El 7 de febrero, el llamado discurso sobre la «Estado de la unión» en la que el presidente comparece ante el Congreso de los Estados Unidos informar sobre su gestión durante el último año. Joe Biden Apareció sorprendentemente como un hombre sereno, dinámico y sin titubeos en sus propuestas políticas; Fue un presidente que llamó poderosamente la atención, por su capacidad oratoria y su orientación ideológica.
Afirmó que es capitalista, pero que el capitalismo no puede existir sin competencia, es decir, retomó las viejas lecciones de Adam Smith sobre el mercado perfecto y la condena de los monopolios. Claramente, atacó a las grandes corporaciones del Imperio; apoyó firmemente la política de Seguro Social y Medicare enfáticamente; asimismo, subrayó el apoyo a los sindicatos ya la clase trabajadora.
No solo fue un ataque político, sino también una propuesta de reforma tributaria: impuestos más altos para los grandes capitales y impuestos más bajos para quienes ganan menos de 400.000 dólares al año; apoyó la política a favor de los ancianos, los niños, sobre todo, insistió en dar mejores posibilidades económicas a la clase media.
Aparentemente, Biden dio un giro más a la izquierda, lo que nos recordó al senador lijadoras de bernie; también llamó a la unidad con los republicanos y atacó a la industria farmacéutica ya las grandes corporaciones bancarias y financieras; insistió en la necesidad de una economía social, reviviendo –quizás– la interpretación del capitalismo de John Maynard Keynes.
Se le vio con toda su energía desmintiendo esa opinión pública que lo señala como un funcionario senil y trasnochado; recuperó las claras banderas del Partido Demócrata; y, defendió las posiciones internacionales de Estados Unidos en su guerra comercial contra China y apoyando fuertemente a Ucrania en su guerra con Rusia. Fue un Biden dIfferent, habló precisamente a su pueblo, defendiendo los ideales libertarios de los Estados Unidos.
Un discurso de nacionalismo total y dirigido -sin la menor duda- al electorado, por lo que seguramente obtendrá la candidatura demócrata y, pese a que las encuestas no le favorecen, puede volver a tener éxito electoral en las próximas elecciones. .
En cuanto a la migración, aun cuando apoyó a los dreamers y la urgente necesidad de una ley de Extranjería, su posición no fue lo suficientemente enfática, aun así planteó este tema; también expuso las libertades que tienen que ver con el derecho de la mujer al aborto.
Criticó a la Corte Suprema, con el cuidado y la diplomacia que se requiere. En resumen, se presentó como candidato en la campaña con apoyo, fuerza e integridad.
Para los mexicanos es muy importante observar y analizar detenidamente la arena política norteamericana, porque la geopolítica –queramos o no– nos obliga a depender –en gran parte– del poder norteamericano.
En términos generales, esta es una buena noticia, ya que al menos en el discurso, el presidente Biden se presenta como un verdadero reformador social.
POR ALFREDO RIOS CAMARENA
PROFESOR DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM
PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)
VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA
MAÍZ
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