No hay un buen primer trimestre en términos de empleo. La estacionalidad de la economía española ha determinado que sea la peor, aquella en la que siempre sube el paro y baja el empleo, algo que también ha ocurrido en esta ocasión. Ha cobrado un precio considerable según los datos de la EPA publicados esta mañana. A principios de año se han perdido 139.700 puestos de trabajo, mientras que el número de parados aumenta en 117.000 personas. Son cifras superiores a la media de los últimos diez años. Un tercer dato también es negativo, la tasa de paro sube hasta el 12,29%, lo que supone medio punto de incremento respecto al trimestre anterior.
Hay que remontarse al segundo trimestre de 2020 para encontrar una pérdida de empleo tan importante en este trimestre, que ha dejado el número total de ocupados en 21.250.000. El año pasado, por ejemplo, los tres primeros meses del año terminaron con una mínima pérdida de ocupación. Este no ha sido el caso este año y ello a pesar de que toda la Semana Santa estaba incluida en el mes de marzo. A estos datos negativos se les puede añadir un matiz y es que, en términos desestacionalizados, es decir quitando el efecto calendario que tanto afecta a la economía española, se produce un crecimiento del empleo del 0,54%.
La pérdida de empleo es generalizada, se produce en todos los sectores, aunque es en los servicios, con 56.000 menos y en la industria, con una pérdida de 38.000, donde es más evidente. Le siguen la agricultura y la construcción. Del total de 140.000 puestos de trabajo perdidos, la mayoría corresponde al sector privado, con 114.000, mientras que el público perdió 25.000.
También por el lado del desempleo hay que remontarse a los años de la pandemia para encontrar cifras peores. Es cierto que el año pasado, en los tres primeros meses se produjo un aumento del desempleo de 104.000 personas, cifra que entonces ya se consideraba elevada, pero que ahora ha sido claramente superada.
Con este aumento del paro, el número total de parados se sitúa en 2.977.900.
Es el comienzo de un año al que sigue un magnífico 2023 en términos de empleo. Un año en el que España acabó con 783.000 puestos de trabajo más y casi 21,24 millones de ocupados y durante todo el cual el mercado laboral mostró una resiliencia que sorprendió a todos al seguir creciendo en un contexto internacional más que complicado.
La resiliencia del mercado laboral es uno de los pilares de la economía española, y le ha ayudado a mantener un crecimiento económico muy por encima del de los países europeos, tanto el del año pasado, con un 2,5%, como el previsto para el actual, cercano al 2%. Además, es uno de los elementos que también sustenta la sostenibilidad de las pensiones, que están sometidas a una fuerte presión al actualizarse en función de la inflación, y que hay que compensar con medidas de ingresos. Cuando surgen dudas, como las que suscitó la publicación la semana pasada del Informe sobre el envejecimiento de la Comisión Europea, que alertaba de un elevado nivel de gasto en pensiones en los próximos años, el Gobierno responde que se verá compensado con un también elevado nivel. de los ingresos. Y para conseguirlo, la ocupación es uno de los aspectos a tener en cuenta.
El Ministerio de Economía destaca que el volumen de ocupados se ha consolidado en más de 21 millones de personas a lo largo del último año, y también que la estabilidad en el empleo ha aumentado, con un crecimiento del empleo indefinido en este trimestre hasta los 103.700. personas, lo que reduce la tasa de temporalidad al 15,7%.
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