«Tenemos el peligro de una nueva guerra todos los días»

Desde Ereván – A medida que la comunidad internacional centra su atención en el conflicto entre Rusia y Ucrania, la escalada de violencia en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán porque el territorio de Nagorno Karabaj vuelve a poner en pie de guerra a las antiguas repúblicas soviéticas.

Tras la guerra de 2020, que duró 44 días y tuvo efectos devastadores para Armenia, los países del Cáucaso Sur firmaron un acuerdo de fin de guerra mediado por Vladimir Putin. Sin embargo, el presidente armenio Vahagn Khachaturyan acusó al gobierno de Ilham Aliyev de incumpliendo este acuerdo con el bloqueo del corredor Lachínel único paso que los conecta con el territorio de Nagorno Karabaj.

En una entrevista con Clarín y otros medios internacionales en el Palacio Presidencial de Ereván, Khachaturyan advirtió que el diálogo con el gobierno azerí está roto y que el peligro de una nueva guerra entre los países está latente «todos los días».

El mandatario también enfatizó que «no es importante bajo el control de qué república está» Nagorno Karabaj, pero exigió que se garanticen los derechos e intereses de los 120.000 armenios que viven en ese territorio.

“Lo que más nos entristece es la situación de las personas que viven allí porque no tienen acceso a los servicios básicos. Aliyev ha dejado claro su propósito: que los armenios allí sean ciudadanos de Azerbaiyán y si no lo aceptan tengan que abandonar el lugar. Eso es limpieza étnica solo por ser armenios y por ser cristianos«, consideró.

Soldados armenios caminan mientras las tropas toman posiciones en el frente el 25 de octubre de 2020. Foto AFP

– ¿Le preocupa al gobierno armenio que la nueva escalada de violencia en la frontera con Azerbaiyán desemboque en una nueva guerra?

– Tenemos el peligro de la guerra todos los días. El pasado 12 de abril, Azerbaiyán volvió a cruzar la frontera con Armenia. Como resultado, tenemos cuatro soldados muertos del lado armenio y el lado azerbaiyano también dice cuatro de su lado. Sin embargo, no hay explicación de por qué han cruzado la frontera. Debe ser que solo quieren tener mejores lugares desde el punto de vista militar.

Esta es la situación que más preocupa a Armenia. Para nosotros es la vida normal que llevamos: cada mañana al levantarnos solo queremos saber si hubo algún conflicto en la frontera. Desde el gobierno estamos tratando de calmar a la gente para que no se preocupe, pero la gente siempre está preocupada.

– Otros países que formaban parte del bloque soviético buscan cortar la dependencia de Rusia y acercarse a Occidente. En este momento en que Rusia no puede garantizar la paz en el Cáucaso, ¿está dispuesta Armenia a seguir un camino similar?

– Armenia, tras la caída de la Unión Soviética, sigue manteniendo buenas relaciones con Rusia. Por supuesto que ahora estamos en una situación muy peculiar. Tenemos un vecino en Turquía que siempre ha tenido una mala actitud hacia Armenia y también sería posible que atacara a Armenia algún día, y Si cortamos relaciones con Rusia, no sabemos en qué situación estaremos. Tenemos que hablar con los hechos que han pasado a lo largo de la historia y es que hemos tenido acuerdos militares, económicos y políticos con Rusia y si no fuera por Rusia nadie sabría en qué estado estarían las relaciones con Turquía.

Actualmente nuestras relaciones políticas y militares son muy profundas. Y desde el punto de vista del desarrollo de la civilización, podemos decir que hemos elegido el camino de la democracia, al contrario de Azerbaiyán. No teníamos otro método porque a diferencia de ellos, no tenemos ni gas, ni petróleo, ni ningún otro tipo de gran depósito. Nuestra fuerza es el hombre y debemos darle sus derechos y su libertad para crear. En este sentido hay diferencias con Rusia. En Armenia existe la posibilidad de cambiar el gobierno con elecciones. Los ciudadanos tienen derecho a participar en esto, pero para ellos es limitado.

Periodistas de Clarín y medios internacionales en la entrevista con el presidente de Armenia, Vahagn Khachaturyan.

El 12 de septiembre del año pasado, Azerbaiyán comenzó a atacar el territorio de Armenia y según los acuerdos que tenemos, Rusia debería darnos apoyo militar y político, pero lamentablemente eso no sucedió. Tuvimos 220 víctimas y algunos territorios de la República de Armenia ahora están bajo el control de Azerbaiyán. Hasta el día de hoy no ha habido reacción y por eso ahora estamos buscando otros caminos para nuestra seguridad. Hemos visto una reacción rápida por parte de la Unión Europea y se lo agradecemos. Enviaron observadores internacionales sin armas, solo con binoculares. Hay unas 100 personas que inicialmente habían venido por dos meses, pero han decidido quedarse más tiempo. En cierto modo, ese fue un paso necesario para que Azerbaiyán no vuelva a cruzar la frontera y vemos que está funcionando.

– ¿Qué le pide a la comunidad internacional, especialmente a las potencias, para ayudar a frenar esta escalada de violencia?

– Nuestro mensaje directo a todos los países y organizaciones es convencer a Azerbaiyán de que no haga todos los actos que está haciendo. Ni nos armamos, ni nos preparamos, ni decimos que aceptamos los territorios de Azerbaiyán, pero si Azerbaiyán está pensando que puede penetrar en Armenia y ganar territorios armenios, pase lo que pase, no lo permitiremos, nos defenderemos. Entendemos que es difícil, no siempre gana el poder, muchas veces gana más el intelecto. Eso es lo que también le pedimos a Azerbaiyán.

– ¿Qué siente el gobierno armenio al ver que la comunidad internacional hace poco por lo que está pasando en la frontera?

– La reacción es neutral y piden a las dos partes que se detengan y continúen en la mesa de negociación, sin llegar al fondo del problema. Pero después de lo que pasó el año pasado, el 12 de septiembre, vemos que Estados Unidos y la Unión Europea dicen más activamente que Azerbaiyán tiene que salir de esos territorios y quién fue la parte infractora. Rusia permanece actualmente en una posición neutral. Nos dice que vayamos a Moscú a sentarnos a conversar y que tenemos que negociar en un ambiente de paz y no de guerra.

Muchas veces Estados Unidos dice que la actitud de Azerbaiyán crea problemas para mantener una situación pacífica. Y en el Congreso de los Estados Unidos hay senadores y representantes que dicen que los Estados Unidos deberían aplicar sanciones contra Azerbaiyán. Pero por supuesto están en juego importantes decisiones políticas y muchas veces los intereses no coinciden. Debemos ser realistas, ese fue un error que cometimos muchas veces a lo largo de la historia, que actuamos guiados por decisiones y no fuimos realistas con lo que estaba pasando. Tenemos que entender quiénes son y en qué nos pueden ayudar. Por supuesto, también entendemos que a veces tenemos que ceder, hacer concesiones y al final tenemos que llegar a un acuerdo.

¿Qué concesiones estaría dispuesta a hacer Armenia para poner fin al conflicto?

– Azerbaiyán siempre ha tenido miedo de que Armenia reconozca a Nagorno Karabaj como independiente de Azerbaiyán. Pero ahora decimos que reconocemos su integridad territorial, pero ¿puede garantizar que el pueblo armenio vivirá allí con seguridad? A día de hoy no pueden garantizarlo y eso está claro para todos. En esta pregunta decimos que vamos a hablar de garantías internacionales. Puede ser un país, pueden ser varios países, organizaciones internacionales como la ONU. En esta etapa tratamos de encontrar la solución de esta manera y si en el futuro Azerbaiyán es un país que puede dar condiciones a la gente, entonces se hará de esa manera. Quizás llegue el día en que Armenia y Azerbaiyán tengan una relación tan buena que ese problema no exista.

«Soldado descansando en la frontera del frente entre Nagorno-Karabaj y Azerbaiyán», foto de archivo Vaghinak Ghazaryan. /lentecultura

Vemos el futuro en la región como un pequeño modelo de la Unión Europea para los tres (Armenia-Georgia-Azerbaiyán). Es mucho mejor que estos tres países trabajen juntos como un mercado común. Y si miramos el mapa, siempre hemos sido el cruce más conveniente de norte a sur y de este a oeste. Eso sí, ahora no tenemos esa seguridad ni confiamos en ellos. Azerbaiyán ahora afirma que incluso Ereván es parte de Azerbaiyán y ese es otro problema que trato de mostrar para mi propia nación.

En los años soviéticos, 160 000 azerbaiyanos vivían en el territorio de Armenia y 500 000 armenios vivían en Azerbaiyán. De 250.000 a 300.000 vivían en Bakú. Ahora hay cero. Solo quedan 120.000 en Nagorno Karabaj. Pero estos cálculos no sirven para negociar, ese es un factor que no ayuda.

Es muy común que Aliyev hable de historia, pero Si hablamos de historia, Azerbaiyán seguramente perderá. No tenemos problema en hablar de 100 años antes, 1000 años antes o 2000 años antes porque nuestra historia es muy larga. Somos nativos de este territorio y siempre hemos vivido aquí. Y la palabra Azerbaiyán entró en uso solo en 1923. Antes de eso, en todos los documentos soviéticos, la nación aparecía con el nombre de tártaros caucásicos. También ha creado problemas con Irán porque había azerbaiyanos en su territorio y durante la época soviética decían que esta gente de Irán debería unirse a la Unión Soviética. Todos son factores molestos.

Ereván, enviado especial

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