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Un rascacielos en el principal distrito comercial de Moscú, sede de varios ministerios del gobierno, resultó dañado por un ataque con drones el martes por segunda vez en tres días, lo que indica la intención de Ucrania de intensificar los ataques contra objetivos estratégicos dentro de Rusia.
El dron golpeó la torre IQ-Quarter de 42 pisos, que alberga las oficinas de los ministerios rusos de comercio, digital y desarrollo económico. El IQ-Quarter es parte del distrito de negocios de la ciudad de Moscú, que se extiende a lo largo del borde occidental de la ciudad a orillas del río Moskva y alberga a empresas rusas líderes como VTB Bank y Norilsk Nickel.
“Varios drones fueron derribados por las defensas aéreas cuando intentaban ingresar a Moscú. Uno golpeó la misma torre que la última vez. La fachada del piso 21 resultó dañada”, escribió el alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, en Telegram a las 03:48 hora local, y agregó que no había información sobre víctimas.
A los empleados del Ministerio de Desarrollo Económico, ubicado en el piso 21 que fue alcanzado por el dron, se les dijo que no fueran a la oficina, informó el periódico ruso RBC.
Mientras tanto, drones suicidas rusos atacaron edificios residenciales en Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y destruyeron los dos pisos superiores de un dormitorio universitario.
Al menos una persona resultó herida en el ataque, según Suspilne, la emisora pública de Ucrania, que citó al jefe de policía de la región de Kharkiv, Volodymyr Tymoshko. Su informe mostró imágenes de humo saliendo de la sección destruida del edificio.
El alcalde de Kharkiv, Ihor Terekhov, dijo que tres drones suicidas que probablemente fueron lanzados desde la vecina región rusa de Belgorod apuntaron «al centro de la ciudad, en áreas densamente pobladas».
El ejército de Ucrania también informó de docenas de fuertes ataques de artillería rusa en pueblos y aldeas a lo largo de la línea del frente de 1.000 kilómetros donde las fuerzas de Kiev estaban atacando las líneas enemigas como parte de un renovado impulso de contraofensiva para recuperar el territorio perdido. Serhiy Nayev, un comandante ucraniano, dijo que los guardias fronterizos habían repelido a un grupo de saboteadores rusos que intentaron atravesar la frontera ucraniana en la región norteña de Chernihiv.
El Ministerio de Defensa ruso también informó de un intento de ataque con aviones no tripulados ucranianos contra dos patrulleros no tripulados de la Flota del Mar Negro llamados «Sergei Kotov» y «Vasily Bykov» a 340 km al suroeste de Sebastopol. Los drones fueron destruidos, según el ministerio. Un ataque con drones a un barco se informó por última vez el 25 de julio.
El Kremlin no ha comentado sobre los últimos ataques contra Moscú, y no hubo una declaración inmediata sobre la responsabilidad de Kiev. Ucrania, que fue invadida por las fuerzas rusas el año pasado, no suele atribuirse el mérito directo de los ataques y otros ataques con aviones no tripulados dentro de Rusia. Los ataques también se han dirigido a depósitos de combustible y bases aéreas.
Pero Mykhailo Podolyak, asesor del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, dijo que los ataques significaban que “Moscú se está acostumbrando rápidamente a una guerra en toda regla, que, a su vez, pronto finalmente se trasladará al territorio de los ‘autores de la guerra’ para cobrar todas sus deudas”.
“Todo lo que sucederá en Rusia es un proceso histórico objetivo”, agregó. “Más drones no identificados, más derrumbes, más conflictos civiles, más guerra”.
El ataque del martes es al menos la sexta vez que vehículos aéreos no tripulados llegan a Moscú desde que dos aviones de este tipo fueron derribados sobre el Kremlin en mayo.
Otros han golpeado edificios en áreas suburbanas. La semana pasada, los drones se estrellaron contra edificios más céntricos, incluido un bloque de oficinas, y en la noche del 30 de julio, los drones dañaron las fachadas de dos torres en la ciudad de Moscú. Un guardia de seguridad resultó herido en uno de ellos.
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