Esta semana comenzó el mejor torneo de América, y este jueves debuta el equipo más grande de América, Boca Juniors. Sin embargo, tiene cuentas pendientes con la Copa Libertadores, evento que no gana desde hace 16 años.
Cada vez que termina una campaña, la sensación es agridulce para los aficionados. ¿Porque? Porque sabe que su equipo se cansa de dominar a Argentina, ganar ligas y copas, pero no puede coronarse campeón del continente. No hay realización total en las personas.
Boca es el segundo máximo ganador de la Copa Libertadores, con seis campeonatos, solo por debajo de Independiente de Avellaneda, que tiene siete. Por eso la presión siempre está latente, se puede vivir con ella o te puede afectar demasiado y en las últimas ediciones ha pesado sobre los jugadores.
Los xeneizes no pueden olvidar esos momentos mágicos, donde año tras año llegaban a las instancias finales o eran campeones. De 2000 a 2004, Boca Juniors ganó el torneo tres veces, incluidas dos veces (2000 y 2001); locos, con equipos repletos de figuras, Óscar Córdoba, Juan Román Riquelme, Hugo Ibarra, Jorge Bermúdez, Mauricio Serna, Guillermo Barros Schelotto, Roberto Abbondanzieri, Marcelo Delgado, Carlos Tévez, Sebastián Battaglia y compañía. Imagínate todas esas estrellas en tan poco tiempo, y que algunas ayudaron a lograr el 2007, ya con otros líderes incluidos como Martín Palermo.
Hablamos de que en la década del 2000, el equipo azul y amarillo se proclamó en cuatro ocasiones, tres de ellas dirigidas por el técnico más ganador de la historia del club, Carlos Bianchi, y la última por Miguel Ángel Ruso.
Desde ese momento, Boca no ha vuelto a ser el mismo en la competencia; Los equipos no ven esa alegría por disputar este trofeo, incluso en ciertos puntos incómodos. Los tropiezos han sido demasiado fuertes y sobre todo uno, sin duda, perder la final ante River Plate, acérrimo rival. Es algo que en la institución más grande no se puede permitir y duele, pero la hinchada no reclama, no pregunta, solo anima siempre y no quema su estadio como hicieron otros.
Desde que Juan Román Riquelme llegó a la dirigencia xeneize, los números han sido excepcionales tanto en resultados deportivos como administrativos, ganando títulos y al mismo tiempo haciendo un gran trabajo en las categorías inferiores, estrenando grandes talentos, como Luca Langoni o Cristian Medina. Pero falta la guinda del pastel, el histórico torneo sudamericano.
Por eso Boca tiene que preparar esta temporada en torno a la Copa Libertadores, claro que un gran equipo tiene que pelear por ganarlo todo, pero no es mentira que la prioridad es uno. Es hora de que se le dé felicidad a la gente que tanto apoya y que les hace jugar con uno más cada vez que son locales. La Bombonera tiene muchas ganas de la Libertadores, y es hora de que se la den.
POR MARIANO TORRES
@MARIANOTORRESH
CAMARADA
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