Representa un riesgo enorme para las familias de escasos recursos y potencialmente víctimas de las aplicaciones que tenemos llamado deudor el estrés financiero al que son conducidos sin escrúpulos por depredadores digitales. La presión económica se multiplica y agrava por la emocional.
La vulnerabilidad de miles de mujeres, de cuyos casos conocemos una pequeña parte, se profundiza. El 17 por ciento de las mujeres que reportan haber sido víctimas o han estado a punto de serlo, necesitan —y ciertamente encuentran— apoyo psicológico ante la ideación suicida generada por la presión del cobro ilegítimo y las llamadas “salas de castigo”.
A partir de ellos, se diseñan imágenes para presionarlos con la amenaza de destruir su reputación personal o familiar y se les hostiga para saldar deudas que suelen ser impagables para convertirlos en modernas peonías del capital global que aterrizan o emergen en nuestros país a ofrecer liquidez de emergencia interna “con grandes facilidades”. El 12 por ciento de las mujeres que nos llaman de todo el país al Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia en la capital del país reportan desesperación, 10 por ciento depresión y un porcentaje similar miedo.
El rápido cambio criminal del mundo físico al digital a partir de la década de 2020, incluido el estrés financiero y el confinamiento, multiplicó la evidencia de los depredadores de la riqueza. En el contexto del Día Internacional de la Mujer, a conmemorarse este 8 de marzo, colocamos en el punto de mira la violencia digital, reconocida por ONU Mujeres como una sexta forma de violencia de género, a la que se suma la física, psicológica, patrimonial, económica y sexual.
El informe «8M: vulnerabilidades por extorsión y endeudamiento» muestra que más de la mitad de las víctimas son mujeres. Frente a un mandato de género que las sitúa como cuidadoras, encargadas de la crianza y del hogar, son más vulnerables a recurrir a créditos fáciles para mantener a sus esposos, hijas e hijos o algún familiar ante dificultades económicas. En el 33 por ciento de los hogares mexicanos, las mujeres son las únicas cabezas de familia.
Las montadeudas, intentan cobrar las deudas mediante métodos de extorsión. Incluyen amenazas de daño a la reputación, agresiones físicas o cobros extrajudiciales. Aunque los reportes por esta actividad delictiva disminuyeron en un 80 por ciento a partir de agosto pasado, cuando la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, impulsó operativos sin precedentes a nivel mundial, las víctimas siguen siendo predominantemente mujeres.
El apoyo legal y psicológico, como el que ofrece el Consejo Ciudadano en la Línea de Seguridad o el Chat de Confianza 55 5533 5533, contribuye al empoderamiento de las víctimas en el camino hacia la erradicación de esta forma de violencia digital contra las mujeres.
POR SALVADOR GUERRERO CHIPRE
COLABORADOR
@GUERREROCHIPRES
MAÍZ
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