En las democracias modernas, la confianza y la credibilidad en los procesos electorales son esenciales para la estabilidad y la legitimidad. La responsabilidad de garantizar esto no recae únicamente en el Estado; La ciberseguridad debe entenderse como una cuestión de ética compartida. Los usuarios, los desarrolladores, los sectores público y privado, el mundo académico y la sociedad civil deben unirse en una comunidad consciente de la ciberseguridad. Esta colaboración influye en la agenda pública, garantizando un espacio digital seguro, especialmente en las elecciones, un evento crítico para los ciudadanos.
La confianza, pilar de una democracia sana, se construye con una ciberseguridad eficaz. En un entorno donde la desinformación y la manipulación en las redes sociales son comunes, agregar plataformas desprotegidas amenaza la equidad electoral.
Más allá de la infraestructura, la ciberseguridad impacta la toma de decisiones electorales. La desconfianza en los líderes y partidos, la percepción de los políticos centrados en intereses personales y la fragmentación institucional exigen una evaluación crítica. ¿Cómo afectan estas dinámicas a nuestras decisiones a la hora de elegir representantes?
La ingeniería social manipula la toma de decisiones, especialmente en entornos digitales saturados de información. Casos como las noticias falsas sobre el apoyo papal a Trump en 2016 ilustran el impacto. Los actores maliciosos crean narrativas virales, explotando sesgos cognitivos y emociones. La desinformación puede afectar las políticas, como en Brasil en 2011, donde se tergiversó un proyecto pro-LGBT.
¿Qué tenemos en cuenta para decidir quién representará nuestros intereses? Lamentablemente hoy podemos estar de acuerdo en que la figura del “líder” está desacreditada, la percepción general es que los “políticos” no representan el interés público, sino el individual, la confianza en los aspirantes es cada vez menor.
La protección contra el phishing y la recopilación de datos son fundamentales para evitar el chantaje y la manipulación. La falsificación digital también ataca la identidad de los candidatos, como el vídeo falso de un candidato en Chicago en 2023.
¿Qué podemos hacer? La cooperación internacional y las alianzas estratégicas entre países pueden facilitar el intercambio de mejores prácticas y el apoyo en ciberseguridad para fortalecer las defensas nacionales contra amenazas comunes. Las políticas públicas y las colaboraciones público-privadas también juegan un papel importante en la mejora de la resiliencia de los procesos electorales frente a las amenazas cibernéticas.
El Consejo de Expertos en Regulación y Ciberseguridad promueve alianzas estratégicas multiactor; estas sinergias se traducen en acciones que fomenten, además de una comunidad consciente en ciberseguridad, un marco regulatorio sólido e innovador en la materia.
Por: Liliana Jiménez
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