Como buscando aliviar un dolor que mata, AMLO se está asociando con los militares para reducir su incertidumbre con respecto a las elecciones de junio. Será su último recurso ante la temida eventualidad de una derrota total o parcial. No acepta derrotas, ni totales ni parciales.
Requiere que sus candidatos ganen sus cargos electos y también obtengan una mayoría calificada en el Congreso. Para ello calcula que necesitará la lealtad irrestricta de los militares para lograr su objetivo de lograr la victoria total.
Crece la incertidumbre Presidente sobre los posibles escenarios que se derivarán del 2 de junio. Sabe perfectamente que una cosa son las encuestas compradas y otra muy distinta la realidad del estado de ánimo de la sociedad. La irritación social crece a medida que avanzan las campañas. Las interioridades de las encuestas reflejan esto.
No existe una encuesta seria que muestre un balance positivo para el gobierno en materia de salud, educación, seguridad y corrupción. Todos muestran equilibrios entre los treinta altos y bajos a favor del gobierno. La opinión negativa ronda los sesenta o setenta porcentajes.
Es un resultado fatal para un gobierno que quiere ganarlo todo. Llegando al absurdo de la ceguera, hay encuestas que indican que sheinbaum Es más popular que AMLO. Ella es una simple usuaria del fuerza política del presidente. Por sí sola, le falta fuerza, carácter y reconocimiento.
Es notable que incluso la aprobación de los programas sociales haya caído por debajo del 50%. La razón de este colapso es que ha permeado en la sociedad el argumento de que los beneficios son sólo una artimaña para obligar a los beneficiarios a votar por la fuerza por Sheinbaum.
La importancia de estos datos es doble. Por un lado, existe irritación social por el método que utiliza el gobierno para atrapar a los ciudadanos en sus redes. Por otro lado, parece que la sociedad exige cada vez más libertad para poder ejercer su voto sin presiones y sin la intromisión de agentes gubernamentales en la decisión individual sobre por quién votar.
Una expresión clara de la incertidumbre que invade al Presidente es la presentación, ante el Congreso de la Unión, de 20 propuestas de reformas constitucionales. Muchos de los puntos son confusos y mezclan áreas que no tienen relación entre sí.
Otros son dardos envenenados, por distintos motivos, como la reforma del Poder Judicial, la desaparición de organismos autónomos, la incorporación de la Guardia Nacional al Ejército, la reforma de las pensiones, la desaparición de organismos plurianuales y del INE, entre otros. .
¿Por qué presenta las reformas como cuestiones constitucionales, si sabe de antemano que no necesariamente serán aprobadas, dado que su partido no tiene mayoría calificada en el Congreso? Muchas de sus propuestas son materia de legislación ordinaria, y no requieren su inclusión en la Constitución para ser aprobadas. Evidentemente al Presidente no le interesa su aprobación. Lo que busca es adueñarse de la discusión en las campañas, y ser el gran conductor del proceso electoral. Le insta a estar en el centro de la discusión.
¿Es egomanía o hay algo más? Es egomanía, pero también hay otras razones. Percibe debilidad de la candidatura de Sheinbaum. Y también confirma el crecimiento de la candidatura y campaña de Xóchitl. Es urgente dejar de hablar de inseguridad y violencia, de los desaparecidos y sus familiares asesinados.
Es necesario que deje de señalar el fracaso del sistema de salud y la ridiculez de su fallida megafarmacia, sumado al problema de los niños que mueren de cáncer por falta de sus medicamentos. Quiere que la gente deje de preguntar sobre la corrupción en su gobierno, empezando por sus hijos y otros familiares y amigos.
E insta a que no se escuchen más las historias sobre sus relaciones con el narcotráfico, sus conversaciones con la madre del Chapo y sobre la liberación de Ovidio. Los informes de la DEA son veneno para él y quienes lo rodean. Por mucho que lo niegue, las cosas están cada vez más sumidas en el fango de la incredulidad y cuestionadas por sus tropezones y contradicciones. El hashtag de #PresidenteNarco arroyo, y arroyo profundo con total naturalidad. Y la cuestión no desaparece, sino todo lo contrario.
En este escenario de incertidumbre, AMLO recurre a las Fuerzas Armadas, como refugio, aliado y potencial protector ante las inclemencias políticas que se avecinan. Además, propone un pacto: les permite meter la mano profundamente y sin rendición de cuentas en el presupuesto público y en negocios legítimos e ilegítimos a cambio de su apoyo y lealtad irrestrictos en el caso de que los resultados del 2 de junio no sean los que él esperaba. quiere, y se vería “obligado” a alterar el orden público nacional para recuperar el control del país.
Para decirlo más claramente, si AMLO, Sheinbaum y Morena Se encuentran en una situación de debilidad debido a resultados electorales adversos y querrán romper el orden constitucional para mantenerse en el poder. Hay varias rutas que se podrían seguir, desde el desconocimiento de los resultados hasta la declaratoria del Estado de Excepción en México, con facultades para regir por decreto (que es la ruta que pedrocastillo juzgado en Perú) hasta un duro golpe de Estado, al estilo de Pinochet.
Resulta que las Fuerzas Armadas tendrían que acompañar al Presidente en cualquier intento que realice para mantener a su corriente en el poder. Por esta razón, y ante la incertidumbre reinante, el enfoque táctico y estratégico de AMLO con la Fuerzas Armadas Equivale a soltar el canto de las sirenas. Es un proyecto de seducción con la intención de involucrar a las Fuerzas Armadas en su plan de continuidad anticonstitucional.
Utiliza desde la vil corrupción hasta la venta de su “ideología transformadora” para involucrar a los mandos militares en su camino hacia la reproducción de su partido y, por qué no, de él mismo en el poder.
La consolidación de su propuesta implica necesariamente la sustitución de la Constitución por una nueva que facilite la existencia de un régimen cívico-militar legalmente constituido en México, que no podrá convivir ni con un Poder Judicial independiente ni con un Poder Legislativo con nuevos mayorías y minorías. Por eso no fue a Querétaro este pasado 5 de febrero. Fue para dejar clara su postura: “Esta Constitución no me representa, y quiero otra”.
Ese mismo 5 de febrero envió sus mal meditadas iniciativas de reforma de la Constitución. Decisión y consecuencia. El Presidente anhela una relación consolidada con el Ejército que le permita asegurar su lealtad absoluta y abnegada al plan del Ejecutivo federal.
POR RICARDO PASCOE
COLABORADOR
ricardopascoe@hotmail.com
@rpascoep
MAAZ
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