Estamos a cuatro días del segundo debate presidencial y los números aún no favorecen al candidato opositor, Xóchitl Gálvez.
Y los errores que día sí y día siguen a la hidalguense, nos hacen pensar que le será muy difícil llegar Claudia Sheinbaum.
Al contrario, los 27 puntos que la separan del exjefe de Gobierno se quedarán cortos si no realiza un cambio radical en su estrategia.
Lo dicen dentro y fuera de su sala de guerra. Y hay quienes incluso ven casi imposible que ella dé marcha atrás, porque ha dado señales de que se deja ayudar muy poco.
Es más, algunos candidatos a las gubernaturas en disputa creen que los errores de sus candidatos podrían afectar las campañas en los estados, especialmente en entidades donde la carrera comienza a cerrarse, como Yucatán, Guanajuato, CDMX y Veracruz.
Y lo peor de todo es que sus errores, de forma y de fondo, no cesan. Se acumulan sin que tengas la capacidad de visualizarlos y corregirlos. Sobre todo cuando demuestra públicamente que sus asesores no dan ni una.
Pero a poco más de un mes de las elecciones, muchos le están dando el beneficio de la duda.
El domingo, frente a Sheinbaum y Máynezse verá si aprendió de los primeros contratiempos.
Mientras tanto, hay momentos, frases y escenas memorables que quedarán en las anécdotas de estas campañas.
«Si a los 60 no has podido hacer una fortuna, eres realmente genial», dijo, cuando quiso criticar sheinbaum para vivir en un apartamento alquilado.
O cuando en un evento en Baja California declaró que “Tijuana no es nada lindo como Cancún”.
En Sinaloa declaró que no sabía cuáles eran los poderes, por lo que Marco Cortés salió.
En el acto de firma del Pacto por la Primera Infancia cometió un error y estuvo a punto de firmar en el espacio que era de Máynez.
En la Feria del Libro de Guadalajara olvidó el nombre de su propio libro: ‘Soy Cabrona y media’.
En un evento con simpatizantes de la alianza tuvo otro desliz y aseguró que “hay priistas muy malos con los que yo no trabajaría como Alito (Alejandro Moreno)”.
El video que le mostró a su hijo, Juan Pablo, también fue un duro golpe para su campaña, porque lo obligó a renunciar al cargo que ocupaba en su equipo de trabajo.
Y, como en política la imagen también dice más que mil palabras, Xóchitl recibió, desde críticas mordaces hasta comentarios de mal gusto, por meter un chicle debajo de una silla, en el acto del INE donde recibió su confirmación como candidata.
En marzo, en una reunión con empresarios, se la volvió a ver mascando chicle y sacándolo para pegarlo en una mesa.
Esta semana se sacó un chicle de la boca, lo colocó sobre lo que parecía la tapa de una botella de agua y se lo entregó a uno de sus colaboradores.
Durante el primer debate presidencial, al finalizar su participación mostró una bandera mexicana al revés.
Y cuando habló de la falta de medicamentos y de los niños con cáncer, dijo: “sería muy importante preguntarle a la gente que murió”.
Estos no han sido todos los errores de Xóchitl, pero demuestran la poca pulcritud que ha tenido en el manejo de su imagen personal y política.
Aunque en el fondo, lo que preocupa a sus aliados es la falta de coherencia en sus propuestas, en las personas en las que delega responsabilidades, en no saber escuchar a sus asesores y en no saber gestionar la información de que dispone.
Xóchitl tiene serios problemas, por lo que sus familiares y simpatizantes esperan que tenga tiempo para corregirlos.
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Y como dice el filósofo… Nomeacord: «Los errores en política son como los arrepentimientos: todos los tenemos, pero algunos son más públicos que otros. El error viene cuando no se corrige.»
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
MAAZ
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