El concepto de democracia. ha variado significativamente según los cambios en el sistemas económicos y legalesSin embargo, el significado fundamental tiene que ver con la participación del pueblo en decidir el rumbo que deben tomar los distintos Estados. Su origen etimológico corresponde a las palabras griegas “demos” y “cratos”, es decir, el poder del pueblo. Tiene antecedentes remotos en el ágora ateniensedonde los ciudadanos definían la política y el poder.
De Platón y Polibio se formularon sus características; Montesquieu y los enciclopedistas franceses lo entendieron como una participación de todos y con un equilibrio de poder dividido, lo que dio lugar a la Constituciones modernas y la división de poderes.
Para Churchill “La democracia es el peor sistema de gobierno, excepto todos los demás” y para el Constitución mexicana No es sólo una estructura jurídica y un régimen político, sino un sistema de vida basado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo, tal como lo establece el artículo 3.
Nuestra República es representativa, democrática, laica y federal. Y, si bien es cierto, el partido hegemónico, el PRI, concentró el poder en el ejecutivo federaltambién es cierto que, poco a poco, abrió las compuertas a un sistema de representación nacional y plural, creando instituciones como la Órganos Constitucionales Autónomos y la participación de diputados y senadores plurinominales de la lista nacional; El Estado mexicano logró visualizar un cambio estructural que ha permitido la alternancia en el Poder Ejecutivo, en el Congreso y en las entidades federativas.
La propuesta de Morena y Claudia Sheinbaum Se basa en las 20 reformas del llamado Plan C, que constituye un claro retroceso a un gobierno autoritario de partido de Estado; Mientras tanto, la coalición de partidos que nomina Xóchitl Gálvezincorpora la posibilidad de un gobierno de coalición, en línea con lo establecido en los artículos 76 y 89 de la Constitución.
¿A qué tipo de régimen y democracia aspiramos los mexicanos? Esto tendrá que decidirse el 2 de junio.
Más allá de las diferencias ideológicas que –con la globalización– han sido borradas, la cuestión central es este debate sobre el poder y su distribución.
Esta es, por tanto, la gran discusión de fondo de las próximas elecciones. O aceptamos un régimen político de participación plural o volvemos a un sistema de partidos estatales autoritario.
Entender y valorar este tema es lo que nos permitirá definir un voto razonado, entendiendo el peligro que existe con la militarización, la concentración de poder, las decisiones individuales, que como hemos visto en muchas ocasiones carecen de ideología y se convierten en simples ocurrencias.
El 2 de junio los ciudadanos tendrán la palabra.
POR ALFREDO RÍOS CAMARENA
PROFESOR DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM
PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)
VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA
MAAZ
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