A las nueve y dieciocho minutos de la mañana del sábado 25 de mayo, Nicolás Posse esperaba al presidente Javier Milei en la Casa Rosada. El resto de los ministros estaban dando vueltas. El Gabinete acompañaría al Jefe de Estado caminando hacia la Catedral de Buenos Aires para escuchar el Tedeum. Es un equipo en crisis.
Las versiones sobre la renuncia o destitución de Posse como jefe de Gabinete de Ministros causó revuelo en el partido gobernante. Diversas fuentes muy influyentes de la Casa Rosada reiteraron la versión que afirma que Posse Va a dejar su cargo por orden de Milei y su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
grupo finalmente Caminó con los ministros y la Milei para escuchar la homilía del obispo bonaerense José García Cuerva. El presidente lo trató con frialdad. Por la tarde viajó con el resto del Gobierno a Córdoba. Lo hizo en un avión en el que también viajaba la vicepresidenta, Victoria Villarruel, y todos los miembros del Gabinete que lidera.
El presidente y su hermana viajaron en un avión separado. Protocolos de seguridad. Posse, tras las horas de mayor frenesí y vértigo negativo, ahora se defiende. Así explicó su situación a sus asesores de confianza. Sus amigos. «No me pidieron que dimitiera, soy víctima de una operación salvaje», repitió, según lo reconstruido por Clarín basado en fuentes inobjetables. El funcionario está molesto porque se convenció de que los rumores sobre su salida del gobierno se generan desde algunas oficinas de la Casa Rosada o «por alguien que quiere generar una crisis desde afuera».
Posse aseguró, siempre ante interlocutores que comparten su intimidad, que Ni el presidente ni su hermana Karina le pidieron que dejara su cargo. A nivel de Gabinete, sin embargo, admiten que la respuesta que dio Javier Milei al periodista Luis Majul cuando le preguntó sobre su posible renuncia, no ayudó a dejar en claro que de ninguna manera pensaba reemplazarlo: «Después de que se vote la ley de las Bases, se revisará todo el Gabinete», respondió el Jefe de Estado a la pregunta que atormenta a su amigo Posse.
Las fuentes oficiales consultadas por Clarín Manifestaron, al menos hasta ayer a las cuatro de la tarde, que el funcionario no había podido discutir el tema con Milei, pero sí habló del tema con la todopoderosa Karina, la noche del viernes, en la Casa Rosada. Siempre según las versiones de altos funcionarios del Gabinete, la hermana Karina Negó ante Posse que tanto ella como su hermano hubieran decidido pedirle la dimisión. Ella habría dicho que se trataba de un malentendido deliberadamente provocado para dañar al Gabinete y generar una crisis en el gobierno.
Los asesores de Posse también consultaron al equipo del principal asesor del presidente, Santiago Caputo, sobre la posible salida de su jefe: la respuesta que recibieron fue la misma que Karina Milei le transmitió al propio funcionario. El jefe de Gabinete charló con el Presidente durante todo el viernes, pero como se había quedado trabajando en la Residencia Presidencial de Olivos, no habían podido concertar una reunión cara a cara. Posse es amigo de Milei desde hace 20 años. Trabajaron juntos en la Corporación América. «Pasamos por mil cosas, situaciones de la vida, como pasa con los amigos», dice el coordinador de los ministros al aludir su cariño por Milei, y añade: «Si Javier quisiera que renunciara, sólo tendría que pedírmelo». . Sin duda aceptaría de inmediato.»
Desde hace al menos dos meses, distintos funcionarios calificados de la Casa Rosada han hecho saber que Posse dejaría su cargo. Fueron estas fuentes las que aceleraron la instalación mediática de la crisis en los equipos de gobierno cuando se difundió la información de que Posse no había sido invitado al evento del Luna Park que encabezó Milei el pasado jueves. El Jefe de Gabinete aclaró a sus funcionarios que le consultaron sobre el tema que No participó en ese mitin porque tenía otras obligaciones que cumplir. Su paseo con el Gabinete y los Milei desde la Casa Rosada hasta la Catedral, y su presencia en el Tedeum, y el posterior viaje de Pose a Córdoba junto al resto de funcionarios fue parte de los argumentos que también utilizó el jefe de Gabinete para intentar para negar que los Milei habían dejado de confiar en él.
«Si Nicolás dejara el gobierno, muchos también dimitirían. otros funcionarios que llegaron a cargos públicos a petición suya«, advierten en su despacho. Sucede que el Jefe de Gabinete supo ocupar espacios de poder gracias a diferentes medidas que le dieron centralidad, por ejemplo, en áreas sensibles del Estado, como la Agencia Federal de Inteligencia, que por La decisión de Milei pasó por reportar a Posse y no al Presidente, como dictaban las reglas hasta que fueron modificadas por esta administración.
A esto se suma, entre otras variables, la publicación de otra norma que determinó que el Jefe de Gabinete sería el órgano que deberá analizar y aprobar el nombramiento de todos los funcionarios importantes, como directores, otras categorías menores, para que sean nombrados. en todas y cada una de las empresas que sean de propiedad del Estado o en las que también participe el Gobierno por poseer acciones conjuntamente con empresas privadas.
El despliegue de funcionarios de confianza de Posse en estas y otras áreas estratégicas del gobierno, sumado a muchas otras designaciones que impuso en los organigramas de varios ministerios, generó rivales dentro de los libertarios. Posse es consciente de que hace varias semanas fue mencionado como si fuera el próximo funcionario en dejar el cargo. El viernes pasado, él mismo presidió la reunión de Gabinete ante la ausencia de Milei. Inició su presentación contando los detalles de su último viaje a Estados Unidos.. Fue un gesto hacia el gobierno interno que supuestamente le devolvió fuerza política.
En Washington, Posse se había reunido con asesores de política exterior de Joe Biden, Jake Sullivan y Anthony Blinken. También se reunió con la jefa del Departamento del Tesoro, Yannet Jellen. Había acordado reuniones breves con cada uno de estos funcionarios, pero todas las reuniones duraron más de lo esperado. Posse considera que fue un logro y una muestra más de la confianza que generó la administración de Milei con la Casa Blanca.
Su misión era intentar convencer a sus anfitriones de que Estados Unidos ayudara a desbloquear préstamos de organismos multilaterales de crédito para la Argentina, pero también pidió ayuda para cuestiones que nadie en su oficina dejó entrever. Posse no había confirmado su viaje a Córdoba, pero en medio de las turbulencias por su estabilidad en la Jefatura de Gobierno Reorganizó su agenda y estuvo allí como el resto de la dirección de la Presidencia.. Clarín Preguntó a funcionarios que conocen a Posse como casi nadie sobre algunos de los cuestionamientos internos, y de aliados de La Libertad Avanza, sobre la efectividad del trabajo del Jefe de Gabinete, e incluso sobre su lealtad al equipo de Gobierno.
Las respuestas reproducen, palabras más, palabras menos, la versión oficial de quienes trabajan con Posse. Una de las críticas que suele recibir el funcionario es que retrasa nombramientos fundamentales en el organigrama del Estado, y que incluso Mauricio Macri le ofreció nombres de técnicos que podrían ayudar a agilizar la gestión: «Es falso. Tenemos un trabajo enorme por hacer. Estamos denunciando ‘trabajos’ de posible corrupción, y eso genera enemigos. Respecto a Macri, es cierto que entregó una lista de nombres para darle valor al Gobierno. Le explicó que muchos de sus candidatos ya habían sido nombrados.
El trato que Posse tiene con el expresidente es cordial, aunque discrepan en metodologías, tanto en la actualidad como en la campaña. Por ejemplo, Macri fue crítico con la organización del control del LLA en las elecciones y llegó a decir que gracias a Nicolás (Posse), Massa iba a ser Presidente: la realidad demostró que no era el elegido».
El jefe de gabinete Es el verdadero jefe de la AFI aunque ha designado allí a uno de sus hombres de confianza, Silvestre Sívori.. Funcionarios y hasta legisladores amigos de Milei se quejaron de que eran víctimas de espionaje interno: «estas acusaciones no tienen sustento. Posse sería incapaz de traicionar o cometer delitos vinculados a Inteligencia. Es cierto que generó vínculos con el jefe de la CIA, William Burns, a quien conoció tres veces. Su energía «se centra en reconstruir un servicio secreto nacional que los Kirchner destruyeron. También se ganó la confianza del Mossad».
Otra pregunta que el oficialismo le hace al jefe de Gabinete es que no hable en público ni dé entrevistas. Posse lo ha dicho ante diferentes funcionarios que le preguntaron sobre este tema: «Cuando Milei le pidió que lo acompañara en el Gobierno, le dejó claro que iba a tener que trabajar la mayor parte del día, y que si se ocupaba de interactuando con la prensa Sería perder un tiempo valioso que se necesita para mejorar la gestión. El Gobierno cuenta con portavoces muy cualificados, como Manuel Adorni, entre otros. El Jefe de Gabinete no tiene problemas en exponerse a la opinión pública: lo demostró cuando presentó su informe al Senado.»
Sin embargo, cuando las versiones de renuncia afectan a alguien que ocupa un cargo de absoluta relevancia como el jefe de Gabinete, es el Presidente quien puede hablar o hacer gestos para acabar con malentendidos, tal vez malintencionados. A menos que sea el propio jefe del Poder Ejecutivo el que permite que la imagen de su mano derecha sea «dañada» en los medios, a propósito, siendo permisivo con quienes operan en su contra. Nicolás Posse, 58 años, Ingeniero Industrial, ex director de importantes empresas multinacionales, una hija, casado, jura que escenarios tan negativos no son reales. ¿Ser? Hasta ahora, ni Milei ni ninguno de sus ministros lo han defendido públicamente de la «operación salvaje» de la que dice ser víctima.
Con información de: Telam, AF News y OpenAi