A menos de medio año de las elecciones, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)la máxima autoridad jurisdiccional en la materia, se desató un conflicto que, de no ser abordado rápida y correctamente, podría poner en riesgo la certeza del proceso electoral.
Las luces rojas se encendieron cuando el presidente de la tribunal electoralmagistrado Reyes Rodríguez Salió del pleno e informó que tres de sus compañeros pidieron su renuncia, a lo que dijo que respondería el lunes.
El precedente de esta crisis ocurrió cuando los mismos tres magistrados, Felipe de la Mata, Felipe Fuentes y Mónica Soto, Dejaron sin efecto el informe presentado por Reyes Rodríguez ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en clara señal de desaire subieron una foto desayunando en un restaurante de la CDMX.
No es la primera vez que la corte vive crisis y conflictos internos. Es una institución inestable, secuestrada por los intereses de sus miembros.
Además de que el tribunal funciona sin dos de sus miembros, porque no se ha construido consenso para nombrarlos, lo que de por sí es un hecho grave, ha vivido dos crisis que terminaron con la destitución de sus titulares. En 2019, Janine Otálora renunció en medio del escándalo y en 2021, José Luis Vargas Valdez Hizo lo mismo en medio de fuertes críticas y acusaciones que van desde corrupción hasta desvío de recursos.
Sólo mediante el impeachment se puede destituir a Reyes Rodríguez de su cargo, pero existen mecanismos para presionarlo, como el pedido de renuncia presentado por tres de los cinco vocales.
Pregunta: ¿Qué es bueno para el país? ¿Reyes Rodríguez puede permanecer como presidente del tribunal o puede renunciar? Si permanece, tendrá, independientemente del tema, una mayoría en su contra. Si dimite, en venganza promoverá posiciones contrarias a quienes le obligaron a dimitir. Esto en un contexto donde se esperan cientos de miles de litigios en los que este tribunal tendrá la última palabra.
El tribunal electoral se ha convertido en un monstruo de mil cabezas; constituye un riesgo real para la democracia y las elecciones del próximo año, porque no hay certeza de que sus miembros actúen con apego a la ley y con imparcialidad.
Presidente Andrés Manuel López Obrador y los legisladores fracasaron. Durante un año, el gobierno y los partidos discutieron una reforma política electoral que la mayoría de los Morena aprobado y al final, el Corte Suprema desecho. Una larga lista de descalificaciones. Al avivar la hoguera de una controversia, olvidaron lo verdaderamente importante: solucionar las lagunas de la legislación y reformar el tribunal electoral, ante el cual todas las fuerzas políticas han perdido, incluido el presidente. Este conflicto añade un elemento de incertidumbre.
Eso es lo que pienso, ¿tú qué opinas?
La política es bronce.
POR ONEL ORTIZ FRAGOSO
COLABORADOR
@ONELORTIZ
MAAZ