Quedan pocos días para el inicio de un año que viene cargado de desafíos. Más allá de la política, al mexicano de a pie le preocupan sobre todo cuatro temas que afectan directamente a nuestras familias y bolsillos: la salud, la educación, el dinero y la seguridad pública. ¿Cómo es el paisaje?
Todos llevamos años sufriendo las carencias del Sistema Público de Salud. Falta de medicamentos y equipo médico, así como clínicas y hospitales en ruinas. Aun así, en el presupuesto de 2023, el programa Abastecimiento Clave de Drogas viene con una reducción del 25,4 por ciento, también bajo el argumento de que ha buscado eliminar la corrupción y las altísimas primas que antes se pagaban. Sin embargo, sigue siendo preocupante que todavía no existan tratamientos para enfermedades tan graves como el cáncer.
El programa de Vacunación tiene un recorte del 55,2 por ciento, explicado por la reducción del gasto en inmunizaciones por la pandemia, pero también afecta a otras muy necesarias. Recientemente, el subsecretario Hugo López-Gatell pidió a los jóvenes que no se vacunen contra la influenza para dejar esa oportunidad a los adultos mayores, cuando hace unos años esta protección se aplicaba masivamente.
Los Recursos para Inversión en Salud sí tienen un aumento muy sustancial del 73 por ciento en términos reales, para obras públicas, equipos e instrumentos médicos y de laboratorio, por lo que bien se puede empezar a notar una diferencia positiva.
En educación, el desafío es enorme. Según el Inegi y el Banco Mundial, con la pandemia, las niñas, niños y jóvenes mexicanos perdieron aprendizajes equivalentes a dos años de escolaridad, y al menos 628 mil estudiantes entre 6 y 17 años interrumpieron sus estudios. Además de recuperar todo ese rezago, es necesario dar seguimiento a los resultados del nuevo modelo curricular en educación básica que se implementó como prueba piloto en mil escuelas para este ciclo escolar. La SEP anunció que en enero comenzará una capacitación intensiva en esta materia para 1,2 millones de trabajadores de la educación.
El presupuesto para 2023 tiene más focos de atención. El programa La Escuela es Nuestra, que sirve para dignificar las condiciones y equipamientos de las escuelas, tendrá un incremento del 87,7 por ciento, muy necesario para superar las precarias condiciones en las que muchos tienen que estudiar. Aun así, el presupuesto de educación global aprobado es un 2 por ciento menor en términos reales que en 2019, antes del brote de COVID-19.
En cuanto a nuestro bolsillo, hay que cuidarlo. En 2023 se espera que la inflación baje considerablemente, pero el crecimiento del país también se va a desacelerar a la mitad. Las tasas de interés seguirán siendo altas, por lo que debemos cuidar el uso del crédito, gastar con responsabilidad y esforzarnos por mantener los empleos.
También debemos tener cuidado de no ponernos en el ojo del crimen. Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública aseguran que el delito más cometido en el país sigue siendo el robo. Las modalidades más habituales, vehículo, empresa y transeúnte.
El gran pendiente de seguridad son las mujeres. La violencia familiar es el segundo delito más cometido. El victimario más común de una mujer suele estar en su propia casa. La violencia vicaria es la expresión más cruel de la violencia de género y no está tipificada en la ley. Feminicidio sí, pero sólo el 24 por ciento de los homicidios de mujeres son investigados desde esa perspectiva.
Tomemos conciencia. El fraude, el tráfico de drogas y el homicidio también siguen siendo señales de alerta.
Se viene un año difícil, pero como todo comienzo, debemos ver el desafío como una oportunidad para un horizonte más prometedor.
POR ADRIANA DELGADO
COLABORADOR
ADRIANAD16@YAHOO.COM.MX / @ADRIDELGADORUIZ
CAMARADA
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