El 20 de agosto, al mediodía en España, Luis Rubiales, eufórico y desatado, se palpaba los genitales a pocos metros de la Reina y la Infanta desde el palco del estadio de Sidney mientras señalaba al entrenador Jorge Vilda. las mujeres de el rojo Acababan de ganar el Mundial. Minutos después, el presidente de la Federación le dio un beso en la boca no consentido a la delantera Jennifer Hermoso. Un beso que iba a poner patas arriba el fútbol español.
Unas horas más tarde, Rubiales, en la cadena Cope, respondió con insultos y boxeos desenfrenados a las voces que empezaban a malograr su actitud. Una primera reacción desafinada que sólo empeoraría las cosas.
A la mañana siguiente, lunes 21 de agosto, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, exigió explicaciones y disculpas al presidente de la Federación. La pelota fue aumentando y en la escala del viaje procedente de Australia Rubiales grabó un vídeo en el que se disculpaba con la boca pequeña y en el que llegaba a decir que el tema del beso había sido cosa de dos. Aquella tarde, en la celebración del título en Madrid, todo el ambiente quedó marcado por el episodio y Rubiales no acudió a los festejos.
Un día después de negarse a dimitir el 25 de agosto, la FIFA suspendió provisionalmente a Rubiales
El martes 22 de agosto los futbolistas fueron recibidos en La Moncloa por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se mostró hierático al saludar al presidente de la RFEF. Horas después, Sánchez puso contra las cuerdas a Rubiales. “Las disculpas no son suficientes ni adecuadas. El señor Rubiales debe seguir dando pasos para esclarecer lo que hemos visto”, ha afirmado el presidente del Gobierno en funciones. Ese mismo martes por la noche, la Federación anunció una asamblea extraordinaria para el viernes 25 de agosto, en principio, para apoyar a su presidente.
Pero a medida que pasaron los días y las presiones, creció la sensación de que Rubiales iba a dejar el cargo. De hecho, la RFEF filtró a los medios de comunicación a última hora del jueves 24 de agosto que el presidente iba a tirar la toalla con motivo de la asamblea.
El beso no consentido ha llegado a la Audiencia Nacional en forma de denuncia tras la denuncia de Jennifer Hermoso
Pero en un extraño giro de guión, Rubiales pasó tristemente a la posteridad el viernes 25 de agosto con un discurso en el que atacó el “falso feminismo”, en el que se puso el traje de capitán de los machos alfa del mundo y en el que negó cinco veces que iba a dimitir. Al mismo tiempo dijo que el beso había sido consentido por ambas partes. El Gobierno, a través del CSD, presentó esta tarde una denuncia ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAD) para abrir un expediente a Rubiales «por dos faltas muy graves». Al mismo tiempo, los principales futbolistas de España, incluidos todos los campeones del mundo, anunciaron que no volverían a jugar con la selección hasta que no se produjeran cambios profundos en la Federación.
Al día siguiente, sábado 26, la FIFA dio a conocer un comunicado en el que suspendía provisionalmente a Rubiales por un periodo de 90 días. La RFEF quedó bajo la dirección interina de Pedro Rocha.
El escándalo ya era de dimensiones globales y el pasado 28 de agosto la Fiscalía abrió diligencias por el beso a la espera de que Jennifer Hermoso decidiera presentar denuncia. Mientras tanto, el TAD retrasó su resolución, que no llegaría hasta el viernes 1 de septiembre. Le abrió expediente pero por faltas graves, y no muy graves, por lo que el CSD no tenía competencia para iniciar una inhabilitación cautelar a Rubiales. Al día siguiente el CSD envió un escrito al TAD en el que reclamaba que fuera este juzgado quien inhabilitara provisionalmente directamente al dirigente. El TAD aún no se ha pronunciado al respecto.
Mientras tanto, los acontecimientos seguían sucediéndose, y el martes 5 de septiembre la RFEF prescindió de los servicios de Jorge Vilda, que aplaudió a Rubiales en su discurso machista en la asamblea. El miércoles 6 de septiembre Hermoso denunció a Rubiales ante la Fiscalía y el viernes 8 de septiembre la denuncia llegó a la Audiencia Nacional. Así hasta este domingo 10 de septiembre, cuando el dirigente tiró la toalla.
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