El fuego comenzó el martes por la noche pero se propagó debido a los fuertes vientos y las temperaturas más altas de lo esperado.
Los incendios en la turística isla española de Tenerife mantienen el riesgo alto y por ello Ya son más de 26.000 las personas que tuvieron que ser evacuadas debido al avance descontrolado del fuego.
«Según cálculos provisionales obtenidos del censo, el número de personas evacuadas podría superar las 26.000» en el norte de la isla, la mayor de Canarias situada frente a la costa noroccidental de África, informó el Servicio de Emergencias de Canarias.
“Quienes necesiten alojamiento son derivados a los distintos albergues autorizados”, agregó en la red social Twitter.
En una actualización del viernes por la noche, las autoridades informaron que unas 4.500 personas habían sido evacuadas desde el inicio del incendio, que estalló el martes por la noche.
Pero las llamas siguieron propagándose debido a los fuertes vientos y con temperaturas superiores a las esperadas, obligando a la evacuación de cinco municipios más en el norte de la isla.
Montse Román, directora técnica de emergencias, aseguró que aún se están cotejando las cifras, pero advirtió de posibles «nuevas evacuaciones» en caso de que avance el fuego.
Pedro Martínez, director de los trabajos de extinción, dijo a los periodistas que el perímetro del incendio había «crecido mucho» durante la noche y que en la zona norte de Santa Úrsula el frente seguía avanzando «continuamente».
“Son quebradas muy profundas donde no podemos penetrar con medios terrestres y donde los medios aéreos no han podido descargar por la acumulación de humo”, dijo.
Reforzamiento
En las últimas horas se han sumado a las labores de extinción 36 efectivos de las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales (BRIF) de la península y 13 bomberos de Fuerteventura, y el sábado llegará un helicóptero Kamov con capacidad para descargar 4.500 litros.
De esta forma, se garantiza la continuidad en la provisión de equipos.
La zona que más preocupa por los medios de extinción es La Orotava y sus partes altas, Aguamansa y Pinolere, donde se ha establecido la estrategia defensiva de las infraestructuras, aunque el avance de las llamas es muy lento.
El problema en esta zona es que son operaciones de talud de corte casi vertical que suponen un gran riesgo para los operadores, por lo que hoy se decidirá tirar líquido retardante desde un avión.
Además, se ha abierto un poco más el frente de Santa Úrsula, donde hay barrancos muy profundos y los medios aéreos no han tenido oportunidad de atacar a las llamas.
Sí prevé aumentar la vigilancia en una urbanización de Arafo y Güímar, en la zona sur, cercana a una zona de monteverde por si es necesario tomar alguna medida de precaución.
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