Corrupción y pandemia en el centro de la reunión, pero muy poco de propuestas. No se espera que influya en el electorado
El presidente Jair Bolsonaro y su rival, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva es poco probable que haya obtenido nuevos votos o convenció al pequeño segmento de indecisos de cara al balotaje del 30 de octubre con el debate de la noche de este domingo en São Paulo.
El encuentro fue una disputa constante, con cruces de insultos y malos tratos. «Lula deja de mentires malo para un hombre de su edad», dijo Bolsonaro, de 67 años, a su rival de 76 años».Eres el rey de las noticias falsas.el rey de la estupidez”, respondió Lula, quien acusó duramente al presidente por su gestión de la pandemia.
«Su negligencia provocó la muerte de 680.000 personas cuando se podría haber salvado la mitad», dijo Lula.
La ausencia de propuestas fue notoria salvo por un pequeño puñado de excepciones. En este sentido, ambos acordaron no toque la composición de la Corte Suprema con jueces partidistas. “Ya tuvimos la experiencia en la dictadura de cambiar la Corte Suprema. […] No es democrático que un Presidente de la República quiera tener como amigos a ministros de la Corte Suprema”, dijo el expresidente.
Con respecto a Petrobras, Lula fue categórico al decir que no pretende traspasar la petrolera al sector privado. Bolsonaro, quien recientemente se definió como liberal, no dejó tan clara su propuesta y prefirió señalar que fue su administración la que contribuyó a reducir los precios de los combustibles y controlar la inflación.
Los dos demandantes no destacaron en ningún momento medida alguna de los gobiernos del otro. El duelo fue una emulación de encuentros televisivos similares previos a la primera vuelta que ganó el ex sindicalista metalúrgico por una diferencia de casi seis puntos.
Esa cita se fue Sorprendente conquista de votos del presidente con el 43% de los votos lo que mantiene la incertidumbre respecto a la segunda vuelta.
Bolsonaro presionó con éxito a Lula sobre el tema de la corrupción en los gobiernos del PT. El expresidente reaccionó con una evidente y poco comedida irritación. Sostuvo que hubo confesiones pero no muchas.
Un detalle que señalaron los periodistas fue que Lula, que ha girado su campaña hacia el centro y centro derecha, dejó el rojo de sus antiguas campañas y apareció con un elegante traje con corbata en tonos azules y verdes.
En uno de los momentos en que los candidatos podían hablar a la cámara, Bolsonaro arremetió contra Lula por su supuesta relación amistosa con polémicos líderes de la región y amplificó el punto al cerrar con el caso argentino. Recordó que el presidente Alberto Fernández visitó a su rival en prisión en Curitiba.
Y denunció la abismal crisis económica que vive Argentina y también lo vinculó con Nicolás Maduro o Daniel Ortega “que son sus amigos”, le dijo. Y provocó al expresidente al señalarle si ya había elegido a su eventual Ministro de Economía. Luna no respondió.
Corrupción y gestión
Una fuerte estrategia del expresidente, por otro lado, fue exponer la mala gestión del mandatario durante la fase inicial de la pandemia de covid-19, en 2020. Lula recordó que el país tiene el 3% de la población mundial y tiene, hasta el momento , 11% de las muertes.
“No fue a visitar a nadie, no fue a visitar a un familiar”, le dijo al presidente mirándolo a la cara. En respuesta, Bolsonaro dijo que Brasil «fue un ejemplo para el mundo… compramos 500 millones de vacunas, salvamos millones de vidas… ustedes robaron todo».
Sobre los subsidios a los sectores más pobres, Bolsonaro dijo que mantendrá el gasto del programa Auxilio Brasil «Siempre». Argumentó que el dinero para financiarlo provendrá de una reforma tributaria.
Afirmó que Bolsa Familia, la famosa versión de asistencia de Lula, pagaba mucho menos. Lula respondió de inmediato que su asistencia social era mucho mayor y recordó que la ley que respalda el programa de gobierno, «Proporciona pago sólo hasta el 31 de diciembre».
Al mencionar nuevamente el discurso de Lula de que el pueblo comerá picanha (carne para la parrilla), Bolsonaro lo repudió, sosteniendo que son «propuestas necios y mentirosos».
El expresidente remarcó que “soy el único de los dos candidatos que tiene el coraje de entrar a una favela, porque la gente está ahí”
Lula exageró la ironía, riéndose de los discursos de Bolsonaro, y el presidente se mostró inseguro: la tos que lo acompañó por momentos no ayudó”, evaluó el diario. Estado. El debate fue un empate pero, según los analistas, sería difícil cambiar el criterio de los votantes.
San Pablo. Especial para Clarín