La persecución a la Iglesia Católica en Nicaragua por parte del Gobierno de Daniel Ortega alcanzó su punto máximo el pasado viernes (19.08.2022), cuando el obispo Rolando Álvarez, cinco sacerdotes y tres laicos fueron detenidos en la diócesis de Matagalpa, en el norte del país. . Pero ante este nuevo acto de represión, ¿cuál ha sido la posición de los gobiernos latinoamericanos?
Al respecto, cabe recordar que, una semana antes, los miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) convocaron a una reunión especial para abordar la crisis en ese país. En el encuentro, 27 países ya condenaron «el hostigamiento» a la Iglesia católica, la persecución a la prensa y las ONG, y exigieron a Managua la liberación de los presos políticos.
Esa declaración conjunta, según el analista político nicaragüense Enrique Sáenz, demuestra que si bien no ha habido silencio de la mayoría de los países de la región sobre la situación de Nicaragua, las condenas a nivel individual ciertamente no han sido tan numerosas últimamente. “Es posible que sientan que la expresión colectiva en el marco de la OEA ya fue una reacción contundente, y que, en esos términos, es suficiente”, explica a .
El silencio de Colombia y la esperada postura de México
Sin embargo, el silencio que le ha llamado la atención hasta el momento es el del nuevo presidente colombiano, Gustavo Petro. Una reserva que no solo está generando críticas en Colombia, sino que también despierta sospechas en el resto de la región. “La actitud de Colombia ya había sido notoria, en todo caso, en la reunión de la OEA, donde estuvo ausente”, recuerda Sáenz.
El caso de México, que elude un pronunciamiento firme sobre Nicaragua, no sorprende al analista, “porque el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador viene repitiendo su complacencia con Ortega en diferentes espacios”. Por su parte, Maureen Meyer, vicepresidenta de Programas de la organización de derechos humanos WOLA, cree que México, al parecer, “prefiere expresar sus preocupaciones en diálogos privados y mantener abiertos los canales de comunicación entre ambos países”.
Obispo Rolando Álvarez.
Precisamente México, junto con El Salvador, Honduras y Bolivia, se abstuvieron de votar a favor de la resolución de la OEA. Pero a pesar del rechazo mayoritario en ese momento, admite Meyer, es claro que hasta ahora la condena internacional ha tenido poco impacto. “Es importante seguir denunciando el grave deterioro de los derechos humanos y la democracia en el país. También hay que utilizar otras herramientas para ejercer presión. Estados Unidos, por ejemplo, está utilizando otras formas de presión económica, como sacar a Nicaragua de la lista de países que pueden enviar azúcar a EE.UU. con aranceles bajos”, dice el experto en entrevista con .
Para el politólogo Sáenz, Ortega se ha convertido en “un paria”, porque ha tomado el camino, desde hace tiempo, de no respetar ninguna norma, acuerdo o compromiso internacional: “Simplemente no les importan las críticas”, asegura.
¿Reacción tardía del Papa?
Uno de los pronunciamientos más esperados fue el del Papa Francisco, quien recién el pasado fin de semana expresó su «preocupación» por la situación de Nicaragua, e instó al diálogo para encontrar «las bases de una convivencia respetuosa y pacífica», sin mencionar la reciente detención de religiosos. .
“Como dice un refrán: fue muy poco y muy tarde. Porque hay casi 300 presos y una serie de abusos contra la misma Iglesia católica. Habla de un diálogo con alguien que sólo dialoga con las armas”, lamenta Sáenz. Y agrega: “Con ellos se sigue que el Papa está mal informado de lo que pasa en Nicaragua, o que está bien informado, pero su visión del país y de Ortega está distorsionada”.
(ordenador personal)