Le llevó 23 años confesar el crimen, pero finalmente lo hizo. Evasivo como es, pero lo confesó, una mañana de septiembre de 2023. Más vale tarde que nunca. Es cierto que, como adolece de una verborrea incontrolable, era inevitable que en algún momento lo asumiera como una verdad incuestionable de su gestión como jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Andrés Manuel López Obrador Aceptó que la Cara Dos que emitió en diciembre de 2000, pocos días después de asumir formalmente el cargo de jefe de Gobierno, desató una gran corrupción inmobiliaria. Lo dijo a su manera, responsabilizando a otros por los efectos perniciosos del bando, incluida la corrupción. Pero aceptó que el cártel inmobiliario se había creado a partir de ese acto de su gobierno.
Con esa confesión de su parte, el fiscalía de la ciudad Ya no tienes que ir a buscar culpables. El principal culpable ya ha confesado. Simplemente tiene que actuar de acuerdo con la ley.
En aquella epopeya mañanera, el Presidente dijo “confieso que soy corresponsable” de la especulación inmobiliaria en la Ciudad de México. Vaya, esa es una confesión criminal. Es penal porque el exfiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoydefinió la especulación inmobiliaria como un delito.
Por ello, la Fiscalía puede proceder contra el Presidente de la República por haber establecido las condiciones jurídicas propicias para la creación, no de uno, sino de múltiples cárteles inmobiliarios.
Tanto es así que los vínculos y amistades creados entre promotores inmobiliarios y AMLO cuando él dirigía la ciudad persisten hasta el día de hoy, con familiares de los desarrolladores en puestos importantes en la administración pública federal. Es la simbiosis entre el cartel inmobiliario y la política proyectada en el tiempo.
Para entender de qué es culpable el presidente, es imperativo comprender qué efectos tuvo el bando dos en la ciudad y su desarrollo posterior. Y por qué se habla tanto de corrupción y por qué se criminaliza.
El mismo lado era ilegal. Fue porque, sin ser un acto legislativo debidamente discutido y aprobado, se trató de una ejecución unilateral por parte del Ejecutivo local, borrando todos los instrumentos jurídicos de gestión urbanística de los Programas Delegacionales vigentes en ese momento. Legalmente, la Asamblea Legislativa tenía la facultad de aprobarlos, dando planificación y orden al desarrollo urbano de la ciudad.
De un plumazo, AMLO abolió el urbanismo e introdujo la liberalización de usos del suelo para quien ofreciera más dinero. Ese fue, específicamente, el efecto que tuvo el Lado Dos. Y la especulación inmobiliaria estalló inmediatamente. Neoliberalismo urbano.
La emisión del Lado Dos fue, de hecho, el primer gesto de un Ejecutivo autoritario, ignorando, en este caso, al Poder Legislativo.
Los efectos del Lado Dos desataron la especulación inmobiliaria, al permitir a las empresas promotoras ignorar las limitaciones y limitaciones en los usos del suelo y construir más apartamentos de los permitidos por los Planes Delegativos vigentes en ese momento. El impacto en la estructura política y social ha sido brutal en la Ciudad de México.
El impacto inmediato fue el aumento del valor del metro cuadrado en la ciudad. El valor comercial de los edificios existentes y de los construidos en el lado dos se disparó brutalmente. Así, cuando un departamento de interés social se podía comprar por 400 mil pesos, hoy es imposible encontrar ese mismo departamento por menos de un millón de pesos, a pesar de las “tarifas preferenciales” de organismos oficiales como el INVI.
¿Cuál ha sido el impacto, entonces, de este aumento en el valor de los terrenos debido a la especulación inmobiliaria que desató AMLO, de la cual se asume “corresponsable”?
Los más pobres han tenido que huir de la ciudad, buscando un lugar donde vivir, principalmente en el Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala e incluso Morelos. ¿En qué se refleja esta migración silenciosa? Lo confirman los grandes desarrollos de vivienda social en esos estados, principalmente en el Estado de México.
Cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la ciudad, ésta tenía 40 distritos federales. Hoy la Ciudad de México cuenta con 23 distritos federales, debido a la brutal disminución poblacional que ha sufrido la ciudad durante los 27 años de gobiernos compartidos por el mismo pueblo entre el PRD y Morena.
Por si fuera poco, CONAPO confirma que la Ciudad de México es la entidad con mayor pérdida de población en la República en las últimas dos décadas. La migración es mayoritariamente (aunque no exclusivamente) de población de bajos ingresos que busca un lugar donde vivir a precios que puedan pagar.
La gran ironía de la confesión no solicitada pero ofrecida libremente por AMLO sobre los efectos del Lado Dos es que el gobierno creado para defender a los pobres es quien los aleja de la ciudad. La población actual de la capital es mayoritariamente de clase media con diferentes niveles de ingresos.
Incluso zonas del país que expulsan población por motivos de marginación económica o violencia del narcotráfico aún no alcanzan numéricamente los efectos devastadores de la migración masiva que ha provocado la gentrificación como modelo de desarrollo urbano que se ha instalado en la Ciudad de México. , de la Banda Dos decretada unilateralmente.
Hasta ahora, los efectos del Lado Dos son, por un lado, que este decreto, al ser ilegal, transformó radicalmente el modelo de desarrollo urbano de la Ciudad de México sin consulta alguna a legisladores, organizaciones profesionales o empresariales.
Posteriormente, provocó un aumento en el valor comercial de la tierra, al liberalizar los esquemas de uso de la tierra basados en los intereses del capital y sin consideración de sus impactos sociales. Este aumento de precios ha provocado un acelerado proceso de gentrificación en el valor de las viviendas, las construcciones de oficinas y en la oferta de centros comerciales de media y alta gama.
Inmediatamente después se inició un proceso invisible de expulsión de la población de bajos ingresos de la ciudad hacia las zonas periféricas del extenso Valle de México y más allá. La pérdida de población ha provocado un cambio radical en la composición social de la capital y sus hábitos electorales. Así se confirmó en las elecciones de mitad de período de 2021.
La Ciudad de México, liderada hoy por la izquierda, impulsó un ejemplo de gentrificación para el mundo, con todas las ventajas y desventajas que acompañan a un proceso de estas características. La gran ironía histórica del modelo de cartel urbano impuesto en la Ciudad de México, del cual AMLO es corresponsable según él mismo admite, hará que la izquierda sea expulsada del poder en las próximas elecciones. Unas elecciones que prometen convertirse en parricidio.
POR RICARDO PASCOE
COLABORADOR
ricardopascoe@hotmail.com
@rpascoep
MAAZ
Continuar leyendo: “Confieso que soy corresponsable” | El Heraldo de México