué son esas luces rojas en el horizonte? ¿Y el resplandor verde a su alrededor?
Este es un fenómeno muy difícil de ver porque sólo es posible en cielos sin contaminación lumínicacomo ocurre en el Desierto de Atacama.
Llamó Espectros rojos y, como explica el sitio web de ESO, se trata de una forma escurridiza de relámpago que se generan muy por encima de las nubes de tormenta, descargando electricidad en la atmósfera terrestre a una altitud de 50-90 km.
Además de activarse a una altitud mucho mayor que los rayos normales, son más fríos que los rayos blancos y parecen mucho más débiles. Son muy difíciles de ver: la primera fotografía se obtuvo en 1989.
Otro fenómeno extraordinario que ocurre en la misma imagen es que el cielo se ilumina con un resplandor verde. Su nombre científico es luminiscencia nocturna.
Este espectáculo se produce porque, durante el día, la luz solar arranca electrones del nitrógeno y el oxígeno presentes en la atmósfera terrestre. Por la noche, estos electrones se recombinan con átomos y moléculas, haciéndolos brillar.
La increíble foto solo ha sido posible gracias a la gran altura del desierto de Atacama y la ausencia de contaminación lumínica.
Con información de Telam, Reuters y AP