Tenemos que darnos prisa con la ley de amnistía. Con un poco de nostalgia anticipada, el Doctor Patán Mocoso Me di cuenta de que esta prodigiosa idea, una verdadera destilación de humanismo mexicano, va a llegar, oh, un poco tarde. Atención: no es esa la camarada Claudia, que pronto será la cuarta presidenta más popular del mundo (CapAMPDM), no va a dar un uso irreprochable a esa herramienta de justicia expedita.
Por supuesto que lo hará. Pero, y lo digo con todo respeto y solidaridad por el inminente CaPaMPDM, La ley le llega tarde a nuestro querido Cuarto Presidente más popular del mundo (CPMPDM), quien, estaremos de acuerdo, podría aplicarla con un sentido performativo, una teatralidad, vaya: una puesta en escena cargada de simbolismo, que nadie más en el el planeta es capaz de lograr.
Oh, lo que nos vamos a perder. Quizás porque ha visto demasiado cine, el Doctor imagina una escena como ésta. Napitoque ha quedado sin jurisdicción, pierde en los tribunales a pesar del brillante ejercicio de su Abogados de Humanitas. Justo cuando el que está a cargo de estas cosas ya está con el dedo en el mouse para darle a “Congelar cuentas bancarias”, como inyección letal de una película gringa, llega el llamado de Palacio Nacional y ¡boom!: los 55 millones de dólares de los mineros quedan en manos de su legítimo dueño.
No es necesario recurrir a guiones tan elaborados. Podemos imaginar al CPMPDM liberando en masa a los detenidos del cartel con unos súper mariscos en Sinaloa, o liberando a los feminicidio iztacalcoquien al final no es más que una víctima de la degradación neoliberal, y pidiendo una gran ovación para él en la Cámara de Diputadoscomo se hizo alguna vez con Goyo Cárdenas.
Por supuesto, podrías dar indultos cada 24 de diciembre, que es el día de nuestro Señor Jesucristo, o cada vez que consigas un jonrón con casa llena en la sobremesa fildeando y bateando. Allí, en la cancha, con su gorra virilmente puesta y sus púas llenas de barro, barro heroico y popular.
Es más: hasta podría haber amnistías por sorteo, una tradición muy de la 4T. Con un poco de suerte, frente a las cámaras, un pedófilo del penal de Tizayuca, puede volver a abrazar a su madre.
Pues no será, o casi no, por falta de tiempo: el sexenio toca a su fin. Habrá que conformarnos con los indultos de la CaPaMPDM, que, sobra decirlo, tendrá otras virtudes inconmensurables: su fundamento en una preparación académica inigualable; su inspiración científica razonada; sus cualidades técnicas a prueba de errores, y su arraigado espíritu socialdemócrata, propio de esa izquierda supercivilizada que, finalmente, gobernará México.
Vaya, con nostalgia y todo, el Doctor Patán –este es el mensaje de fondo– celebra que tenemos tiempos tan luminosos para estar vivos.
POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09
MAAZ