México vive momentos cruciales para su futuro democrático. La transición democrática que tanto ha costado construir está al filo de la navaja ante el riesgo de la restauración del régimen hegemónico del Partido y del presidencialismo absolutista.
El escenario político electoral de la Nación nos dice que la alternativa para frenar el despropósito populista del gobierno de la llamada 4T, es la construcción de un bloque opositor en el que participen Partidos y organizaciones de la sociedad civil, teniendo como eje articulador un proyecto alternativo. eje del País y la construcción de un proyecto de gobierno de coalición capaz de convencer y motivar a la ciudadanía.
Porque ya no se trata solo de sumar expectativas de preferencias electorales con el único objetivo de derrotar a Morena en las urnas. Para ganar las elecciones primero hay que derrotar a Morena con el proyecto y la oferta.
Una alianza entre partidos y ciudadanos sólo puede construirse con la argamasa de las coincidencias en la visión de País, así como de la confianza y credibilidad en el honor de los actores que la impulsan.
Por eso es muy grave la fractura que se dio en la Alianza “Va por México” producto de la traición que infiere la dirección nacional del PRI encabezada por Alejandro Moreno a los acuerdos de coalición legislativa pactados con el PAN y el PRD. . . Y en ese contexto, el debate debe ubicarse en las causas del delito y no en los objetivos de la reforma constitucional con los que pretende justificarse.
En política todo comunica y la percepción genera opinión que conduce a juicios; Por eso es inevitable no asociar los escándalos de bajeza ética y las denuncias judiciales por enriquecimiento ilícito que pesan sobre Alejandro Moreno, así como la solicitud formal de su destitución, con el retroceso que se infligió a los compromisos legislativos suscritos. con el PAN y el PRD, a quienes no se les dio el más mínimo respeto por su condición de aliados, para al menos pedir su opinión antes de presentar la iniciativa que generó la discordia.
La confianza del PAN y del PRD y de la sociedad en general en la dirección nacional del PRI que encabeza Alejandro Moreno está rota y no es posible reconstruirla, menos con las recientes declaraciones del secretario de Gobernación, Adán Augusto. López, quien reveló supuestos acuerdos de Morena con el PRI.
Sin embargo, sigue vigente el interés de sumar al PRI a una alianza opositora efectiva. Hoy el PRI recibe el último llamado para repensar su futuro político, para mantener el vigor y la fuerza de una nueva oposición; o aceptar el destino como Partido satélite de Morena.
Por eso es urgente que el PRI diseñe y lleve a cabo una profunda reforma interna, con un nuevo liderazgo nacional que le dé prestigio y proyecte certeza en sus compromisos.
El proceso ordinario de renovación estatutaria de la dirección nacional debe iniciarse cuanto antes, para evitar que Alejandro Moreno pretenda, con arduos trámites, permanecer más allá del término legal de su dirección, porque ello significaría la imposibilidad de que el PRI se sume a una nueva alianza. partidos de oposición y ciudadanos. En el momento
POR JOSÉ ENCARNACIÓN ALFARO CÁZARES
COLABORADOR
@JOSEEALFARO
MBL
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